El sector turístico juega al póker en el Titanic y apunta contra Irazusta
16/08/2020
Hay críticas hacia el secretario de Turismo, que se mantiene al margen y espera el rebote; algunos se prueban el traje y las diferencias afectan la representación institucional. Gustavo Sánchez Romero
Lo más importante que se podrá leer en este artículo se lo dijo el 23 de junio pasado a Dos Florines Hugo Permayú, el veterano dirigente gremial titular entrerriano de la Unión de Trabajadores de la Hotelería y Gastronomía de la República Argentina (Uthgra). “Esto es una catástrofe: la pandemia nos hará perder de 4 a 5 mil trabajadores de la hotelería y gastronomía de los 9 mil que tiene la provincia de Entre Ríos en sus dos costas”.

La realidad no está siendo esquiva a este pronóstico y es imposible precisar su certeza porque muchos establecimientos aún están cerrados.
Esta cifra es espeluznante, sin contar que el sector turístico tiene muchos otros actores que sufrirán la coyuntura: agencias de turismo, guías turísticos, guías de pesca, transportistas. Pero también habrá un impacto en el comercio formal, en feriantes y artesanos, y otros tantos que abrevan de esta enorme fuente de ingresos genuinos que tiene Entre Ríos y que ha crecido en los últimos años.

Dicho esto, estimado lector, quedará a su libre albedrío la continuidad de la lectura.
Lo que se desplegará abajo no es otra cosa que un eslabonamiento de infortunios propios y adquiridos que se hacen visibles en esta pandemia y en su larga cuarentena.

Las todavía inestimables secuelas de la crisis que generó el Covid 19, la caída de empresas y la pérdida cuantiosa de empleo; la fragmentación y atomización de la dirigencia del sector turístico; las diferencias de visiones que existen en Entre Ríos, ancladas cada una en su costa geográfica; cierto desinterés histórico del sector público sumado al oportunismo de algunos y la falta de una mirada integradora y temporalmente estratégica que pueda sobrevolar las miserias sectoriales, forman parte de este rosario descriptivo de lo que somos y cómo estamos.
Se complementará con una entrevista a Gastón Irazusta; el actual secretario de Turismo provincial, cuya gestión se encuentra interpelada por algunos.
Todo indica que la angustiante situación se puede describir con una metáfora: el Titanic ya colisionó con el iceberg, algunos juegan póker en la cubierta y el plomero se pregunta cuál es el mejor plan para resolver el problema.
AVATARES.
La actividad turística adquirió más relevancia en Entre Ríos a mediados de la década del ’90 cuando Maximiano Blas Asensio, el entonces ministro de Economía de Mario Moine, lo propuso como uno de los cinco vectores de crecimiento económico con una mirada estratégica a 20 años para una provincia que descreía de sus propias potencialidades. Es una realidad que en este sector es siempre el Estado el que se anticipa a los estímulos de la inversión privada. Organiza la infraestructura, presenta las oportunidades y el capital evalúa qué retorno puede tener una inversión analizando todas las variables a mediano plazo, porque siempre se requerirá tiempo.
Bien o mal, es así con independencia de cualquier valoración propia.
Entre Ríos realizó un camino virtuoso en este sentido. Así, con los años se logró lo que los especialistas llaman una “comunidad turística”, un esfuerzo conjunto producto de la sinergia de muchos sectores y personas.
Pero, ciertamente, esta pandemia desnudó una importante fragilidad institucional. Claramente, al menos, hay dos grandes posicionamientos de entidades que miran la realidad desde distintos lugares.
La Cámara Entrerriana de Turismo (CET) tiene, básicamente, un anclaje en pequeñas empresas y entidades de la provincia que se ubican con el patrón sociocultural de la costa del Uruguay.
No lo niegan y lo exhiben abiertamente.
