AL DÍA PORTADA

El productor porcino dispone el 85% de los ingresos obtenidos entre costos e impuestos

El último orejón del tarro es el productor, y sus costos complican la competitividad de un sector dinámico y con proyección.

Entramos en la peor etapa del año para la producción de cerdos, quizás un poco antes de lo pensado. Generalmente desde mayo y hasta agosto la demanda de productos cárnicos, sobre todo chacinados, cae provocando un freno en los precios del capón. Como si se tratara del cuento de la buena pipa, el sector repite los procesos año tras año.

Y a ese estancamiento que se está registrando, se agrega una suba de costos que no hace más que achicar la renta de la actividad, que en el último tiempo había dejado muy contentos a los productores.

“La fuerte suba promedio de los cereales, sumado a una suba importante en los núcleos, medicamentos, energía y combustible, afectaron el margen bruto del mes de marzo, disminuyéndolo prácticamente a la mitad, alejándose del promedio histórico. El acumulado anual mantiene valores similares a el promedio histórico” dijo el analista Juan Uccelli.

Márgenes.

El margen bruto cayó en 20 puntos porcentuales a 10%, luego de haber tocado picos del 30% en los últimos meses del 2021. Esto significa que la crisis estacional agarra al sector “con un poco de aire”, según consideró el consultor.

“Subieron los costos, se mantuvo igual el precio de venta y subió el precio que paga el consumidor. El más perjudicado en esta distribución fue el productor primario, víctima de una prensa hidráulica de doble acción. No se puede concebir que un productor tenga una participación menor en la distribución del ingreso, de lo que tiene el último eslabón. Algo no está funcionando”, indicó Uccelli.

Del ingreso de la cadena los costos se llevan el 70% del total, el Estado el 15,6%, el carnicero el 6,6%, el productor el 4,4% y el matarife el 3,6%.

El especialista explicó a continuación que lo que preocupa es “la baja participación que los productores primarios tienen en la distribución del ingreso”.

“En marzo tuvieron menor porcentaje que las carnicerías, y recordemos que se tarda más de 5 meses en engordar un cerdo y 48 horas en vender la carne”, agregó. En definitiva, el motor de la cadena porcina es el que menos gana.

Finalmente Uccelli pidió comenzar a transitar otros caminos, para evitar estas alteraciones tan marcadas en los precios y en la rentabilidad del sector: “Infinidad de veces se mencionaron y muy pocas veces se hicieron. Integración, asociativismo, eficiencia, promoción, exportación. Quizás la reiteración sea positiva en algún momento”.

Fuente: www.bichosdecampo.com.ar