Uno de los sueños entrerrianos, cuya concreción tan bien le haría a la provincia y a sus ciudadanos, no se cumplirá. Es el sueño que sueña, entre otros, el gobernador Sergio Urribarri –ya lo confesó– y que acompañan los productores agropecuarios entrerrianos. Es un sueño ambicioso, bueno, hasta podría decirse vital para Entre Ríos. Es un gran sueño… pero no se cumplirá, al menos este año.
Aumentar la superficie sembrada con maíz en Entre Ríos –el sueño que comparten Urribarri y los productores agropecuarios– no será posible en la actual campaña agrícola 2013/14.
La razón es muy simple: los números no dan, y, hasta el momento, no hay ninguna señal concreta que pueda revertir esta realidad.
Un informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), conocido en los últimos días, es lapidario: los márgenes ajustados vuelcan la balanza a favor de la soja, cuya superficie crecería entre el 10 y el 20 por ciento.
No habrá, entonces, más maíz. Habrá más soja, otra vez habrá más soja.
“La previa de la campaña gruesa 2013/14 sigue mostrándose cautelosa y se afianza la menor intención de maíz”, señaló la GEA en su último reporte, y advirtió que “el estrechamiento de los márgenes en todos los cultivos enciende la luz de alerta amarilla e incluso roja. La caída que registran los precios futuros y el aumento de costos –principalmente relacionados al uso del gasoil–, son los principales motivos de este escenario de márgenes ajustados. Y en la elección, la balanza tiende a inclinarse a favor de la soja”.
Es que el costo de implantación del maíz duplica al de la soja y, en algunos casos, si se hace en campo alquilado el cereal resulta inviable, sostiene el informe de la BCR que alude a la zona agrícola núcleo, la de las tierras más ricas y, por consiguiente, la de rendimientos más altos.
Si en el sur santafesino, el sureste cordobés y el noroeste bonaerense los márgenes son ajustados, fácil es colegir que en Entre Ríos, que no es zona núcleo, los números son ajustadísimos.
Ante este escenario, el sueño de hacer más maíz en la provincia se vuelve una utopía.
Desde la GEA señalan que las reservas de semilla de maíz e insumos sólo las están realizando aquellos productores que cuentan con campos propios, o aquellos que alquilan pero que acordaron previamente con los propietarios ir a porcentaje del cereal. En Entre Ríos sucede algo similar, con el agravante de que un 70 % de la agricultura provincial se hace en campos alquilados.
De esto se desprende que a pesar de que en general los valores de los alquileres se mantuvieron –sobre todo en campos buenos– siguen incidiendo, a lo que deben sumarse los mayores costos de producción. La inflación, que mes a mes demuele el salario de los trabajadores, también impacta de lleno en los productores porque los costos se disparan.
En materia de costos, la mayor incidencia es el precio de los combustibles, donde el flete ocupa un primerísimo lugar. Le siguen los costos de las labores y los gastos de acondicionamiento, en los que también se requieren consumo de gasoil, sostiene la GEA.
Los insumos como semillas, agroquímicos y fertilizantes, agrega el infome, son los que menos han influido en este cambio de márgenes, pero de todos modos implantar maíz cuesta el doble que implantar soja y esta gran inversión inicial es también una gran desventaja para aumentar la intención de siembra del cereal.
Si, además, las cotizaciones a futuro del maíz no son atractivas, el sueño de hacer más maíz se desploma por completo.
Este complejo panorama hizo que la Bolsa de Cereales de Entre Ríos –ferviente impulsora del maíz – fijara su posición públicamente. “A pocos días de iniciarse la siembra de maíz en Entre Ríos, no tenemos todavía ningún instrumento importante que cambie significativamente la rentabilidad del cultivo”, advirtió la institución, y recordó que “nuestros productores continúan sembrando aun con resultados económicos negativos”. En muchos casos, aclara, “achican superficies y bajan tecnologías, pero lo hacen, porque tienen las herramientas y deben pagar cuentas, en espera de que ‘algo’ ocurra y revierta esta situación”.
La Bolsa entrerriana, siempre prudente en sus expresiones, reconoce los esfuerzos realizados para conformar la denominada Mesa de Maíz para debatir, entre todos los integrantes de la cadena, cuáles son las herramientas necesarias para aumentar el área maicera, pero esto solo “no alcanza”.
Por esta razón, los dirigentes bursátiles salieron a reclamar públicamente “una drástica disminución” de las retenciones que gravan el cultivo para “comenzar a transitar un camino distinto”.
Esa es la discusión central, no hay otra. O se reducen las retenciones o el aumento del área maicera en Entre Ríos seguirá siendo un sueño, sólo un sueño. Ahora, el año que viene y en 2015.