Se trata de unos 45 entidades de toda la provincia entre los que se destacan: la Asociación Concordiense de Turismo; la Asociación de Turismo de Federación; la Asociación de Prestadores de Servicios Turísticos de San José; la Cámara de Comercio Industria, Turismo y Servicios de Santa Elena; la Cámara de Turismo de Gualeguay; la Cámara de Turismo de La Paz; la Cámara de Turismo de Villaguay; la Cámara de Turismo de Villa Elisa; el Centro Comercial e Industrial La Paz; el Centro Comercial e Industrial de Paraná; el Centro de Comercio, Industria y Turismo de Hernandarias; el Centro de Defensa Comercial e Industrial de Gualeguaychú; el Centro Económico, Comercial, Industrial y de Turismo de Villaguay; el Ente Mixto Concordiense de Turismo; la Federación Económica de Entre Ríos; Profesionales Asociados de Turismo de Entre Ríos; Termas de Ayuí y Termas de Punta Viracho -Corporación para el Desarrollo de Salto Grande; Termas de Basabilbaso; Termas de Concepción del Uruguay; Termas del Gualeguaychú; Termas del Guaychú; Termas de La Paz; Termas de Villaguay; Termas de Villa Elisa; Club de Pescadores Cazadores y Náuticos La Paz; y Club Progreso de las Actividades económicas de La Paz, entre otros.
Se nuclean como “legítimos representantes de la actividad turística provincial” que aseguran que no tienen otro objetivo que el crecimiento del sector y que se diferencian en lo que está en la base de las contradicciones entrerrianas.
“Sólo hay que mirar cómo se ha comportado el turismo en cada costa y se ven las diferencias. En Paraná en las últimas décadas sólo se ha construido el Centro Provincial de Convenciones (inversión del Instituto del Seguro de Entre Ríos) y hay mejoras en el Autódromo de Paraná. Todo el mundo espera todo del Estado, y muchos empresarios quieren ser actores de las decisiones jugando en esos roles. No me parece mal. Pero nosotros apostamos a un mayor desarrollo del sector privado. Hay una visión distinta. Los entes mixtos hace años que funcionan en las ciudades de la Costa del Uruguay, hay muchas asociaciones vinculadas al turismo, eventos populares, y hay cientos de fiestas con proyección nacional en esta franja de la provincia que son dirigidas por instituciones de inmigrantes o sociales. Las infraestructuras fuertes del sector privado están en esas ciudades de la Costa del Uruguay. Parecería que hay una cabeza menos egoísta y más asociativa. El primer plan estratégico que se hizo con éxito fue en Federación, una ciudad planificada. Colón realizó una fuerte inversión para ser turística. Villa Elisa era agrícola-ganadera y se reconvirtió en una ciudad turística de jerarquía. Gualeguaychú, casi sin naturaleza, inventó un superproducto como el carnaval. Podemos nombrar muchos ejemplos que diferencian las culturas turísticas y lo peor es que se impone una visión unitarista paranaense muy atravesada por lo administrativo”, confió ante la consulta un dirigente de CET a la hora de analizar las diferencias.
Según esta fuente, y como crítica constructiva, dice que los periodistas muchas veces pecamos de abrazar esta concepción para ver la provincia desde Paraná. Es probable. Casi siempre reproducimos el mundo que no queremos.
Sebastián Bel, un empresario vinculado a CAME, de Gualeguaychú, y Marcelo Quiroga, de Paraná, ex secretario de Turismo de la reciente gestión de Sergio Varisco, son referentes principales de la CET. La preside hoy Leonardo Schey. El dirigente que lidera la entidad posee un complejo de cabañas en Concordia y sus padres construyeron el hotel Coronado, una reciente víctima de la crisis en la Capital del Citrus.
Schey tuvo duros concepto para con Gastón Irazusta no hace mucho, a quien cuestionó por su inacción, asegurando que en su Secretaría “son 40 funcionarios que desoyen al gobernador y se juntan en una oficina a tomar mate”. Algunos aseguran que Schey era uno de los nombres que sonaron con más fuerzas para ocupar la secretaría de Turismo al inicio de la segunda gestión de Gustavo Bordet, impulsado por el peronismo concordiense, pero su nombre quedó relegado en la maraña de las internas del poder.
Hoy las aguas buscan tranquilizarse y desde la Cámara quieren restablecer los puentes con el ministerio que dirige Juan José Bahillo.
