El turismo de eventos en Paraná sufre una “incertidumbre total” de cuándo y cómo se reactivará

25/06/2020

El presidente del Paraná Bureau plantea los desafíos que tendrán en la nueva normalidad, incluso para complementarse con la virtualidad. Nahuel Amore

La industria sin chimeneas de Entre Ríos atraviesa su peor momento de la historia, en medio de un parate total provocado por la pandemia del coronavirus. Dentro del sector, el nicho del turismo de eventos o reuniones también espera una señal clara para poder pensar en una reactivación que dé previsibilidad y sustentabilidad a las micro, pequeñas y medianas empresas que apenas sobreviven y son fuente de empleo en la ciudad y la provincia. Los desafíos de adaptarse a los cambios serán determinantes para el regreso y la convivencia con la virtualidad será inevitable, incluso para retomar el reperfilamiento que la capital provincial apostaba para potenciar.

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Carlos Monti, presidente del Paraná Bureau, advirtió a DOS FLORINES que “el principal problema hoy es la incertidumbre total de cuándo se va a poder volver a hacer la planificación de los eventos”. “Nosotros pensábamos que el parate era por menos tiempo. Las proyecciones nuestras eran postergar los eventos que se hacían a partir de marzo -que había varios confirmados- para fin de año”, señaló. Sin embargo, tampoco saben con seguridad si en los meses finales de este fatídico 2020 podrán volver al ruedo y menos aún en qué condiciones.

En este contexto, los empresarios ganan tiempo al avanzar en proponer las pautas de comportamiento de cara a la “nueva normalidad” que exigen las circunstancias en todos los ámbitos. “Ya hay un protocolo sugerido, pero todavía no está aprobado a nivel nacional, tanto para la realización de congresos, convenciones y ferias. La Provincia está trabajando en su propio protocolo también”, indicó, y destacó que mantienen diálogo con funcionarios del área, pero fundamentalmente con el municipio a través del Empatur, herramienta que consideran clave para la consolidación del sector en la ciudad.

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De todas maneras, Monti insistió en que sigue preocupando “la incapacidad de poder saber cuándo la actividad va a poder volver a comenzar”. “Hoy estamos en uno de los peores momentos, en virtud de lo largo que se ha hecho el parate. Pero también sabemos obviamente que es uno de los que va a impulsar después el regreso del turismo a su nueva normalidad a la ciudad”, analizó.

Al respecto, reconoció que ese camino va a ser progresivo. “Primero va a ser con eventos de escasa magnitud, de poca convocatoria y luego con el tiempo volverán los grandes eventos. En nuestra industria especial del turismo de reuniones, hay muchos cambios de modalidad que los empresarios tenemos que ver para reacomodarnos”, planteó, y apuntó a la virtualidad.

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Virtualidad

En la configuración de los nuevos modos de vida y los interrogantes de la postpandemia, Monti aseguró que este nicho de turismo deberá comenzar a pensar en eventos híbridos, que contemplen “una parte más chica presencial y con la tecnología compartirlo virtualmente”. De todas formas, admite que también llegaron para quedarse las reuniones ciento por ciento virtuales, que significan un problema para el destino sede ya que en realidad “no te derraman en la economía”.

El futuro de Paraná tendrá distintas miradas, según la particularidad de cada empresa y según la mirada del conjunto. “La virtualidad y los eventos híbridos van a tener un crecimiento que antes nadie podía prever tan rápido. Ahora bien, hay miradas distintas. El turismo de reuniones tiene una complejidad que generalmente tratamos de resumir para que la comprenda todo el mundo, pero en cada uno de estos nichos aparecen ciertas complicaciones y posibilidades de volver al ruedo de distinta forma, sea un congreso, una feria o una capacitación”, planteó, y distinguió que “el problema está en dónde poner la mirada estratégica y no errar en el diagnóstico”.

La pregunta en este sentido es si las herramientas digitales serán consideradas una amenaza o un complemento. “Yo me quedo con un concepto interesante vertido por un español que decía que no hay que temerle a la virtualidad, sino pensar en cómo asociarse para potenciar nuestros propios eventos”, consideró Monti, y admitió que forma parte de la complejidad de un segmento que deberá amalgamar las experiencias presenciales y a distancia.

¿Cuándo?

Según el presidente del Paraná Bureau, la ciudad tiene “buenos equipos y buenas empresas como para ser competitivos” al momento de la reactivación. No obstante, subrayó una vez más: “La única complejidad que nos impide la planificación es que no hay una previsión de fechas. Entonces, uno tiene que ir constantemente pensando y cambiando. En el mientras tanto uno va acomodando este diagnóstico”.

—¿El año está perdido o hay posibilidad de que los eventos se habiliten hacia octubre, noviembre o diciembre?
—Hay distintas miradas. Pero sí hay datos certeros de eventos que han postergado sus fechas que tenían para fin de año, sea noviembre o diciembre. Hay otros eventos, como el Panamericano de Maxibásquet que se suspendió para noviembre y luego fue postergado para marzo del año que viene. Lo importante es que es una postergación y no una cancelación. El problema está que los eventos, en esa complejidad, al ser internacional necesita de los vuelos, del transporte de las personas dentro del país; esto tiene una complejidad mayor.

El cierre del Hotel Plaza Jardín

El cierre definitivo del Hotel Plaza Jardín de la familia Yañez Martín despertó las alertas a nivel local sobre la real crisis que está atravesando la hotelería, gastronomía, agencias de viaje y empresas de transporte en todo el país. La lamentable noticia terminó de sacar a la superficie una crítica situación de quebranto de muchas empresas que no estaba siendo dimensionada o que algunos creían que era sólo cuestión de agoreros.

Al respecto, Monti manifestó a DOS FLORINES la preocupación que genera el tema y planteó que si bien existe un diálogo entre el sector público y privado y se comparte la experiencia de un escenario totalmente inédito por la pandemia, también consideró que “muchas veces se siente que lo que le pasa al otro se queda en un diagnóstico, de que está difícil, pero no al grado de que se cierran las empresas”.

“Realmente estamos llegando a un momento que creo que hay que tomar dimensión, porque hay puestos de trabajo que van a costar generar”, alertó el empresario, y acotó que del mismo modo costará estimular nuevamente las inversiones y volver a generar valor.

En este sentido, el empresario remarcó que es necesario que la Nación también sancione e implemente la Ley de Emergencia Turística, del mismo modo que lo hizo el Gobierno provincial. “Hay que seguir por el camino de que el sector público y privado vean cómo en conjunto tenemos la capacidad para reinventar el turismo”, concluyó.

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