(*) Mariano Mayer
Esta semana celebramos una prueba más de que cuando trabajamos juntos podemos dar pasos concretos hacia la Argentina que todos queremos. En tiempo récord, el Congreso llegó a un consenso y se aprobó la Ley PyME.Ésta es una gran noticia que muchos estaban esperando, porque con estas medidas estamos impulsando a las pequeñas y medianas empresas para que puedan seguir creciendo y generando nuevos puestos de trabajo de calidad, ese trabajo que dignifica y llena de orgullo, que nos acerca a nuestro objetivo de Pobreza Cero.
Las PyMEs son la columna vertebral de nuestra economía. El 98% de las empresas en la Argentina son pymes y no sólo generan el 70% del empleo privado formal, sino que la mayoría de los jóvenes da sus primeros pasos en el mundo profesional comenzando a trabajar en una de ellas.Ellas tienen que estar fuertes y sanas, para sostener a los millones y millones de argentinos que todos los días dan vida a estos emprendimientos, para mover la economía, para que el país siga desarrollándose.
Durante los últimos años las PyMEs sufrieron las consecuencias de múltiples trabas e impuestos. Así fue como, entre 2012 y 2015, 8.500 pequeñas y medianas empresas debieron cerrar sus puertas y se estancó la creación de nuevos puestos de trabajo. Era fundamental revertir esta situación, por eso pusimos manos a la obra para encontrar las mejores soluciones posibles y restablecer la tranquilidad, la confianza y las ganas de emprender.
Inversión.
Esta ley simplifica trámites y fomenta la inversión, mejorando el acceso al crédito con plazos de hasta siete años y montos de hasta 10 millones de pesos; genera un fuerte alivio fiscal, permitiendo diferir el pago del IVA de 30 a 90 días, lo cual garantiza un importante desahogo y abre nuevas posibilidades de invertir para crecer; y elimina el impuesto a la Ganancia Mínima Presunta.
Esto significa un gran alivio, porque detrás de una PyME hay un nombre; una persona, una familia o un grupo de amigos que tuvo un sueño, que armó un plan en su cabeza, sorteó miedos y dificultades, y decidió hacerlo realidad para transformar su vida.
A largo de estos días me puse en contacto con varios emprendedores de distintas provincias para contarles de qué se trata la ley. La semana pasada llamé a Alejandro, de Tres de febrero, provincia de Buenos Aires, que fabrica bombas hidráulicas; con Alexis,de Mendoza, que fabrica paneles y termo-tanques solares y con Enzo, de Loma Hermosa, que tiene una hilandería. Ellos me transmitieron su entusiasmo, el orgullo por sus productos y su esperanza, sus ganas de crecer, de seguir desarrollándose, de generar más puestos de trabajo y expandirse haciendo lo que les apasiona. Me alegró poder decirles que ahora van a poder respirar más tranquilos y dedicarse a lo que mejor saben hacer: emprender, crear, darle alas a este país que tanto tiene para ofrecer al mundo entero.
Sé lo difíciles que fueron algunas de las medidas que debimos tomar en los últimos meses, sé que a muchos les cuesta esta transición. Los escucho, entiendo sus angustias y su dolor, por eso estamos trabajando para solucionar cada uno de los problemas con los que nos encontramos y poder dar a cada argentino la oportunidad que se merece. Les pidoque sigan confiando en el futuro porque este camino nos va a llevar a ese lugar en el que todos queremos estar: una Argentina fuerte y unida, un país donde todos puedan crecer de la mano de sus talentos y de sus ganas. Esta ley es parte de esa transformación. Las Pymes son un gran motor para los argentinos y es de vital importancia ponerlo en marcha. Hoy lo logramos, y lo hicimos juntos.
(*) Secretario de Emprendedores y Pymes de la Nación.