Este sector intenta mostrarse activo y ha mantenido reuniones con los legisladores entrerrianos Alfredo De Angelis (JxC) y Edgardo Kuider (PJ) por la ley nacional que se está debatiendo en el Congreso. Han realizado varios webinar, donde se destacaron Hernán Lombardi, ex secretario de Medios de la Nación en la gestión de Macri -dicen que algunos lo tildaron de macristas- y en breve convocarán al santiagueño Ricardo Sosa, secretario ejecutivo del Improtur (Instituto Nacional de Promoción Turística), naturalmente parte del actual gobierno nacional.
POSICIONES.
Gastón Irazusta nació en Gualeguaychú hace 48 años. Vivió fuera de la provincia mucho tiempo, según cuenta, trabajando en distintos ámbitos vinculados al turismo, especialmente en la cooperación internacional, plataforma que mira al turismo como un instrumento de desarrollo. “Vengo de esa escuela, especializándome en España, Costa Rica y muchos lugares de Latinoamérica, siempre con esta visión”, confiesa. Regresó a Entre Ríos hace casi cinco año para hacerse cargo del área turística durante los cuatro años anteriores. Juan José Bahillo lo convocó cuando puso al área bajo su cobijo y lo asignó la titularidad de la Secretaría. Aseguran fuentes cercanas que el Ministro lo sostiene ante las críticas y que si habrá algún cambio, no será antes que la actividad retome su ritmo habitual.
Dos Florines lo convocó para hablar de estos temas, donde no evitó ninguna de las preguntas que giran sobre ejes que queman como una piedra caliente.
-Antes que nada hay que reconocer que Ud. se encuentra en el mejor lugar, en el peor momento…
-Es un momento de crisis, con esta pandemia, no digo nada nuevo si digo que es una crisis histórica, lamentablemente, para el sector. El turismo es el más castigado, ya que si a algunos pocos al principio no les afectó, con el correr de los días han ido posicionando y reactivando su sector. Esto no pasó con el turismo y es una catástrofe mundial, nacional y también para Entre Ríos. En este contexto, estamos dividiendo fuerzas para atender estas urgencias -lo importante es el sostenimiento y acompañamiento- buscando paliativos para que la situación sea lo más llevadera posible en este paráte prácticamente absoluto; y por otro lado tratando de poner energías en ese momento que sabemos que llegará donde se retomen las actividades en el sector y nos encuentre de la mejor forma, con todas las herramientas posibles a la mano para ser activos. Esta es una construcción que se viene haciendo y que planteamos en marzo, cuando imaginamos los escenarios posibles y diagnosticamos la situación. Es cierto que se van alargando los plazos, en función de lo que nos hubiese gustado a todos. En ese proceso estamos trabajando en un plan de reactivación turística que elaboramos y socializamos y que es un plan abierto. Una característica de esta pandemia es que se va cambiando los escenarios día a día y es necesario ir ajustando temas que antes no se preveían. Es todo muy dinámico. Claramente con un eje que ha cambiado, con la prestación de servicios turísticos y a partir de esto también cambia en su modalidad, en su práctica, y en eso hemos estado trabajando con la generación de protocolos en una primera etapa. Ahora trabajamos en la etapa de capacitación de estos protocolos donde han participado más de mil prestadores, con sectores de gobiernos municipales y provinciales. El escenario es muy complejo, hay mucha labor en todo y con la particularidad que no podemos perder el eje sanitario que nos impone la pandemia.
-¿Cuál era la agenda que propuso antes de la pandemia y cómo ha cambiado?
-Pongámoslo en situación. En marzo salíamos de un verano que había sido muy bueno, y con una expectativa positiva. Allí hicimos la presentación de un plan estratégico que contemplaba una serie de ejes temáticos interesantes. Estábamos claramente enfocados en lo que venía durante el año, con la proximidad de Semana Santa, con muchas reservas vendidas, y con los fines de semanas largos que se presentaban promisorios. La cosa pintaba muy bien y había mucho entusiasmo. La pandemia cambió todo y hubo que hacer un ajuste fuerte al plan estratégico y de hecho relanzamos este plan de reactivación que apunta a identificar algunos proyectos motores dónde se sale rápidamente, y por otro lado a contener. Vuelvo a punto. Por un lado el sostenimiento con medidas que se han ido tomando y que son históricas para el sector. Una ley provincial de emergencia para el sector que nunca se había dado y otra serie de medidas que buscan un paliativo y que se articulan con medidas a nivel nacional y municipal. En cuanto a la planificación, hacer los ajustes teniendo en cuenta las nuevas condiciones que se van imponiendo que son una realidad. Hoy no podemos trabajar en el sector, pero generando todas las herramientas necesarias para que cuando llegue el momento podemos recuperar lo mejor posible el escenario.
