El coronavirus también golpea la economía de bares, boliches y hoteles de Paraná

17/03/2020

A la crisis se suma la pandemia, con una directa caída de ventas. Temen no cubrir los costos del mes si la situación se agrava. Nahuel Amore

La expansión del coronavirus obligó a las autoridades argentinas a tomar medidas drásticas, que implican una mayor restricción a la circulación de personas en diferentes ámbitos públicos y privados. Paraná también se adaptó a las disposiciones nacionales con el objetivo de evitar la propagación del virus y los empresarios empezaron a aplicar los respectivos protocolos desde el fin de semana. Sin embargo, el problema es que la pandemia llegó en un momento crítico para las pymes, que deben costear las consecuencias sanitarias en medio de un contexto económico recesivo y sin un horizonte claro.

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Según pudo averiguar DOS FLORINES, son varios los bares, boliches y alojamientos hoteleros que ya sienten por estos días una caída considerable en los niveles de facturación, mientras acatan las disposiciones oficiales por el coronavirus y buscan alternativas para reducir los riesgos sin parar la actividad, como la venta online. Sin embargo, ante un panorama desalentador y una crisis permanente, más de uno comenzó a sacar cuentas para analizar si llegan a fin de mes para cubrir los costos, sobre todo del personal. Por ello, más que nunca, la ayuda del Estado resuena como un posible salvavidas en este desconcierto, con especial hincapié en las condonaciones impositivas.

“Yo creo que lo primordial, necesario y estricto es ser responsables y acatar las medidas de los profesionales y los diferentes organismos, priorizando la no propagación del virus, tanto por disposición municipal y por lo que estableció la Dirección de Epidemiología de la Provincia, como así también siendo responsables social y éticamente”, planteó a DOS FLORINES Julián Abramor, socio empresario de Hierlam Pub, que debió cerrar el boliche desde el fin de semana pasado, con posibilidad de reapertura recién a principios de abril, de no mediar nuevos inconvenientes.

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De todos modos, el joven hizo un llamado a la acción a todo el sector público y privado, para morigerar el impacto. “Hay que pensar, entre todos y con el aporte del sector público, en cómo afrontamos semejante golpe. El golpe va a ser duro igual. Pero se pueden planificar y tomar algunas decisiones en conjunto, con el aporte de todos, para que no sea tan fuerte”, reflexionó.

Reacomodarse

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La Municipalidad dispuso el viernes una serie de medidas, entre las que obliga a los bares, restaurantes y locales sin actividad bailable a abrir sus puertas, pero con la participación limitada de entre 40 y 150 personas, atendiendo incluso a las condiciones de higiene y seguridad básicas. Esto de por sí ya dejó fuera de juego a los boliches y pubs –como es el caso de Hierlam y Cosmopolitan–, que cerraron sus puertas bajo esa modalidad al menos hasta el 31 de marzo y los dejó “en una situación extremadamente dura y difícil en lo que respecta a lo económico”.

En tanto, los locales gastronómicos que sí pueden seguir atendiendo al público, lo hacen ante una caída directa en los niveles de venta, que repercute mucho más en aquellos que trabajan en espacios cerrados. Para no ser multados –como ya ocurrió con tres negocios el fin de semana–, deben reacomodar sus mesas de modo tal de que queden a más de un metro de distancia, y nunca por encima de las 150 personas. “Retiramos mesas y sillas del salón para que se pueda generar esa separación”, señaló el empresario Marcelo Quiroga, en relación a Live Rock, que además adoptó todas las estrictas medidas de salubridad y prevención entre sus empleados.

Esta reorganización implica una menor cantidad de clientes en el mismo momento y, por consiguiente, una disminución de los tickets, muchos de las cuales sirven para oxigenarse en instancias recesivas y de baja temporada. Entre otros ejemplos está Nicassia, que comunicó una reducción del 50% de la capacidad de sus salones de Campo y Soho; Lola Valentina, que sólo mantendrá el servicio de envío a domicilio; o Cutral-ko, que lanzó descuentos del 50% en el envío de mercadería para evitar la aglomeración en el local. Así también, más locales se suman a la venta a través de medios virtuales, con sistema de cadetería propio y tercerizado.

Turismo

Por otro lado, Quiroga, como secretario de la Cámara Entrerriana de Turismo (CET), reflexionó con DOS FLORINES sobre otra consecuencia no menor. “La pandemia ha generado un fuerte impacto económico a nivel mundial y Argentina no está exenta, la provincia de Entre Ríos menos y la ciudad de Paraná tampoco. Esto afecta económicamente a un sector grande del turismo”, sintetizó.

Al respecto, sin ánimos de cuestionar la vital importancia sanitaria de las políticas, describió que “con las primeras medidas que toma el Gobierno como es el cierre de fronteras, ya de por sí es imposible la llegada de visitantes de otros países, con lo cual afecta a un rubro específico como son las agencias de viaje, tanto emisivas como receptivas”.

En este sentido, advirtió que a nivel de hotelería, creció la cantidad de cancelaciones de reservas. “Se han caído un montón de reservas hoteleras, tanto en las ciudades más turísticas como en Paraná”, indicó, y agregó que “las empresas también han restringido la salida de muchos administrativos, que tienen al carácter de viajantes”.

“Se han suspendido reuniones en todo el país de carácter institucional. De hecho, hoy comunicaron desde CAME que la reunión prevista del sector turismo para mañana está suspendida. La Cámara Argentina de Turismo también suspendió la reunión de Comisión Directiva. Así, a lo largo y ancho del país, las instituciones que normalmente se reúnen y tienen participación de miembros de distintas partes, han suspendido”, enumeró.

Y para concluir, Quiroga planteó que en este escenario se suma otro factor, el psicológico, que profundiza las consecuencias de las medidas oficiales. “La psicosis grave que se está produciendo con esto del contagio, hace que la gente se recluya, no salga. Ayer y antes de ayer lo vimos fuertemente en el local. No tenés público, las calles están prácticamente vacías. Esta es una psicosis que afecta sobre todo a nuestro rubro, que es secundario, que la gente no tiene necesidad básica de concurrir a un bar o restaurante. Lo hace más por una cuestión de darse un gusto, y están restringidos por el miedo al contagio”, alertó.

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