Los hermanos Ramiro y Lorena Reiss celebraron las dos décadas como concesionaria oficial en Entre Ríos de la marca nipona y recordaron el legado de Armando: “Hacer, emprender e innovar”, que se sostiene en el tiempo durante 80 años como empresa familiar. Nahuel Amore
Haimovich cumplió este año un nuevo aniversario, en esta ocasión como concesionario oficial de Toyota en Entre Ríos. La empresa entrerriana, que ya tiene más de 80 años de historia y es líder en el mercado automotor de la provincia y con una impronta en el reticulado de empresarios que también promueven políticas para el sector privado, alcanzó las dos décadas de una alianza estratégica con Toyota que le permitió no sólo trazar renovadas metas de comercialización y crecimiento, sino también de creación de puestos de trabajo y expansión como marca.
Ramiro Reiss, director General de Haimovich, destacó que la inserción que tuvo la marca nipona en la Argentina generó las bases para que también pudieran ganar terreno en Entre Ríos, lo que catapultó aún más a la compañía que tiene un historial familiar de más de ocho décadas y más de 245 empleados en su totalidad. “Inauguramos en 2003 y acompañamos ese crecimiento de Toyota. Cuando comenzamos éramos nueve colaboradores trabajando, hoy somos más de 115 personas en dos concesionarias, tanto en Paraná como en Concordia. Comenzamos en el centro y nos fuimos desarrollando”, recordó, en diálogo a DOS FLORINES.
Con los números sobre la mesa, puso en valor la línea ascendente que tuvo Toyota desde que desembarcó en el país hace 26 años y logró posicionarse en sus distintos segmentos, a pesar de las complejidades propias de la macroeconomía que generan acentuados vaivenes. “Comenzó produciendo 10.000 unidades en el país en 1997 y este año va a terminar con 187.000 unidades. El crecimiento se dio a partir del año 2005 con la nueva Hilux, el modelo IMV que fue la revolución total”, apuntó.
Precisamente, este modelo de camioneta se mantuvo durante muchos años como el más vendido del país y la provincia, independientemente de constituirse en el emblema de los sectores agropecuarios que traccionan gran parte de la demanda. “Se insertó y generó un cambio en el concepto de las pickups, que antes eran sólo de trabajo y pasaron a ser multifunción, de trabajo y familiar”, acotó Reiss, quien asumió junto a sus hermanos la conducción de Haimovich desde la partida de Armando, su padre.
Ventas y contexto
Haimovich Toyota inauguró en septiembre de 2003 y delineó el plan de negocios que ejecutó con fuerza en 2004. Para ese año comercializaron 240 unidades anuales y desde entonces fueron superando sus metas, hasta llegar a la actualidad a las 2.000 unidades proyectadas para fin de año, incluso luego de tener ejercicios de mayor movimiento como lo fue en 2017, con 2.600. Incluso, el taller pasó de atender 300 clientes y más de 14.000 en el año.
“Realmente es gratificante ver que todo el esfuerzo, la dedicación, el profesionalismo y el trabajo que se hizo en el equipo, se ve reflejado en los resultados. Como grupo familiar, poder haber generado 115 puestos de trabajo es una gratificación muy importante”, valoró el empresario.
Reiss no dejó de advertir que el contexto condiciona las proyecciones de toda empresa, aunque se compensa con la estrategia que fije la dirección. “Estos 20 años no han sido fáciles. Hemos pasado muchas crisis. En este momento estamos en una situación de nivel político y económico de una gran incertidumbre y estamos afrontando una situación compleja. Pero estamos con la fortaleza y la visión de que van a venir tiempos mejores”, reflexionó.
Acompañado por su hermana Lorena, responsable de Sustentabilidad e Innovación, resaltaron también la política de cuidado del ambiente, en consonancia con el Desafío Ambiental 2050 de Toyota Argentina, para minimizar el impacto en la huella de carbono. Al respecto, destacaron que son uno de los nueve concesionarios del país que obtuvieron la Certificación Eco Dealer que otorga Toyota.
El recuerdo de Armando Reiss
—¿Qué visión tuvo su padre para imprimir una forma de gestión en Haimovich?
—R.R: Papá está presente todo el tiempo. Siempre nos inculcó el hacer de forma permanente y desafiarnos a dar lo máximo de cada uno de nosotros, yendo por más, con bases sólidas, siendo profesionales y muy racionales. Y lo vivimos de él con hechos. No hacer ninguna locura y siempre pensar en hacer sin conformarnos. Innovar, no tener miedo a hacer algo distinto, no tener miedo a equivocarnos. Lo principal es hacer, aprender y corregir. Siempre transmitió muchísima confianza en dejarnos hacer y permitirnos equivocarnos. Papá siempre está presente y todo lo que hemos logrado, si no hubiera estado ese espíritu, esa capacidad y esas ganas de hacer, emprender e innovar, no hubiéramos logrado todo esto.
—L.R: En el tema de sustentabilidad, él era ingeniero. Siempre cuando se encargaba de las obras, tenía esa mirada de cuidar el suelo, generar el menor impacto. Siempre de hacer todo innovando, hacer cosas nuevas de forma distintas en cómo hacerlas. Eso también nos lo pasó a cada uno de nosotros y cada uno de nosotros en las distintas áreas lo hacemos con esa impronta. Él es el artífice de todo esto.
