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El productor integrado de pollos se encuentra en “una situación extrema y delicada”

El diagnóstico fue formulado por la Comisión de Avicultura de CRA. En un año, el pollo vivo aumentó un 198%, mientras que el productor de Entre Ríos tuvo un incremento del 35,71%. ¿Por qué no hay inversiones en el sector? Dos Florines

Uno de los eslabones clave de la cadena avícola –un economía regional fundamental en Entre Ríos– atraviesa, hace ya varios meses, una “situación extrema y delicada”, denunció Confederaciones Rurales Argentinas (CRA)

El productor integrado de pollos, vale recordarlo, es quien recibe los pollos BB en el día de su nacimiento y dentro de instalaciones propias los cría durante un proceso que insume entre 46 y 50 días, para obtener un pollo de unos 3 kilos de peso promedio. Antes del nacimiento del pollo hay un proceso de incubación de 21 días que se realiza en establecimientos de la empresa integradora que son los que intervienen en los dos extremos de la producción del pollo para su consumo.

El otro tramo productivo en donde interviene la empresa integradora es en el proceso final o de faena, tareas que implican un día de labor, hasta poder despachar el pollo para su consumo.

Todo el proceso, reseña CRA, tarda aproximadamente 72 días, de los cuales en la etapa que requiere mayores cuidados (crianza) está en manos del productor integrado. Este período implica el 70% de todo el tiempo empleado en el proceso de obtención del pollo de consumo.

Números.

En el período junio 2020 a junio 2021, según los números que maneja la Comisión de Avicultura de CRA, el pollo vivo aumentó un 198%, mientras que el productor de Entre Ríos tuvo un incremento del 35,71%. El de Buenos Aires, en cambio, tuvo un aumento del 47,96%.

En cuanto al insumo de mayor incidencia en los costos de producción, que es el alimento balanceado, cuyos componentes más importantes son un 60% de maíz y un 20% de soja, solamente representa un 27,73% del valor de venta del pollo vivo, destacando que siempre se manifiesta que es el componente de los costos que más encarece el valor final del pollo.

La Comisión de Avicultura de CRA, al explicar por qué no se invierte en la renovación y/o ampliación de las instalaciones de cría, señala que la razón central es que “el productor constantemente es descapitalizado con el pago que se le otorga por la crianza de los pollos, los cuales en ciertas épocas del año (invierno) no alcanza para cubrir los costos de producción”.

Para la época invernal, precisan los especialistas de CRA, se gastan aproximadamente 0,3 litro de gas por pollo que representan $12,56, y el sueldo de los empleados con cargas es, por pollo, de $8,29, por lo que sólo en estos dos ítems son $20,85, mientras que el precio por pollo cobrado es de $21.

A estos costos hay que agregar los costos de combustibles, gastos administrativos y bancarios, energía eléctrica, repuestos para mantenimiento de instalaciones, mano de obra externa para efectuar estas reparaciones, mantenimiento de calles (materiales y máquinas) y gastos financieros.

El cobro se realiza a los 60 días de entregada la crianza, por lo que desde el momento en que se produce el mayor gasto –el mayor consumo de gas se genera al principio de la crianza–, hasta el momento en que se recupera los mismos mediante el cobro de crianza, pasan entre 90 y 110 días, que debe financiar el integrado en su mayor parte.

Estos números, aseguran desde CRA, permiten comprender por qué, aunque haya líneas de créditos blandas, ningún productor las toma, simplemente porque no las puede pagar.

Por otra parte, agrega la Comisión de Avicultura de la entidad, “no existe ningún contrato formal entre partes, que hagan al cumplimiento de obligaciones por ambas (empresa y productor integrado), lo cual hace a la inestabilidad de la relación. La empresa puede decidir no entregarle pollos al retirar la última crianza, mientras que el productor al tomar un crédito se obliga a su devolución, independientemente de que críe o no pollos, por supuesto garantizando la devolución del mismo hipotecando su propiedad”.

Proyecto pendiente.

CRA, asimismo, recordó que hace más de un año fue presentado en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de Ley de Integración, en el que se establecían ciertas pautas a cumplir por ambas partes (empresa y productor integrado), que otorgaba ciertas seguridades al productor a fin de que pudiera tomar compromisos a futuro (solicitud de créditos), pero el diputado que tramitó la iniciativa en primera instancia, cesó en su cargo a fines de 2019.

El espíritu de la Ley de Integración tiene como fin último definir para ambas partes, responsabilidades, incertidumbres, ganancias y también pérdidas, por las que pudiera estar atravesando la actividad en una situación coyuntural. “Conclusión; sería un incentivo para el desarrollo de la avicultura y no un freno”, remarcó la Comisión de Avicultura de CRA.

Pero para tener una idea más acabada de por qué faltan inversiones, se debe explicar que la mayoría de los elementos empleados en la construcción de los galpones y su equipamiento interno, para cría de pollos parrilleros, “tienen su valoración en dólares, inclusive la chapa y el hierro empleados en la construcción de las estructuras, los cuales si tomamos el dólar oficial, tienen una inflación en ese tipo de cambio, paralela a la disparidad que va teniendo con el dólar extraoficial o comúnmente llamado dólar blue”.

“Es por todo esto que sencillamente el productor integrado de pollos se encuentra en una situación extrema y delicada”, concluye su análisis la Comisión de Avicultura de CRA.

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