El toro por las astas

20/04/2020

Por Fabián Rogel – Exdiputado nacional

Creo que ha llegado el momento, después de 37 años de democracia, que la dirigencia política argentina tome decisiones de fondo respecto de los males que viven aquejando al país, y que gobierno tras gobierno no se resuelven.

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Más allá de cualquier bandería política, deberíamos tratar de coincidir en los grandes problemas de la nación, uno de los cuales es el sistema financiero.

Por estos días vemos al presidente de la Nación retar al presidente del Banco Central y enojarse con el sistema financiero porque se disponen dineros para otorgar créditos a las pequeñas y medianas empresas, las llenan de requisitos, para que finalmente no se puedan otorgar ninguno de estos créditos.

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A esta altura hay que ser categórico y sincero, ningún gobierno de los que se han elegido democráticamente en el país, desde el año 1983 a la fecha, ha decidido que el país tenga una nueva ley de entidad financiera que establezca, en primer lugar, que frente a la especulación y la producción debe haber un estadio intermedio para que en la Nación pueda existir un modelo de desarrollo; y en segundo lugar, para que las tasas de interés que los bancos cobran en Argentina, que en cualquier lugar del mundo son consideradas de usura, no se sigan aplicando gobierno tras gobierno.

Ganadores.

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En el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner los que más ganaron fueron los bancos. El anterior gobierno apostó a escuchar los intereses de los sistemas financieros, nacionales e internacionales, por sobre el modelo productivo. Hoy, todavía no hay señales claras que el actual gobierno haga realidad la consigna de que, entre los jubilados y el sistema financiero, y entre las Leliq y la producción, vaya a apostar por los jubilados y por la producción.

Las encerronas financieras y la patria financiera también estuvieron presentes dominando la escena en el primer gobierno democrático. Lo mismo ocurrió bajo el gobierno de la Alianza, y así sucesivamente con Menem y los demás gobiernos; es decir, se han venido reiterando estas políticas donde la gente siempre termina trabajando para los bancos.

Si no hay voluntad política y se logra aprobar a través del congreso una nueva ley de entidades financieras de las que existen en el parlamento varios proyectos importantes, lo demás serán puros juegos de palabras, escaramuzas periodísticas, pero en ningún momento serán decisiones de estado que definan un modelo de producción nacional para los tiempos.

En la provincia de Entre Ríos hay que salir de la encerrona del sistema de agentes financieros que consisten en nada menos ni en nada mas, en que el gobierno de la provincia, o sea, los entrerrianos, le paguen a un banco para que nos administre nuestros recursos. Semejantes disparates fueron parte de un modelo de los 90, donde se privatizó toda la banca estatal y los bancos de provincia otorgándoles de manera cautiva a los bancos privatizados una clientela que a estos le costaría demasiado esfuerzo conseguirlos.

En Entre Ríos hay que ir, tal cual lo establece la Constitución de la provincia, por la creación de un Banco Provincial, como se estableció por unanimidad por el conjunto de los convencionales constituyentes en el 2008.

Futuro.

37 años de continuidad democrática deben servir para que toda la dirigencia política, sin distinción, le diga al pueblo argentino qué cosas son esenciales para lograr un modelo productivo que asegure el sostenimiento de una idea de nación más allá de las coyunturas.

Es que si hay alguien que ha venido atentando contra cualquier posibilidad de estos modelos, que privilegia la producción por sobre la especulación ha sido el sistema financiero, los únicos que siempre se han salvado, aun en las peores crisis que le ha tocado vivir al pueblo argentino.

Ha llegado el momento, y estas crisis deben servir para ello, de sincerar entre los dichos y los hechos, para que la Argentina comience a cerrar las verdaderas grietas, que son las grietas discursivas entre lo que se dice y lo que se hace; y una de las cuentas pendientes más dolorosas y vergonzosa que tiene la clase política en esta democracia, es no tener un sistema financiero donde ganen más los que producen y no los que especulen, para ello, hay que tomar el toro por las astas.

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