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“En Argentina, las oportunidades financieras vendrán por la renta variable”

Alfredo Calabrese planteó las distintas alternativas de inversión financieras en un mundo en movimiento que intenta salir de una elevada inflación y evitar una recesión. “La volatilidad siempre da oportunidades”, remarcó. Nahuel Amore

El mundo financiero se mueve a su propia velocidad y suele ser un termómetro de las expectativas que prevén los mercados a partir de determinados hechos de la realidad. De cara a 2023, tras pasar el primer mes con una tendencia positiva en las bolsas, Alfredo Calabrese, presidente de Integrar Inversiones, realizó unbalance respecto de las principales variables que impactaron al cierre de 2022 y que pueden marcar el rumbo de este año, que todavía arrastra los cambios que impuso el Covid-19.

El referente de Entre Ríos repasó los principales conceptos que sustentan las bases de quienes deciden invertir en el sistema financiero y subrayó que la significativa volatilidad puede convertirse en un recurso que brinde oportunidades para aquellos jugadores que sepan leer el tablero y las jugadas. En este punto, describió los factores que alteran el escenario y los sectores que podrían salir favorecidos.

Del mismo modo, en entrevista con DOS FLORINES, Calabrese hizo un apartado para las oportunidades que se puedan generar en la Argentina y resaltó que ello estará determinado por la renta variable, a saber, los instrumentos disponibles en la Bolsa. De todas formas, ratificó que el devenir lo sigue marcando la política y las acciones de gobierno, motivo por el cual el calendario electoral sumará un sinfín de condimentos.

—¿Puede haber oportunidades a nivel global en 2023 para quienes invierten?

—Estamos hace varios años en un mundo totalmente volátil. La volatilidad de los activos financieros y de los commodities, que podríamos plantearlos como alternativas de inversión financieras, siempre dan oportunidades. Del mismo modo, también te dan amenazas.

—¿Pero observa algún cambio en esta coyuntura que abra oportunidades para determinadas inversiones?

—En estos últimos años, está cambiando en ciertos aspectos la causa-efecto de la teoría económica. Históricamente cuando los Estados Unidos subía la tasa, había un fortalecimiento del dólar, una caída del precio de los commodities y una migración abrupta de los capitales a los Estados Unidos. Eso en parte se dio y en parte no. Los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, con esos escenarios sufren muchísimo; pero en los últimos tiempos si bien han sufrido, no ha sido tanto. Seguramente la guerra sostuvo el precio de ciertos commodities, pero en realidad eso cambió. Tuvimos un aumento sostenido de la tasa a nivel internacional, hubo un principio de fortalecimiento del dólar que ahora empezó otra vez a debilitarse. Así y todo, la gran mayoría de los commodities no ha sufrido, sea agrícola, el oro, la plata, el petróleo.

—¿Qué otro factor, además de la guerra, cree que influye en estos precios internacionales y que habilita inversiones?

—Me parece que por primera vez en el mundo la inflación ha sido real, real. Cuando la inflación es real como la que tenemos en la Argentina, tenés que subir mucho la tasa para que la gente quiera salir de los bienes. Me parece que el cambio ha sido ese. La pandemia afectó por dos lados: por un lado con la inyección monetaria y, por otro, la reducción de la oferta. Al haber menos bienes y más dinero circulante, la inflación se te dispara.

—Reconoce que la inflación es un fenómeno mundial de la pospandemia y que su gradual salida marcará un poco el rumbo de 2023.

—Sí, en el mundo ha sido así. Por eso digo que la inflación no es un dato más de la economía, sino que es real, real, y está sustentada en esa explicación. Por eso, muchos inversores han dicho que si bien las tasas han aumentado y pueden ser atractivas, en realidad hay una tendencia a posicionarse en bienes y eso ha hecho que los commodities en general, y no en particular los que están influenciados por la crisis de oferta de la guerra, se han sostenido.

Sectores

—¿Qué sucede con la renta variable en este momento?

—Cuando aumenta mucho la tasa, la renta variable sufre mucho. La renta variable internacional sufrió, pero no para tanto. El año pasado corrigió entre un 15 y 20%, que es mucho, pero no tanto por el aumento de la tasa. Pero lo otro que cambió ahora, que es un dato llamativo, es que la tasa de creación de empleo en los Estados Unidos ha sido monstruosa y teóricamente va unida a la inflación, en parte. Sin embargo, la Reserva Federal está diciendo que no será un indicio de mayor inflación. La inflación se está atemperando y el empleo está creciendo.

—¿La teoría del empleo va atada a que a mayor demanda agregada, mayor aumento de precios?

—Claro. Ahí está la correlación, pero evidentemente no se está dando. Por ahí hay cambios en la realidad que la teoría económica después los captura.

—Volviendo a las oportunidades, ¿qué sectores cree que saldrán favorecidos?

—Yendo a activos financieros, todas las tecnológicas el año pasado sufrieron muchísimo y este año se empezaron a recuperar. Las inversiones en acciones tecnológicas pueden ser una oportunidad.

—¿Y en comunicaciones?

—También, sí. Además, está el tema de energía, petróleo e inversiones financieras que pueden ser oportunidades. Son sectores que pueden ser atractivos. La tecnología a nivel internacional perdió mucho el año pasado, como fue el caso de Facebook que perdió 50%, pero hace poco recuperó 20% rápidamente. Por otro lado, si observamos el Bitcoin, que tiene otros fundamentos, también sufre la volatilidad. Lo cierto es que hay una volatilidad tan grande en los activos que, para quien está informado y sigue el mercado, es una oportunidad para arbitrar, mover carteras y obtener rentabilidad desde el punto de vista financiero. Desde el punto de vista de la economía real, hay que ver sectores, inversiones, demanda futura y otros aspectos.

