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El área triguera entrerriana se encamina a ser la segunda más importante del siglo

Las estimaciones hablan de unas 350.000 hectáreas sembradas, 18% más que en el ciclo anterior. La mayor de los últimos años fue la de la campaña 2001/02 con 424.500 hectáreas. Dos Florines

 

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La siembra de trigo en la provincia prácticamente ha finalizado, informó la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a través de su Sistema de Información Agrícola (Siber), y, según la opinión de los técnicos de la institución, el área implantada registró un crecimiento del 18%.

La superficie treparía a las 350.000 hectáreas, un 18% más que en la campaña precedente. Este incremento en el área será corroborado con imágenes satelitales entre septiembre y octubre. No obstante, de concretarse este aumento, la campaña 2018/19 sería la segunda más importante en superficie sembrada de los últimos 18 años. Cabe recordar que el máximo se presentó en el ciclo 2001/02 con 424.500 hectáreas.

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Las bajas temperaturas han sido muy favorables para el cereal, y el estado fenológico se ubica desde inicios a pleno macollaje. Al respecto, los colaboradores del Siber mencionan que el ambiente frío favoreció el desarrollo de un buen número de macollos.

La condición general del cultivo a nivel provincial es la siguiente: muy buena 57 %, buena 41% , y regular 2 %.

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Y después qué.

Mientras crece la expectativa de lograr muy buenos rendimientos en trigo, los productores ya comienzan a pensar cómo seguir. Inicialmente la sequía había dejado grandes incertidumbres sobre la factibilidad de la siembra de trigo en la provincia, pero las abundantes lluvias de mayo generaron un cambio rotundo del escenario y diluyeron las dudas.

Finalizada la cosecha de trigo, el productor debe afrontar otra importante decisión: ¿con qué cultivo continuar?

En este aspecto, según los técnicos de la Bolsa de Cereales entrerriana, “la gran mayoría de los agricultores se orienta hacia la implantación de soja de segunda, la cual normalmente logra rendimientos inferiores a los obtenidos por la soja de primera. Con la particularidad que si diciembre presenta lluvias escasas, demora las labores y obliga a efectuar siembras tardías con un potencial de rendimiento muy por debajo del promedio para la provincia”.

Una opción no tan frecuente es la siembra de maíz de segunda. Con este cultivo “se logra una mayor sustentabilidad en el sistema, ya que aporta mayor volumen de rastrojo (incremento de materia seca) al suelo que la soja de segunda y dependiendo del rendimiento alcanzado pude generar una mejor rentabilidad”, agregan los profesionales bursátiles.

Las claves para este cultivo se relacionan con la elección del híbrido y el aumento en la dosis de fertilizante nitrogenado, la cual es mayor con respecto a un maíz tardío.

Para tomar la decisión, posiblemente, la primera herramienta de ayuda, propone el Siber, sea el análisis del Margen Bruto (MB) en dólares calculado sobre la base del rendimiento esperado, donde también se tienen en cuenta los gastos de insumos y labores (costos directos) y el ingreso bruto.

Los precios fueron tomados del mercado de futuros respecto al mes de cosecha de cada cultivo, con un trigo a diciembre de 2018 de 198 U$S/t, soja a mayo de 2019 de 278 U$S/t y maíz a junio de 2019 de 162 U$S/t.

El cultivo de maíz es el de mayor requerimiento de inversión en insumos y labores para lograr su implantación, pero también el de mayor ingreso a los rindes esperados.

La combinación trigo/maíz de segunda arroja 28 U$S/ha más que la combinación trigo/soja de segunda (siempre teniendo en cuenta que es sin costo de arrendamiento).

En cuanto al costo de arrendamiento y teniendo en cuenta su pago en quintales fijos puesto en el campo, se pueden comparar y ver cuántos dólares restan al margen bruto de acuerdo en la medida en que se incrementa su valor.

Cabe hacer la aclaración de este margen bruto obtenido y luego de efectuar el pago de arriendo, el productor todavía debe pagar impuestos nacionales y provinciales, junto con los gastos de estructura de la empresa agropecuaria.

“Para esta campaña los números son alentadores pero hay que remarcar que todavía no se produjeron aumentos en el costo del flete, el cual está influenciado por el precio del gasoil. Este ítem fue siempre uno de los de mayor impacto en los gastos de comercialización, que a la fecha y por primera vez después de mucho tiempo, el productor posee un pequeño respiro, y que se observan márgenes positivos sobre todo en el maíz”, concluye los técnicos de la Bolsa.

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