El vivero y paisajismo perdió una temporada y espera florecer en primavera
28/04/2020
Andrés Cáceres, de Vivero El Bosque, analiza el impacto que sufrió el sector en pleno cambio de estación. El personal, la prioridad en cuarentena. Nahuel Amore
Dentro del abanico de sectores comerciales que sintieron la embestida de la cuarentena están los viveros, que afrontaron una significativa disminución de las ventas de productos y servicios en pleno inicio del otoño. Al respecto, Andrés Cáceres, dueño del Vivero Paisajismo El Bosque de Paraná, dialogó con DOS FLORINES y alertó que ya traían una merma de la actividad por los días de calor, que se terminó de agravar con el aislamiento. Recién cree que los vientos volverán a soplar favorables en primavera, cuando la pandemia haya morigerado y llegue el momento del año del rubro.

“Nosotros veníamos justo en un cambio de estación. Las temporadas altas nuestras son en primavera y en otoño, cuando la gente recambia el plantín de verano e invierno. Justo nos pasó que veníamos de 20 días de no vender nada porque hacía mucho calor, entonces la gente no salía mucho. Se vendían algunas cosas mínimas de mantenimiento”, señaló.
En este sentido, el joven emprendedor, que ganó mercado en los últimos años con clientes privados y públicos de la ciudad y la región, indicó que antes de la cuarentena el trabajo había disminuido a la mitad. “Estábamos trabajando al 50%, un poco por el calor y otro poco porque no hay poder adquisitivo en la clase media que es la que consume”, argumentó.

Respecto de los trabajos que realizan, destacó que cayeron aquellos servicios que marcan la diferencia. “Jardines desde cero hace un buen tiempo que no se estaba vendiendo, sino que preferentemente se venden cosas chicas, de mantenimiento; no se hace una buena reestructuración de jardín. En cuanto al paisajismo grande, casi que no hay obras, ni públicas ni privadas. Está bastante parado hace un buen tiempo. Nosotros veníamos sobreviviendo con los productos de uso común: tierra, plantines de estación, venenos para hormigas y productos de saneamiento ambiental”, graficó.
Incluso, durante estos días, admitió que se frenaron aquellos trabajos de parques y servicios encargados con antelación. “Teníamos muchos presupuestos dados, diseños que nos llevan hasta 10 días de presupuesto que todo eso se perdió. La gente, al no saber lo que va a pasar en la economía y socialmente en el país, dio para atrás muchos presupuestos. Además, no quieren tener gente cerca”, aseguró.

Estructura
Las ventas comerciales cayeron de un día para otro desde el 20 de marzo. Claro está, los viveros no fueron incluidos dentro de los rubros habilitados para comercializar, por no considerarse esenciales. Por ello, tuvieron que sobrevivir con una facturación en marzo que llegó a significar apenas un 25 o 30% en relación al movimiento habitual del mes.
El Bosque debe sostener en pie la sede de calle Don Bosco y también nueva sucursal, ubicada en el Acceso Norte. Consultado por los gastos fijos, resaltó: “Tenemos una estructura bastante económica en cuanto a los alquileres y demás, pero en cuanto a empleados no llegamos a cubrir todos los costos. De todos modos, tuvimos que salir de otro tipo de pagos, como son impuestos y servicios, y se priorizó darle a ellos”.
Sobre la importancia del personal, Cáceres valoró el modo en que se manejaron, más aún en momentos difíciles para las familias. “Cuando veía venir la cuarentena, les pagué antes, los primeros quince días de marzo y llegué a pagar completo los primeros días de abril. Adelanté algo de plata para que tengan, porque yo también me estaba stockeando la heladera con cosas”, indicó.
Por otro lado, el emprendedor admitió la necesidad de financiamiento. Confirmó que tuvo pérdidas en el vivero, pero no llegó a tomar deuda, sobre todo por la imposibilidad con que se encuentran las micropymes. “Estábamos interesados en los créditos nuevos, pero intentamos y no tenemos respuesta siquiera de los bancos. Hasta el día de la fecha no hemos tenido respuestas. Nos interesa como para poder afrontar las cosas que quedaron pendientes estos días, como proveedores a los que se les deben”, confió.
Vuelta al trabajo
“Empezamos a retomar el trabajo haciendo unos controles de stock internos. Los primeros quince días no trabajamos, solamente había una guardia mínima para hacer riegos que estábamos autorizados por Senasa. Eran dos horas por vivero que nos habilitaban”, señaló.
Luego de esta primera etapa, aseguró que la segunda quincena comenzaron a hacer a trabajar con el stock, acomodando las plantas que necesitan podas por la época y el elementalmente el cierre de los invernaderos. “Hubo una semana de frío que nos arruinó un poco las plantas”, lamentó.
Respecto de las pérdidas, dijo que “se perdió un poco lo que había entrado de otoño, que no se alcanzó a vender. Eso se tiró, porque no se pudo mantener. El plantín de otoño era producción propia, porque nosotros producimos el 50 o 60% de lo que vendemos”.
Tras la habilitación definitiva a los comercios, El Bosque pudo reiniciar las ventas a través de envíos a domicilio, cuyo servicio ya lo habían iniciado hace dos años. Si bien en su momento no funcionó, permitió sentar las bases para que las restricciones del momento no los tomen desprevenidos.
El uso de redes sociales y la publicidad en radio y televisión ayudó a no perder contacto con los clientes. Para ello, atienden por medios electrónicos y realizan envíos sin costo. “Nos fue más fácil adaptarnos a esta nueva modalidad. Estamos aceitándolo, agarrándole la mano. Pero creemos que lo bueno que puede pasar es que la gente se va a acostumbrar a comprar a distancia”, anticipó.
Incluso, Cáceres confirmó que durante estos días aprovecharon para organizar el área administrativa del negocio, además de poner en marcha un cambio de estética del local principal, con la participación incluso de la clientela, que pudo sugerir cambios.
Expectativas
La cuarentena, como a muchos sectores, pegó de lleno en aquellos proyectos que tenían empresarios y emprendedores para encarar con fuerza el año. “Teníamos muchas expectativas, queríamos encarar obras nuevas, invernaderos nuevos, galpones nuevos”, lamentó. De igual modo, se mostró positivo y adelantó que la algunas seguirán en pie, aunque “con otra calidad de inversión”.
Dentro de las prioridades mencionó que mantendrán las inversiones de publicidad y la planta de personal. “Si se tiene quemar algún vehículo en el medio, se hará. Lo más importante es tener el personal capacitado para atender, que saben los movimientos del negocio. No queremos perder a nadie. Veníamos en crecimiento, por lo cual todos los que están, están laburando al ciento por ciento”, subrayó.
El objetivo, de todas maneras, está focalizado en septiembre. “Vamos a esperar hasta la primavera. Esperemos que no suceda nada fuera de lo común. Vamos a ver cómo se mueve, qué poder adquisitivo le queda a la gente, ir probando con productos y buscando la mejorar calidad y más barato”, destacó Cáceres.
Asimismo, la mirada es integral y da cuenta de las necesidades que tendrán otros sectores, a las que los viveros deberán estar atentos. “Para que el turismo levante, vamos a necesitar una ciudad ordenada, florecida, y en eso vamos a estar atrás, para que cada uno pueda acomodar su negocio, casa, jardín, frente, para que cunado esto vuelva tengamos todo ordenado. En esto vamos a estar al pie del cañón”, finalizó.