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El Bopreal “es un enredo”: Arús propone otra forma de pagar la deuda comercial

El empresario de comercio exterior duda de la puesta en práctica del Bono para importadores. Por ello, confeccionó una contrapropuesta que hará llegar a las autoridades nacionales. Nahuel Amore

La deuda comercial de la Argentina es una de las herencias que recibió el Presidente Javier Milei y exige de una solución concreta no sólo para saldar a proveedores en el exterior, sino también para que las empresas recuperen confiabilidad y sigan comercializando. Según Aquiles Arus, referente del comercio exterior en Entre Ríos, este pasivo está estimado en aproximadamente 40.000 millones de dólares, de pago imposible en el corto plazo e incluso con instancias judiciales en puerta.

Frente a este problema, Luis “Toto” Caputo, ministro de Economía de la Nación, elaboró una solución a su estilo, con la confección del Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), que no tuvo el arranque esperado y se adjudicaron sólo 68 millones de dólares sobre un total ofrecido de 750 millones de dólares. De hecho, el propio Arús anticipó que esta alternativa “no soluciona el problema de la deuda de los importadores con su proveedor del exterior”.

Atento a este escenario, el empresario entrerriano, que viene ayudando a varias empresas de la provincia en el intríngulis de este tipo de operatorias, reveló a DOS FLORINES que confeccionó una contrapropuesta, que hará llegar a funcionarios nacionales. La propuesta es que el Banco Central autorice a los importadores con deuda registrada a comprar dólares MEP o CCL y que esos sean girados directamente al exterior por parte del banco interviniente en la operación y de esta forma cancelar la deuda.

En el documento, explica que la devaluación de Milei llevó el tipo de cambio a un nivel prácticamente similar al de la compra de dólares MEP o CCL, motivo por el cual allana un camino para que se puedan pagar las importaciones pendientes. Asimismo, argumenta que no debería ser el Estado el que asuma la responsabilidad de una deuda privada, sino que sean los mismos importadores mediante este sistema que, entiende, es “simple”.

Cabe destacar que la propuesta fue pensada inicialmente para pagar los saldos a China de manos de industrias avícolas entrerrianas –que esperan por la reapertura de este mercado clave–, aunque esta metodología bien podría aplicarse para el resto de las actividades, sobre todo de aquellos importadores que están con fondos ya que de otra manera no habrían realizado estas operaciones.

Por otra parte, en relación a las nuevas operaciones de importación, Arús destacó que finalizaron las SIRA y entró en juego la SEDI, con plazos de pago previstos a 30, 60, 90 y 120 días. De todos modos, diferenció que quien trabaja con trader en el exterior, no tiene ese problema. “Aún en los peores momentos con el gobierno anterior, mucha gente se salvó así, financiado por traders”, sostuvo.

Crítica al Bopreal

“Al bono lo veo muy enredado”, sintetizó Arús, en diálogo con DOS FLORINES, sobre la puesta en práctica del Bopreal. Al respecto, indicó que por este mismo instrumento financiero se emitieron dos resoluciones de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), un decreto del Poder Ejecutivo Nacional y dos comunicaciones del Banco Central.

Frente a ello, planteó: “Si uno lee cada una de los documentos, se encuentra con que hay algo que no termina de cerrar. Por ejemplo, que el bono servirá para el acceso de los dólares para poder cancelar las operaciones, pero tampoco dice cuándo ni valores ni interés. Después termina diciendo que servirán para la cancelación de deudas impositivas y aduaneras. En definitiva, no resuelve una cosa ni la otra. Por eso no termino de entenderlo”.

Asimismo, insistió en otro punto que el Bopreal pasa por alto: “Hay otra cuestión que este bono no soluciona. Escuché comentarios de gente vinculada a las operaciones que en China ya están pensando en iniciar acciones legales a los importadores que no le hayan pagado. Esa intimación o gestión de cobro podrían hacerla directamente con un estudio de abogados en Argentina y podrían embargar cualquier empresa”, advirtió.

Ante esta situación, Arús defiende su propuesta de acceso a los dólares financieros, pensando en que “sea una tramitación sencilla y privada”. “Si este es el momento de pagar, que sea de una forma más sencilla”, afirmó, y recalcó que si bien el Estado tiene responsabilidad en la problemática, recordó que “la deuda no es del Estado, sino privada”.

De la misma manera, señaló que el bono no tendría sentido hasta que no se cancele la deuda. “Además está el Estado obligándose mediante este bono a entregarle los dólares a importadores para después girar al importador. Por eso, no lo entiendo. Las cosas se deberían solucionar de una manera más fácil”, expresó.

“Menosprecio” a despachantes de Aduana

El Centro Despachantes de Aduana de la República Argentina (CDA) presentó este viernes 29 de diciembre una demanda de amparo ante el Juez en lo Contencioso Administrativo Federal para que se declare la inconstitucionalidad de los artículos 98 a 104 del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 (DNU), en defensa de la profesión por los cambios que impone el Presidente Javier Milei.

Consultado por esta desregulación del despacho aduanero, el empresario entrerriano recordó que durante el gobierno de Carlos Menem se propuso algo similar y “quedó en la nada”, atento sobre todo a la desinformación en ese contexto. No obstante, advierte que en este caso la situación podría ser distinta por el nivel de información que se maneja, aunque dependerá de las licencias que otorgue la Aduana para realizar operaciones y de las futuras reglamentaciones.

De todas maneras, advirtió: “Existen una serie de riesgos, no sólo para las empresas y el particular, sino también para la Aduana. De ninguna manera el particular puede tener el conocimiento de un despachante de Aduana, que para poder actuar debe rendir examen previo, título secundario, constituir garantía y otros requisitos que un particular no tendría”.

Bajo ese argumento, coincidió con el CDA en alertar al Estado en lo que puede hacer un particular en contraposición a lo que hacen los despachantes de aduana. “La actividad, por este artículo, se ve menospreciada. Y en realidad es el que soluciona cualquier problema de importación y exportación. En mi caso, paso gran parte del tiempo asesorando clientes”, sostuvo, y subrayó la expertise ganada a través de la experiencia y los vínculos recíprocos en todo el país.

Finalmente, enfatizó: “Hay otra cuestión más grave aún: si un particular se equivoca con un despacho y hace una falta manifestación ante la Aduana, puede ser punible muy gravemente. Una empresa puede arriesgar mucho en una exportación o importación con un supuesto capacitado sin ser despachante de Aduana. El riesgo es muy grande”.