Emilio Luti: “Entre Ríos necesita reglas claras y políticas a largo plazo para atraer inversiones”

19/12/2021

El empresario y consultor cordobés hace más de 30 años que está vinculado por negocios con estas tierras analiza las condiciones para la llegada de inversiones. Con su consultora, MedCoar asesoró a distintas empresas en protección de activos y estuvo a cargo del proceso de recuperar la quiebra del Jockey Club de Paraná. Desarrolló un complejo deportivo y una empresa de containers para viviendas y oficinas. Y va por más. Dice que hay interés extranjero  en la provincia pero que “no es una de las más amigables con los inversores”. Gustavo Sánchez Romero / Especial para Análisis

Ya superó la barrera de los 70 años, pero tiene la dinámica de un adolescente. Va y viene por todo el país y el mundo detrás de oportunidades y no se detiene nunca. Comparte su vida entre Córdoba, su provincia natal y Entre Ríos. Con ocho hijos – tres de ellos viven en Paraná y lo acompañan en su berretines comerciales- y una esposa que lo sostiene en su trashumancia, considera a la diversificación en los negocios como su regla más estable. Es ingeniero en construcción y una larga carrera profesional, a la que vinculó siempre con su vocación emprendedora. Posee una empresa de turismo internacional donde planifica y despliega viajes religiosos culturales por todo el mundo desde Unquillo, pero con clientes en todo el país. Hace base muchas veces en Roma, aprovechando sus cercanos vínculos con la Iglesia, y brinda un servicio diferente para conocer los lugares sagrados del catolicismo, como así también en el centro mundial del arte renacentista y moderno. Tiene desarrollos agropecuarios y apuesta al deporte y la construcción.

Imagen 1

Pero su llegada a Entre Ríos se produjo en 1995, cuando con consultora Medcoar –que brinda un servicio integral a empresas e instituciones- debió atender a una familia de Rosario del Tala que “había sido víctima de una estafa de un ex gerente y la ayudamos a recomponer sus propiedades en ese momento”, según él mismo relata.

Con todo, siempre estuvo vinculado al mundo de las inversiones –de allí nuestro interés por conocer su punto de vista- y en los últimos años se concentra en intentar atraer inversiones para la Argentina, y algunas de ellas buscan hacer pie en Entre Ríos.

Imagen 2

Las inversiones son, precisamente, uno de los puntos débiles de nuestra provincia y no son muchos los desarrollos con capitales foráneos que miran a estos arrabales como un punto de deseo. Podría decirse que todo lo contrario. Emilio Luti conversa con capitales europeos y americanos y busca seducirlos, pero considera que “no hay políticas serias de promoción” y que “otras provincias como Córdoba o Santiago del Estero” tiene mejor performance en el arte de atraer al capital que busca nuevos horizontes.

Lo adentramos en un diálogo sobre los errores y falencias y cómo dar un golpe de timón para poner a Entre Ríos en esta carrera.

Imagen 3

-¿Cuál es su perspectiva acerca de Entre Ríos como receptora de inversiones?

-Entre Ríos no es la mejor receptora de inversiones en el concierto de las provincias argentinas. Receptoras de inversiones son Córdoba, Santiago del Estero y ahora Salta. Quizá puede haber otra. Es paradójico porque la atraviesan los dos ríos más grandes del país y no hay una ley del fomento al turismo. Salta lo está por implementar ahora.

-¿Entonces ve la principal barrera en la legislación vigente?