Argentina

—¿Cuáles van a ser las oportunidades de inversión en la Argentina?

—Por el lado de Argentina, creemos que las oportunidades van a venir por el lado de la renta variable. Los otros activos, en general, están bastante arbitrados y con una cierta convergencia. Si ves la tasa, la inflación y el dólar oficial, tienen una convergencia; ajustan los tres bastante cerca del 5% y 6%.

—A fines del año pasado, el Banco Central desaceleró un poco el crawling peg.

—Sí, porque sabe que se le va a precio. El ancla cambiaria como política antiinflacionaria la tiene todo el mundo. Eso pasó en 2021 que hubo elecciones de medio término, con una devaluación de menos del 25% y la inflación superó el 50%. El atraso cambiario que se generó ahí son los 30 puntos que están ahora; es el 30% que deberían corregir y que ofrecen con la ventana del dólar soja.

—¿Y a cuánto debería estar entonces el dólar oficial?

—Los tipos de cambio de equilibrio tienen que reflejar los fundamentos de la economía. Los fundamentos de la economía no son ni 200 pesos ni 380 pesos; es decir, no es ni el tipo de cambio oficial ni el blue. Con los fundamentos de la economía debe andar en 260 o 280 pesos. A ese nivel de dólar, cuando lo comparás con los precios internos, el PBI, los niveles salariales, te da un número razonable de lo que puede ser la creación de empleo de la economía argentina. Creo que hoy un tipo de cambio de equilibrio debería ser ese, más cerca de 270 pesos.

—En este escenario que describe, ¿qué instrumentos de renta variable pueden ser atractivos este año?

—Las acciones de empresas argentinas son una alternativa. Pero hay que aclarar que Argentina está muy castigada en precios de cualquier activo; los inmuebles o los campos están castigados. Eso sucede porque el riesgo país es muy alto. La gente cree que el riesgo país es un dato más de la economía, pero es lo que te marca todo, lo que efectivamente el inversor mira de lo que significa invertir en el país. Cuando mirás eso, un activo que en cualquier lugar del mundo vale 100, en la Argentina vale 50 porque el riesgo es muy alto. Eso tiende a reducir significativamente el valor de todos los activos, no sólo financieros.

—¿Qué ocurre en la Bolsa frente a este escenario?

—En los últimos tres o cuatro meses, la Bolsa corrigió mucho los valores. El Índice Merval estaba a 350 dólares y hoy está llegando a los 700 dólares. Corrigió por el lado de las energéticas, un poco por el lado de los bancos y también por empresas que tienen sustento en la economía real.

—¿Qué explicación tienen estas correcciones?

—Hay varias. En parte, porque estaba muy atrasado. El precio de equilibrio que hemos tenido en el Merval ha sido de 900 dólares y en la época de Macri llegó a 1.800 dólares. Entonces, cambió un poco la percepción del riesgo en el mundo y empezaron a entrar algo de capitales. Pero en nuestra Bolsa si entran 5.000 millones de pesos, sube; es una Bolsa chica. Lo que movilizó mucho es el trade electoral con la autoproscripción de Cristina y la asunción de Massa. El mercado vio una unificación de la política con la economía.

—La Bolsa no deja de mirar la política como una condición de estabilidad y confianza de lo que puede llegar a pasar.

—Claro. El día que Alberto Fernández dijo que iba a impulsar un juicio político a la Corte Suprema, ese día la bolsa cayó un 7%. Está totalmente interrelacionado.

—¿Qué otros factores han movilizado la Bolsa?

—Lo otro que ha afectado a la Bolsa ha sido la recuperación de los bonos argentinos. Cuando eso sucede, primero se recuperan los bonos y después la Bolsa. La gente va midiendo el valor de los activos. Eso hace a los traders ir viendo cómo evolucionan los bonos, las acciones, leyendo el dólar y la inflación. Es decir, teóricamente las oportunidades a nivel financiero van a aparecer en la Bolsa. Después tenés los otros activos financieros como los bonos que ajustan por CER, las tasas, el dólar linked, entre otros, que también son una oportunidad, como la deuda externa argentina que muchos la están viendo porque creen que ante un cambio de gobierno el riesgo país puede bajar de 1.800 a 1.000 y significaría una suba del 30% de los bonos en dólares. Yo no lo tengo mucha confianza a eso porque independientemente de quién sea el futuro gobernante, Argentina por sus fundamentos tiene un problema muy serio de deuda, de crecimiento y de una estructura productiva influenciada por el desánimo y un capital humano que ha ido en decadencia.

—¿Qué otra advertencia pone como en la balanza en este escenario?

—Lo que está complicado es el tema de rollear la deuda interna. Eso está generando un esquema que no sabemos dónde termina. Hoy tenés una baja del déficit fiscal porque le pasaron el problema al Banco Central y porque la inflación, ante una recaudación que es procíclica, ayuda significativamente al Gobierno. Hoy el déficit puede ser del 2,5% del PBI, pero el cuasifiscal debe andar arriba del 4%. Hay un riesgo de roll ver, pero el mercado no está rolleando deuda más allá de noviembre. Ahí creo que va a haber un problema, porque están llenando el Banco Central de papeles y esto es una emisión encubierta que impacta sobre la inflación y el dólar.