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Enero tuvo el menor déficit fiscal desde inicios del 2016

De la mano de las retenciones y un ajuste en el gasto en prestaciones sociales, los ingresos corrientes crecieron más que los gastos y el Tesoro logró un superávit primario de 24.074 millones de pesos.

El aumento fuerte de la recaudación vía retenciones, junto con un ajuste en las prestaciones sociales, generó superávit primario en el primer mes del año. Fue de 24.074 millones de pesos, es decir del 0,1% del PBI esperado para el 2021. Se trató del primer resultado positivo desde octubre del 2019. Además, por la renegociación de los intereses de la deuda, el rojo total fue el más bajo desde enero del 2016 y alcanzó los 3.030 millones de pesos. Sin el canje 2020 con los tenedores privados, habría sido de 47.000 millones de pesos.

Los números fueron publicados por la Secretaría de Hacienda. Y mostraron que mientras que los ingresos subieron 53,3% interanual, los egresos corrientes lo hicieron al 45,8% interanual, lo que implicó una reversión de lo que se venía dando en pandemia, cuando lo recaudado llegó a crecer por debajo del 10% y los gastos por encima del 70%.

Hacia dentro del gasto cabe destacar una diferencia, que se sostendría a lo largo del año: el gasto en obra pública creció 193,2%, dinámica que empieza a mostrar la búsqueda del Gobierno de impulsar la actividad económica a través de un sector muy generador de empleo y poco demandante de divisas.

El gasto en prestaciones sociales reflejará a partir de marzo el incremento en torno a 8,2% en las jubilaciones y ahí cambiarán los números. Pero, en enero, esas erogaciones, que incluyen a la AUH y a las pensiones, crecieron apenas 30,5% interanual nominal. Bastante por debajo del 38,5% que marcó la inflación del mes. En total, se trató de una caída real de 5,8% en el gasto más abultado de las cuentas públicas. Por eso, semejante número terminó inclinando la balanza, porque es muy superior al que generan las obras públicas.

Retenciones.

Los derechos de exportación fueron los que explicaron en buena medida el crecimiento de los ingresos, lo que se dio en parte por la suba del precio de los commodities del agro, y una mayor liquidación de los exportadores, y en parte por el efecto que generó la salida del paro de aceiteros y portuarios, en diciembre.

Desde Hacienda señalaron: “Enero es un mes atípico y la recaudación por comercio exterior fue el principal motivo de mejora en los ingresos. Algo a destacar por el lado del gasto es que el corriente creció 21,2%, lo que implica una suba realmente moderada. Una especial llamada de atención aparece por el lado de los intereses de la deuda pública: en enero pagamos intereses por 27.000 millones de pesos. Sin reestructuración de 2020 habrían sido 75.000 millones de pesos. Esto modera el crecimiento del gasto corriente. Atenúa el déficit financiero, porque en vez de ser el de 3.000 millones de pesos que terminó siendo, habría sido de 47.000 millones de pesos. Es un punto interesante”.

Tal como afirmaron, enero es atípico, suele ser el mes de menor presión para las cuentas públicas, tal vez junto con mayo. Para el 2021, de hecho, no se espera un resultado tan amigable como el del primer mes del año y el rojo primario totalizará, siempre según el presupuesto, 4,5% del PBI, es decir alrededor de 1,6 billones de pesos. De ellos, 1,2 billones de pesos serán financiados por el BCRA. Hasta acá no hubo asistencia al Tesoro pero desde Hacienda no descartaron que la haya en las próximas semanas, dependiendo de lo que ocurra con las licitaciones de la Secretaría de Finanzas.

Gastos.

Acerca del crecimiento del gasto en obra pública, desde Hacienda destacaron: “El gasto de capital ha crecido 193%, fueron 22.200 millones de pesos. Comparamos contra enero del 2020, mes muy próximo al inicio de la gestión, por lo cual es razonable que aquella base de comparación sea baja. De cualquier manera ha sido importante la suba. Los conceptos a destacar ahí dentro aparecen por el lado de la Dirección Nacional de Vialidad, junto con agua potable y alcantarillado y las obras energéticas. Todo eso es la apuesta del crecimiento del gasto de capital en el PBI, que impulsa la demanda agregada y genera trabajos genuinos”.

Por Mariano Cuparo Ortiz / BAE Negocios

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