-¿Considera que la pandemia despertó o desnudó las debilidades del sector turístico entrerriano que se encuentra fragmentado y sin una agenda común?
-Creo que es algo que venía antes de actual coyuntura, y pone en evidencia al sector turístico. Una de ellas es el alto grado de informalidad que tiene el sector turístico como actividad económica. En algunos casos lo que genera es que en momentos críticos como los que nos toca atravesar las ayudas se pierden o no lleguen a quien debería…
-¿Está diciendo que muchas empresas del sector al estar subfacturando o con empleados en negro quedan en dificultades para recibir las ayudas del Estado?
-Sin dudas que esto limita mucho la llegada de los auxilios. Es un proceso que no estaba escrito y en muchas cosas estamos en pleno proceso tratando de llegar y profundizar la instancia de las ayudas pensando en el sostenimiento del que hablamos antes. Esa es una de las características que ha quedado en evidencia con la aparición de la pandemia y que genera dificultades. Y después hay una cuestión que tiene que ver con la institucionalidad. Hay entidades que son muy respetables y representativas que no llegan al total del universo del sector turístico provincial. En parte eso ayuda en alguna forma, pero lo ideal es tener una mayor formalización para poder tener más herramientas a la hora de cualquier imprevisto.
REPRESENTACIÓN.
Hace apenas unas pocas semanas quedó conformada en la provincia una nueva entidad que nuclea al sector privado. En este paralelogramo de fuerzas no concurrentes, nace la Meter (Mesa Empresaria del Turismo de Entre Ríos). Se presentó a mediados de julio y la integran entidades de distintas localidades entrerrianas relacionadas con los rubros hoteleros, gastronómicos, agencias de viajes y de transporte. Según su declaración de principios, nacieron para “lograr buenas políticas públicas y la legislación que haga falta”.
Allí se nuclean la Asociación Entrerriana de Transporte Automotor; la Asociación Hoteles de Turismo filial Regional Litoral; la Asociación Santafesina y Entrerriana de Agencias de Viajes y Turismo; la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Concepción del Uruguay; la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Colón; la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Concordia; la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Gualeguaychú; la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Paraná; el Bureau de Paraná de Congresos y Convenciones y la Cámara Empresaria de Transporte turístico y oferta libre Sección Litoral.
Muchas de estas entidades estuvieron alguna vez conformaron la Cámara Entrerriana de Turismo, y terminaron dando un portazo, apuntalados por distintas diferencias que se fueron dando en su seno y que abrieron grietas insondables.
El dos veces ex secretario de Turismo de Paraná, Carlos Monti -que en diciembre renunció a su cargo de director de turismo de reuniones y convenciones de la Provincia- es uno de los principales impulsores de la iniciativa y quien más la milita junto a Marcelo Barsuglia, el titular de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Paraná. Recientemente ha tomado protagonismo el reconocido empresario Oscar Basa, que fuera titular de una importante agencia de turismo en años anteriores y recientemente invirtió en cabañas en el Acceso Norte de Paraná.
Barsuglia es un empresario socio de uno de los bares más importantes de la ciudad y su rol en el sector lo ha encontrado muy activo en los recientes reclamos por los efectos de la cuarentena en el sector.
Desde este espacio argumentan que había una necesidad de recuperar una institucionalidad distinta, dando a entender que la CET no representa a estos empresarios.
“Lo nuestro nació con la intención de colaborar desde lo institucional porque nuestro sector está muy complicado y las empresas se están fundiendo. Tenemos una posición madura y apostamos por la supervivencia de nuestras empresas. Vamos a buscar soluciones, y podemos estar en desacuerdo, pero no vamos a ser tirabombas”, confió una referencia de la nueva Mesa.
