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El día después del dólar soja: “Habrá aumento de precios o desabastecimiento”

Carlos Seggiaro, economista especializado en temas agropecuarios, alertó por las distorsiones que generó la medida en sectores productivos y los efectos que permanecerán. “El día después es tan preocupante como lo que pasó a lo largo de este mes”, consideró. Nahuel Amore

El “dólar soja” se prepara para finalizar esta semana, con expectativas superadas para el Gobierno nacional que pretendía generar 5.000 millones de dólares y que terminó alcanzando ya un 20% por encima de la meta. Sin embargo, los efectos colaterales fueron un cimbronazo para aquellos sectores productivos que asumieron un aumento de costos de insumos por arriba del 10% y que esperan con resignación que no haya vuelta atrás en los valores a partir del 1 de octubre.

“Mi lectura es que no hay ninguna ampliación –de la medida– para otros sectores y que al vencimiento de la fecha, el decreto queda sin efecto. No hay prórroga ni ampliación, básicamente porque el Gobierno consiguió lo que buscaba, que era reforzar las reservas del Banco Central”, sintetizó el economista Carlos Seggiaro, quien fue convocado el miércoles pasado por la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper) para analizar la coyuntura nacional e internacional, y anticipó que habrá una “convalidación de precios”.

Según insistió, “el Gobierno piensa que va a llegar a fin de año con cierta tranquilidad en el mercado de cambios y regularizando las importaciones”. Ello es posible, explicó, no sólo por el “dólar soja” sino porque Sergio Massa “pasó la gorra” en el exterior en busca de créditos. “La combinación de toda la búsqueda que hicieron y las decisiones que tomaron con el dólar soja generan que a fin de septiembre tengamos efectivamente fortalecidas las reservas del Banco Central”, sostuvo, en diálogo con DOS FLORINES.

De todas maneras, el especialista entiende que esta meta superior dejó al descubierto “un montón de desprolijidades, cabos sueltos que quedaron, zonas grises” que hoy pagan varios sectores. “El Gobierno estaba muy necesitado de generar recursos de divisas y, por lo tanto, tal vez evaluó que los costos o distorsiones que iba a generar en otros mercados se justificaban en función de que era el mal menor”, planteó.

Efectos del “dólar soja”

Seggiaro advirtió que con esta política coyuntural se suspendió la venta de trigo y maíz y se generaron problemas con los alquileres de campos. “Fue descomunal y hoy está demostrando una suba del dólar blue porque una parte de los propietarios que compraron alquileres lo cobran en negro y se van al dólar blue”, alertó.

En ese sentido, admitió que “en términos productivos lo más difícil de evaluar en la foto del día después es la situación de las plantas de balanceados y los precios de los insumos vinculados a la producción del sector porcino, del pollo, del huevo, etcétera”. De todas maneras, anticipó una fuerte suba de costos que llegó para quedarse.

“El día después es tan preocupante como lo que pasó a lo largo de este mes porque muchos productores agrícolas sojeros venden cuando tienen necesidad de pagar cuentas. Cobró este mes con un valor más alto del que suponía; entonces, ¿qué necesidad tiene de vender en octubre o noviembre lo que le quede? Ninguna”, argumentó.

Ante esta situación, el economista especializado en agro fue contundente sobre las expectativas luego del 30 de septiembre: “O vas a tener un aumento de precios o vas a tener desabastecimiento. No veo otra opción. Encima, un productor que vendió de manera significativa a lo largo de este mes y pagó sus cuentas quizá hasta el año que viene, qué necesidad tienen de vender en octubre o noviembre”, dijo a DOS FLORINES.

En este escenario, anticipó que “habrá un proceso complicado de abastecimiento de las plantas de balanceados o las mismas aceiteras de exportación si no se convalida un aumento de precios. Por supuesto que eso se va a transformar en costos para un productor porcino, de pollos, de huevos, etcétera”.

Golpes a sectores productivos

Carlos Seggiaro expuso ante socios de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos en el salón de Coopar, en Aranguren

Seggiaro observa que el escenario se pondrá “más complicado” para los sectores productivos de cara a 2023, sobre todo a partir de las variables de ajuste que comienza a tomar la administración central en respuesta a las condiciones que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI). La elevada inflación, la caída del consumo y los elevados costos de financiamiento harán difícil la toma de decisiones.

—¿Cómo impacta a la producción estos nuevos costos frente a un escenario de acelerada inflación?

—Con esta inflación, no hay en el horizonte ninguna posibilidad de recuperación del poder adquisitivo de millones de personas, si hablamos de jubilados, asalariados, monotributistas. Así, no cabe esperar ninguna visión alentadora en términos de consumo de proteína animal, por ejemplo. De manera que la combinación es complicada porque estamos mirando una demanda que no reacciona frente a un sector que tiene que afrontar ese mercado con aumento de los costos.

—¿A qué deberán enfrentarse los sectores productivos en 2023?

—La inflación se va a ir descomprimiendo de manera lenta pero gradual. El año que viene vamos a tener una inflación alta, de un 70%; ojalá, porque va a seguir siendo alta aunque se vaya descomprimiendo. La economía argentina va a estar en una situación de semiestancamiento. Está perdiendo dinamismo, con tasas de interés muy altas en el sistema financiero que van a doler. Es un escenario complicado.

—¿Cómo impactarán las tasas a aquellas empresas que venían tomando créditos para expandirse, incluso en momentos inciertos?

—El acuerdo con el Fondo Monetario define taxativamente que las tasas de interés en el sistema financiero argentino se tienen que situar por encima de la inflación. Eso ya está ocurriendo cuando mirás las tasas efectivas. Hoy un plazo fijo te rinde 75% en la tasa nominal, pero la tasa efectiva es del 107%. El tema es que se mueven todas las tasas del sistema financiero y, por lo tanto, están subiendo también las tasas activas en el descubierto en cuenta corriente, el canje de cheques, la tarjeta de crédito, etcétera. Todas esas tasas empiezan a doler a nivel empresario. Y esa no es la foto de los próximos meses, sino la película del año que viene.