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El PBI crecerá más de lo esperado pero con “enfriamiento” en el último trimestre

Los analistas anticipan que la actividad económica volverá a niveles de 2017. Los riesgos de cara a un 2023 electoral con pocos dólares, alta inflación, suba de tasas y poco margen fiscal.

La economía terminará el año con un crecimiento mayor al previsto, por arriba del 5% anual, y recuperará los niveles del 2017 cuando se alcanzó el mayor nivel registrado. Los analistas anticipan que esa mejora no será sostenible, ya que el último trimestre del 2022 dejará un arrastre negativo mientras que para el 2023 se espera un “enfriamiento” de la actividad. Si bien el principal freno son las dificultades para importar insumos por la escasez de dólares, hay otros factores que juegan en contra: altos niveles de inflación, poco margen fiscal, suba de tasas y la sequía.

Un informe de Ecolatina consignó que el crecimiento de la actividad económica “superará con comodidad” el 5% interanual en el promedio del año, alcanzando niveles que están solo 0,3 puntos porcentuales por debajo del máximo de la serie del Indec en 2017. “Sin embargo, en términos per cápita el panorama no es tan favorable: aún se ubicaría 5 puntos por debajo de aquel año”, resaltó la consultora.

Recesión.

Esta proyección tuvo en cuenta que el tercer trimestre, para el que se esperaba una recesión, finalizó con un incremento promedio de 1,7% desestacionalizado. La economía acumuló así una mejora de 2,4% respecto a diciembre de 2021 y si bien los analistas esperan que el último trimestre sea negativo, hay cierto consenso entre las consultoras y el Gobierno sobre que el crecimiento será superior al 5% en promedio debido al arrastre que dejó el inicio del año.

Para LCG será de 5,5%, mientras que para Econviews estará en 5,2% y para ACM alcanzará un 4,9%. El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA arrojó un promedio de 4,8% pero ese dato será revisado al alza en la edición que saldrá durante los próximos días.

Pero las complicaciones se asoman a partir del último trimestre y para el 2023. Por caso, la actividad retrocedió 0,3% mensual en septiembre, mientras que algunos datos adelantados en industria y construcción dan cuenta de que octubre mostrará un nuevo freno. Particularmente en esos rubros se encuentran los mayores reclamos por las dificultades de acceso a dólares para importación, que ya generan problemas para sostener procesos productivos.

Barreras.

En ese sentido, Econviews remarcó: “Sin importaciones, la economía no puede crecer. El panorama para los próximos meses es complejo, el cepo a las es fuerte pero claramente no resuelve el problema de reservas. Con el nuevo ingreso de divisas por el “dólar soja” queda en evidencia que la solución es temporaria y que en 2023, las reservas continuarán siendo un frente delicado en nuestra economía”.

“A esto se le suma la situación compleja del agro que enfrenta una importante sequía, y que si bien las lluvias de los últimos días mejoraron las expectativas para la soja o el maíz, implica menos dólares para los primeros meses de 2023”, añadieron.

Por su parte, Ecolatina destacó otros factores que, a diferencia de la sequía, son producto de un “sesgo más contractivo” por parte del Gobierno. Entre ellos se encuentra la aceleración del crawling peg por encima del 6% mensual, que pone un piso a la inflación y su efecto en el poder adquisitivo; el poco margen que existe para un estímulo fiscal ante la necesidad de bajar el déficit y la suba de tasas de interés que encarece el costo del crédito al consumo y la inversión.

La consultora advirtió que el “sesgo pro-consumo” de la inflación, una elevada brecha y restricciones cambiarias pueden ayudar a la actividad. “Todo esto hace esperar un crecimiento levemente por encima del 1% en 2023. Ahora bien, de acrecentarse o reducirse los riesgos, también se abren escenarios alternativos”, concluyeron.

Por Agustín Mazza / BAENegocios