Aseguran que no tienen ninguna intencionalidad política y que desconocen los movimientos que pudieran subyacer para desestabilizar a Irazusta. En este punto consideran que los problemas del turismo en Entre Ríos no tienen que ver con la actual administración, y que por más voluntad que tenga el actual secretario o el que venga, las definiciones de apoyo o políticas activas tienen que venir del Gobernador y su ministro.
El diputado Julio Solanas conversó con algunos de ellos para la presentación del proyecto de Ente Mixto de Turismo Provincial, y recientemente la Meter participó de un Zoom con la comisión de Turismo de la Cámara Baja provincial donde intercambió ideas para darle forma a la iniciativa. Pretenden que el proyecto tenga mayor participación privada que pública, que sea abierto y donde los privados tengan incidencia en las definiciones. “El manejo tiene que ser público-privado y el presidente tiene que surgir del Gobierno, ya que es a quien la ciudadanía eligió”, confió un referente consultado. El proyecto de Juan José Bahillo no contempla fondos específicos. El de Julio Solanas propone financiarse con un 3 por mil del impuesto a los Ingresos Brutos de la provincia. Esto generaría un piso de 60 millones de pesos anuales, lo que puede despertar muchas rispideces entre funcionarios y empresarios, sino hay un consenso acerca de su funcionamiento. En la Administradora Tributaria todavía no han recibido ningún proyecto, pero sus funcionarios ya fruncen la nariz ante la sola consulta. Siempre, en definitiva, será una definición política del Gobernador.
Algunos dirigentes del sector aseguran que la relación de los dirigentes se extiende más allá y lograron un acuerdo con Adán Bahl, el intendente de Paraná, que maneja directamente el Empatur (Ente Mixto de Turismo de la Ciudad de Paraná) a diferencia de Sergio Varisco que nunca fue a una reunión. En su gestión, Paraná también pensaba asignarle trascendencia al turismo antes de la pandemia, y en ese acuerdo el nombre de Agustín Clavenzani, actual subsecretario, del área, habría sido propuesto por este sector.
A todas luces, y sin que en el horizonte se presenten expectativas en contrario, no hay visos de coincidencias entre estos sectores que miran la realidad del turismo provincial desde ópticas distintas y ambos fragmentan al interlocutor privado ante la autoridad pública.
¿HABRÁ CAMBIOS?
Algunas voces venían sugiriendo que la figura de Gastón Irazusta, por el propio peso de la pandemia, estaba desgastándose muy rápidamente y que le habrían llegado a Gustavo Bordet voces cuestionadoras de la gestión.
Uno de los dirigentes que habría dicho a funcionarios cercanos a la oficina del Gobernador que era su tiempo para el cargo es Alejandro Bahler. El ex diputado provincial concordiense dicen que relata a quien lo quiere escuchar que tenía un acuerdo con el gobernador para ocupar el cargo, pero que cuando llegó Bahillo todo cambió. Con la idea del superministerio que incluía a Turismo, Bahillo habría recibido la sugerencia para que Bahler ocupe la Secretaría. “Yo traigo mi gente, tengo un buen funcionario para ese lugar”, habría respondido el actual titular de la Cartera en un mensaje no sólo para Concordia sino para la anterior funcionaria, Carolina Gaillard -electa diputada nacional- que tenía expectativas de seguir incidiendo en las políticas del sector.
Esa deuda política que dice tener en su haber, habría catapultado a Bahler al lugar de representante de Entre Ríos ante el Improtur, pero según aseguran algunos dirigentes, ese cargo no estaría legitimado del todo por la forma que tiene por estatuto el ente nacional para elegir a los representantes de las regiones nacionales.
La versión de Bahler accionando cerca de los poderes principales para ocupar el lugar que habría acordado con Bordet y que hoy ocupa Irazusta, según él, tras perder las PASO para la intendencia de Concordia en 2019, fue, incluso, arrojada al aire ayer, sábado 15 de agosto, en el programa central de la mañana de Radio Mitre Concordia. Columnista y conductores dieron crédito a la versión.