-El principal problema que tiene Entre Ríos es su permanente y alta dependencia de los fondos del Gobierno nacional. No ha tenido un plan estratégico ni a mediano ni a largo plazo que le permita una independencia de estos recursos y que estimule la inversión en el territorio provincial. En Santiago del Estero, en comparación con Entre Ríos, el crecimiento ha sido abismal. La gente dice que han hecho un estadio que cuesta millones, han hecho una pista de Fórmula 1 que costó millones. Pero eso es lo que permite atraer turistas e inversores de todo el mundo. Con el producto Termas de Río Hondo ha crecido muchísimo y no es lo mismo. Entre Ríos, o cualquier otra provincia que hubiese tenido leyes donde el Estado es el motivador de la inversión privada hubiese encontrado muy buenos resultados. En algún momento hicimos desde nuestra consultora una ley de fomento a la inversión para Entre Ríos para la producción, salud, el turismo, que en su momento se lo entregamos al secretario Legal y Técnico, José Gervasio Laporte, sin cobrar un solo peso. Lo único que le pedimos es que llegado el momento no la apliquen sólo para los amigos.

-¿Y qué contenía ese proyecto de ley?

-El proyecto era ágil, dinámico y en entendía que un inversor debía esperar no más de 30 días para tener una aprobación provisoria y 30 días más para la aprobación final y servía para los comerciantes, industriales, profesionales que ya están y los que quieren venir, porque tenés que equilibrar. Se trataba de un proyecto de que abarcaba todos los espectros. Se la entregamos y después se conversó, pero creo que le dieron prioridad a esta ley de participación privada que impulsó el gobierno nacional anterior, que parecía más una ley para el Grupo Macri y sus socios en las provincias. La provincia adhirió a esa ley y mezcló algunos otros artículos. No era una ley que no le servía a todos, y cuando una ley no es pareja personalmente creo que no sirve.

Antecedentes.

Emilio Luti Álvarez llegó a Entre Ríos en 1995, pero afianzó su permanencia en estas tierras con la crisis de 2001. Por esos días, un ingeniero que era presidente de la cooperativa Sarmiento de Concepción del Uruguay lo contactó y le pidió asesoramiento sobre la cancelación de pasivos a través de títulos públicos para productores y cooperativas. “Le dije que sí, que era una operatoria preparada para las grandes empresas, especialmente para las contratistas del Estado como Grupo Macri, Roggio, Loma Negra, que se compraban los títulos públicos y cancelaban al 18 % de su valor. Fueron las primeras cancelaciones. Así asesoré a dos cooperativas de segundo grado y cobramos a resultados positivos. Así firmamos con Cafer, que tenía ocho cooperativas de segundo grado”, recuerda el empresario que pasa gran parte de sus días con sus negocios en Paraná.

Dice que antes había asesorado al gobierno de Montiel que iba a tomar un crédito internacional que era una estafa y “se lo advertí y no lo firmaron”. “Al Estado jamás le cobré el asesoramiento”, afirma, y relata que también al Dr. Lauritto (Eduardo), cuando era intendente de Concepción del Uruguay le pidió asesoramiento para un financiamiento internacional, “que era un principio de estafa y tampoco le cobramos”.

Estos trabajos lo fueron afianzando en Entre Ríos y decidió quedarse con un pie de este lado del río Paraná y el otro del lado que caiga la taba.

-¿Porqué considera que el sector privado de Entre Ríos no pugna por tener una plataforma de inversión distinta?

-No lo sé. Será porque están cómodos. Será porque no quiere que vengan otros. No lo sé, porque siempre que vos ponés una ley que sirva para todos es buena para los que están y los que vendrán, Ahora, si algunos se creen dueños de la chacra y nadie más debe entrar el resultado está a la vista.

– ¿Es difícil Entre Ríos para traer una inversión?

