En el sur entrerriano hay zonas saturadas y hacia el centro-noret las reservas no presentan complicaciones. Dos Florines
Las reservas de humedad de los suelos entrerrianos, luego de las últimas lluvias, garantiza el desarrollo normal de los cultivos de invierno, básicamente trigo, en la provincia, según se señala en el último reporte del Sistema de Información Agrícola de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber).
Amplios sectores de los departamentos del sur provincial presentan un balance hídrico con suelos saturados, incluso con excesos más definidos y generalizados sobre el sudeste, donde se ubicaron los máximos pluviales, remarca el informe, y agrega que desde el centro hacia el norte las reservas no presentan complicaciones, manteniéndose en un nivel entre óptimo y adecuado. Esto, aclara el Siber, sin computar las precipitaciones ocurridas en las últimas, con lo cual el área con reservas óptimas puede ser mayor.
Para los técnicos del Siber “es interesante tomar, por ejemplo, el caso del departamento Villaguay donde las lluvias promediaron a lo sumo 10 milímetros, suficientes para mantener el balance hídrico en un nivel muy favorable para la época. Las áreas trigueras principales de la provincia, deben ver con muy buenos ojos este aporte pluvial, ya que prácticamente garantiza el nivel de reserva para lo que resta del trimestre frío”.
El Siber, asimismo, señala “ingresamos a un período estable dominado por condiciones secas y ambiente más cercano al esperado para el invierno”. No se descartan, sin embargo, nuevas precipitaciones antes de cerrar el mes.
En términos generales y aun cuando agosto, hipotéticamente, presente deficiencias pluviales, el nivel de reservas para los cultivos de invierno es suficiente. “Tratando de plantear el escenario más probable para el desarrollo de la primavera, sobre todo la primera parte, asociada a las siembras tempranas de maíz y a la floración de la fina, entendemos que se perfila una situación mejorada respecto de la campaña pasada”, añade el Siber, y “aun cuando no se pueda descartar por completo la reaparición del fenómeno de La Niña, las condiciones de partida no son las mismas y, en general, no se perfila una primavera tan inclinada hacia deficiencias pluviales como la del año pasado”.