Cerca de Bahillo no creen estas cuitas y aseguran que no habrá nada de eso por ahora. Incluso el mismo Irazusta desestimó la versión y aseguró que se siente totalmente acompañado por el Gobernador y el ministro Juan José Bahillo.
“-Sí, ciertamente que sí. Me siento acompañado y no tengo ningún indicio de lo contrario. Esas cosas se dicen, más en un contexto como el que estamos, pero no hay problemas. Es parte de la convivencia de esto. Realmente estamos muy enfocados en trabajar.
-Algunos dicen que en Turismo hay un estilo de liderazgo distinto con su llegada al que imponía Carolina Gaillard, y que eso atenta contra la dinámica de su equipo…
-No creo. Han cambiado los tiempos. Yo tengo más de 25 años en el sector turístico trabajando en formación y especializándome y me ha tocado trabajar en distintos escenarios y con dificultades muy variadas. Esta situación es algo que se sale de toda lógica y nos hemos tenido que adaptar. Entiendo que algunos vayan antes o después, pero son distintas modalidades. Me siento totalmente tranquilo en cuento a la voluntad a que las cosas marchen bien. Después, de donde se pare cada uno, se hará el análisis al respecto y se sacarán conclusiones.
FUTURO.
En la continuidad del diálogo con Gastón Irazusta, el funcionario asegura que, como casi todos, no cuenta con cifras o estadísticas ciertas de cómo ha afectado hasta hoy la pandemia en el sector y cómo podría comportarse en el futuro. Insiste en que es un proceso extraordinario y que gran parte de los establecimientos todavía está cerrado, pero que, ante las consultas, en un 70 %, se asegura que abrirá cuando se den las condiciones para trabajar y se levanten las restricciones sanitarias.
“Hay un porcentaje que está trabajando en un marco de restricción -un 18%- y la flexibilización ha permitido trabajar en forma limitada a la espera la liberación para volver a hacerlo en forma completa. Creemos que hay un 11 % que produjo un cierre más complicado para su reapertura. Es parte de un impacto que duele al sector y nos duele a todos porque no está en la lógica de nuestro mapa a comienzo de año”, responde ante la consulta.
Para muchos empresarios del sector, e incluso los trabajadores, la pérdida se ubicaría entre el 40 y 50 %. El funcionario asegura que eso es difícil de pronosticar porque las ayudas crecen y cada vez llegan a más empresas. “En estos días apareció un nuevo programa con más ayudas y hay una media sanción de una ley de emergencia que va a tener su impacto en el sector también. Entonces hay que esperar un poco en el análisis para ser más certeros, pero por supuesto que la crisis no será gratuita. Se está sintiendo y esperemos que en ese sostenimiento se involucre a la mayor cantidad de personas y empresas”, prefigura.
-Algunos consideran que no hay un apoyo explícito y directo tanto del gobernador como del ministro hacia el sector; ¿Ud. que cree?
-Yo creo que hay un apoyo total al sector. Hay claras señales para identificar esto. El hecho de haber dictado una ley de emergencia para el sector turístico, como no se dictó para otros sectores es un claro gesto; se está avanzando sobre ciertas medidas que eran reclamos eternos del sector en nuestra provincia como por ejemplo la Ley de Colegiación para profesionales del Turismo, que es un gran paso y que se avanza en la reglamentación. Lo que son diferimientos y excepciones para el sector en materia impositiva es un enorme esfuerzo en contexto de crisis. Y si vamos más allá veremos que hay un montón de leyes que tienen media sanción por ejemplo lo que era el Plan Joven para ampliar los créditos para el sector turístico.
-Sobre este punto: le adjudican desde el sector falta de iniciativa para pelear en las entidades financieras los créditos del CFI y que llegaron a muy pocos…
-La verdad es que hay algunas condicionantes y hay que ver caso por caso para analizar este tema en general. Hay que hilar en fino para decir esas generalidades, que no las comparto. En verdad hay un enorme esfuerzo por parte del Estado provincial y nacional y se ha llegado a muchos casos en apoyo financiero de mucho. Hay sobre la mesa un montón de herramientas para analizar.