-Sí. Tenés primero el no. Y la carga impositiva es una de la más alta del país. Pero no es imposible. Es cuestión de ver la forma. En este momento hay financiación externa para muchas cosas, y en Córdoba se ha hecho. Estamos logrando también atraer inversiones para otras provincias, pero lo que pasa es que las reglas del juego tienen que ser muy claras. Si vos permitís que te faciliten inversiones y después no te molestan y te dejan trabajar tranquilo se vuelve un círculo virtuoso y hay provincias que están captando inversiones y están creciendo. En ese aspecto Córdoba tiene algo para contar. En la gestión de Manuel de la Sota se hizo la primera ley de fomento al turismo. Una ley que la puedo criticar en muchos aspectos porque estaba hecha para los amigos, pero se hicieron seis hoteles de cinco estrellas y muchas inversiones más. Si hacés una ley como la que le propusimos a Entre Ríos que es totalmente abarcativa de todos los desarrollos económicos es mucho más conveniente. Hay un caso para analizar. Había un grupo inversor en Córdoba que se iba a San Luis porque se cansaron de pelear con las autoridades para lograr la inversión. Córdoba legisló sobre su ley con una partecita de lo que nosotros propusimos y logró retener la inversión en su provincia. Pero lo hizo rápido y envió señales claras. Hay un tiempo para hacerlo y ahora hay de nuevo muchos beneficios fiscales para invertir en Córdoba.

-¿Qué estímulos deben primar en Entre Ríos para cambiar la tendencia?

-Lo pusimos en la ley, tanto para los viejos inversores como para los que llegan. Ingresos Brutos, Sellos, Impuesto Inmobiliario, Impuesto Automotor, entre otros. La Provincia no va a dejar de cobrar porque es para los nuevos inversores, por lo que no dejará de cobrar lo que ya cobra. Van a venir a aportar y en esa ley pusimos un punto importante que es que el inversor tiene que presentar un plan de capacitación para los nuevos empleados jóvenes que tome. El día de mañana se va a otro lado pero dejó una plantilla de personal capacitado incrementando el capital social en la provincia. La gente joven de Entre Ríos no puede seguir pensando que el ideal de su representación laboral sea entrar a trabajar al Estado. Eso es lo que pasa hoy.

-¿Eso no generaría una asimetría con el que ya invirtió en la provincia?

-No, porque también incluye al que está en la provincia y desee ampliar su inversión. No es únicamente para el que viene. Si tenés un kiosco y querés ampliarlo, la ley te sirve.

-¿Qué opina acerca que el grupo de Alberto Albamonte proyecta construir tres hoteles en la provincia?

– Me parece excelente. Ahora me llama la atención que no se conozcan fomentos, salvo que haya un acuerdo puntual que no se conoce con la empresa y que en algunos casos se hace. Lo ideal es que sea general.

-¿Considera que la provincia necesita una agencia de inversiones como tiene Córdoba?

-Las agencias de inversiones tienen una particularidad que a mí no me terminan de gustar y que es que están fuera de control. El control de los tribunales de cuenta dejan mucho que desear, pero la agencia lo que hacen es que no están del todo controladas por el Estado. Si tenés una buena sindicatura es otra cosa. Vos podés hacer agencia o nombrar al mejor ministro de la Producción que encuentres, pero si no hay una política de Estado a 10 años que fomente las inversiones, no tendrás éxito.

-¿Entonces para usted las exenciones impositivas son el principal estímulo?

-Es una de las principales variables. También es importante que las normas se apliquen en forma transparente porque muchas empresas no pueden operar cuando hay corrupción.

-¿Hay corrupción en Entre Ríos en estos casos?

-Entre Ríos no le escapa a la generalidad de lo que pasa en el país. Hay provincias con más niveles de corrupción y otras con menores niveles. No es un problema solamente del Estado. Hay corrupción en la sociedad. Se da un cambio de paradigma de las generaciones anteriores a las actuales. Hay empresas, colegios profesionales y el Estado para esto se requiere de dos partes, es matrimonial. El país tiene un problema serio en este punto porque la sociedad no advierte castigos por participar de corrupción y eso nos puso al borde de la quiebra institucional. Esto se ve desde la deuda pública nacional hasta los negocios más pequeños. Yo he atendido muchas empresas locales, nacionales e internacionales, y he aprendido que la corrupción se organiza y hemos escuchado hablar de los clubes sectoriales que se forman para esto.

Condiciones.