-Preocupa que los bancos miran las carpetas de las empresas y desconfían de su flujo de fondos futuro por la crisis, y dicen que no se pelea políticamente con los gerentes…
-Hay cuestiones de análisis bancarios que se miran caso por caso y se ha hecho un gran esfuerzo en la gestión y se han logrado muchos créditos. Realmente lo digo. Muchas empresas han recibido o están recibiendo distintos tipos de créditos. Créditos a tasa cero, a tasa 24, Pymes Plus… hay varios, pero hay que tener en cuenta la realidad de cada uno y las posibilidades que tiene cada uno. Se va viendo puntualmente y dónde ingresa cada carpeta. Creo que es parte de proceso y hay nuevas herramientas que se van sumando y que buscan llegar a más empresas.
-Con respecto al debate sobre el ente mixto provincial, hay dos proyectos; ¿Cuál es su posición sobre su necesidad y oportunidad?
-Está en pleno análisis. Partimos de la base de mirar con buenos ojos la posibilidad de contar con un ente mixto y articular lo público y lo privado en un mismo ámbito donde podamos discutir y planificar cuestiones vinculadas al sector turístico. Enhorabuena que se avance. Es más, diría que es un gesto más del Estado hacia el sector y la importancia que se le otorga desde el Gobierno. En ese sentido estamos en pleno tránsito de los dos proyectos. El de Bahillo ya tenía un tiempo de análisis y se suma el de Solanas. Participamos de un Zoom días atrás de una reunión de la comisión de Turismo y ojalá que pronto pueda contarse con esa herramienta.
-¿Hay alguna posibilidad de unificación?
– Hay que analizarlo. Hay distintas miradas sobre lo mismo. Los dos son muy valiosos, interesantes, y se podría pensar en tomar elementos de uno para complementar al otro y es parte de las posibilidades.
-¿Le dolieron las críticas de la Cámara Entrerriana de Turismo?
-No me gustaría detenerme en ese episodio. A los temas los hablo con integrantes de la Cámara. La verdad que el momento del sector es muy crítico y la energía hay que ponerla en las soluciones, en tener un espíritu propositivo y trabajar duramente como lo estamos haciendo para sobrellevar esta situación y salir cuanto antes de la mejor manera, y eso lo tenemos que trabajar entre todos. Más allá de las diferencias de miradas en este momento hay que estar más juntos que nunca.
Y DESPUÉS…
Cualesquiera sean los escenarios que se presenten cuando la pandemia empiece a ser un funesto recuerdo, o bien cuando empecemos a dejar atrás el miedo a la muerte y a las personas vuelva el deseo, el turismo tendrá un lugar clave en las representaciones de quienes buscar recuperar experiencias y emociones en el arte de viajar.
Con el raquítico balance del Banco Central argentino y la necesidad de mantener reservas y permitir el acceso de dólares a los sectores productivos por sobre el turismo, es posible que los destinos turísticos cercanos y abiertos como los que propone Entre Ríos ocupen lugares de privilegio.
Habrá sectores que verán mermados sus ingresos y la cercanía será un valor distintivo para quienes viven en las grandes urbes cercanas a nuestra insular provincia.
Habrá que ver cuál es la oferta real que queda en la provincia luego de morigerada la onda expansiva de esta bomba que aún mantiene en vilo al mundo entero.
La primera misión será volver a armar los puntales de eso que llaman la comunidad turística, una especie de orquesta que demanda de todos los especialistas para ejecutar con precisión euclidiana una sinfonía fina que hoy parece diluida. Las internas y diferencias del sector privado y las desidias del sector público no vienen en ayuda de esto.
Quizá, en tiempos de distanciamiento y aislamiento, sólo alcance con imaginarse la cara cuarteada y la entonación visceral que suena como una ráfaga letal de Hugo Permayú vaticinando que esta pandemia será tan catastrófica, que se perderán cinco mil de los 9 mil trabajadores que tiene el sector hotelero gastronómico entrerriano, sin contar los otros miles que viven de la actividad.
En definitiva, eso es lo único importante de este larguirucho y desgajado artículo periodístico. El resto, es como creer que el Titanic no puede hundirse nunca.