En Entre Ríos construyó el complejo La Mesía, de fútbol reducido en el exhipódromo de Paraná, y ahora invertirá en un moderno gimnasio al aire libre, condicionado por los alcances de la pandemia.  También desarrolló MedContainer, una empresa que brinda soluciones habitacionales y oficinas con contenedores de ultramar adaptados, y dice que le va muy bien, logrando una exportación al Uruguay para un emprendimiento hotelero en el vecino país.

Pero está apostando  –junto a un socio extranjero- invertir en edificios en la zona, y uno de ellos sería un avanzado apart hotel exprés, al estilo americano, y al que le pone muchas fichas. Actualmente, en todos los emprendimientos, brinda unos 100 puestos de trabajo en forma directa e indirecta.

Pero él sigue apostando a que se abran las condiciones para que sus socios internacionales encuentren el cauce para anclar en Entre Ríos.

-¿Orientaría hoy una inversión privada a Entre Ríos?

-Nosotros estamos trabajando en eso y estamos confiando en que la vamos a traer. Se trata de inversores extranjeros interesados. Esperamos que se faciliten para que se haga. Si no iremos a Santiago del Estero o Córdoba. Yo prefiero en Entre Ríos porque tiene mucho potencial natural y recursos humanos para ello. Pero hay que cambiar algunas cosas. Si no miremos a Santa Fe lo que ha evolucionado en 10 años. Cuando cambiaron su forma de ver el problema, las inversiones llegaron. Entre Ríos tiene una ventaja y es su cultura y la dinámica de la vida cotidiana en cuanto a la seguridad. Aquí no tenés el arrebato que tenés en Santa Fe o Rosario, para no ir más lejos. La seguridad es un tema clave a la hora de la inversión, pero no alcanza con eso. Hay que potenciarlo.

-¿Por qué cree que es tan bajo el nivel de las inversiones en Entre Ríos?

-Primero porque casi ni se la conoce. Hay que tener políticas de promoción con reglas claras y muy serias, sino no habrá inversiones externas ni locales. Pero tiene que haber una política de Estado que diga yo ofrezco esto y quiero lo otro para determinado lapso. Si no siempre vas a la cola del Poder Ejecutivo nacional. La Argentina tiene cinco balcones naturales que son conocidos internacionalmente. En Córdoba no podemos esperar que venga el turismo internacional para conocer Carlos Paz. Esto está asumido, pero si podés ofrecer Cataratas, el Noroeste, Bariloche, Mendoza y el sur. Recalan en Buenos Aires. Hoy hay serios problemas porque Argentina está considerado un lugar inseguro, especialmente Buenos Aires. Hay grupos que pueden venir y dejan divisas. Hay que ofrecer ocio, seguridad y encanto natural. Entre Ríos tiene esto y los dos ríos más importantes del país. En la Costa del Paraná no hay nada. Está el Parque Pre Delta. Pero hay que trabajar con inteligencia y seriedad para imponer los escenarios naturales. Villa General Belgrano es la única localidad cordobesa que no tiene río. Sin embargo es la de mayor ocupación hotelera durante todo el año. Están las fiestas de la cerveza, el carnaval tiroles, la fiesta de la masa vienesa y todo lo que te puedas imaginar.

-¿A los entrerrianos le falta la picardía del potrero que tiene el cordobés para vender sus recursos?

-Le falta eso y algo más. En Córdoba con un hilito de agua hacen magia. Lo que hace falta es una política creativa. Sobre la costa del Paraná debería ser posicionado para las familias, porque la diversión está en la Costa del Uruguay donde van las parejas y los jóvenes. Hay que brindar servicios, y en la Costa del Paraná eso no ocurre.

La experiencia del ex hipódromo y Grupo Libertad

“Me convoca José Hernández, vicepresidente del Jockey, porque que le habíamos salvado la quiebra que le reclamaba un banco en ese momento, y estaba viendo que podíamos hacer con la entidad que estaba en una situación terminal. Ya había tenido dos remates en suspenso sobre el predio de calle Almafuerte. Estaban en una etapa liquidativa final. En realidad el valor del inmueble era cero, ya que el municipio le impuso una ordenanza de restricción de dominio”, relata Emilio Luti Álvarez cuando se lo consulta sobre su experiencia de liderar el proceso de la quiebra del ex hipódromo de Paraná.

Dice que de los que se trataba era de buscar un inversor que se hiciera cargo de la deuda. “Nos dieron un CD donde la deuda era de 5,9 millones de pesos. Cuando lo abrimos ya eran 14 millones y se terminaron pagando 33 millones de pesos. Sin contar el predio nuevo que se le compró al Jockey Club en Oro Verde, que si no me equivoco era de 28 hectáreas. Yo jamás dije que tuviera la plata”, relata el empresario.

Entonces cuenta que con la propuesta de levantar la quiebra se interesó a Cencosud, a Carrefour, a IRSA, a Coto y a Grupo Libertad. Cencosud respondió primero e hizo una oferta que no satisfizo al Jockey Club e intentaron acceder a través del gobernador Urribarri. “El predio, que tenía 22 hectáreas completas, y con las urbanizaciones quedaron 10,5 hectáreas, tenía varios interesados. La gente del Jockey Club resistió y siguió el proceso”, precisa.

Afirma, entonces, que se hace el acuerdo con Grupo Libertad y se comenzó a pagar a los acreedores. “Debe ser la única quiebra que se pagó el 100% de los acreedores. Tenían 82 juicios laborales en contra. Que era la mayor deuda, sin contar los juicios de los entes estatales. Toda la obra de infraestructura la hizo Libertad, el proyecto, la ejecución de las cloacas, el agua. Mucho dinero. La Municipalidad estuvo cinco años sin recibirle el proyecto. Fueron tres años con una inversión de 184 millones de pesos y lo que faltaba por hacer para adelante. Después resolvieron esperar, pero ellos siguen siendo dueño de 6,7 hectáreas”, expresa el empresario.

-¿Y cómo se fueron adquiriendo las otros predios?

-En algunos casos se compraron y en otros fueron adquiridos como dación de pagos. El acuerdo con el Jockey Club se le entregaron terrenos, que fueron vendiendo oportunamente. E incluso la empresa constructora que hizo la obra de Oro Verde también logró terrenos que fueron vendiendo a inversores privados. Hubo varias operaciones en este sentido. Nosotros quedamos con algunos terrenos también como forma de pago por todo el esfuerzo puesto en que se resuelva de la mejor manera. Así hoy en el proyecto global hay varios propietarios. Nuestros proyectos están acompañados por socios locales. Minoritarios o no, pero con socios locales. Eso lo aprendí de los Emiratos Árabes Unidos. Allí cualquiera puede invertir en lo que quiera y tener un desarrollo exitoso, pero debe tener un socio local. Así lo hicimos con la inversión en La Masía.

-¿De cuánto fue la inversión?

-Fueron como 100 mil dólares. Ahora vamos cuatro proyectos más. El primero sería una ampliación del primer proyecto y es un centro de entrenamiento de alto rendimiento, que se realizará en la esquina del terreno, destinado a gente de fútbol y otras disciplinas al aire libre, porque no sabemos cómo se comportará la pandemia.  Mucha gente está entrenando en plazas y acá se ofrecerá alta tecnología al aire libre. Ya se lo hemos adelantado al intendente y estos son los otros proyectos: un complejo de canchas de padel bajo homologación de competencias internacionales; vamos por un paseo comercial basado en contenedores semi cubierto, frente a la Plaza de las Mujeres; estamos presentando el primer proyecto de un edificio de viviendas en calle Maciá y Artigas, departamentos uno y dos dormitorios, de seis y siete pisos, con el apoyo de inversores locales. Estamos avanzando con un inversor extranjero para hacer un par de edificios más que se sumaría una financiación para el comprador.

-¿Libertad tiene a la venta su lote?

– Ya no. Tengo entendido que lo sacó de la venta. Veremos qué decide hacer. Las grandes empresas actúan muchas veces en forma contracíclica.