Dólar barato, recuperación asimétrica y advertencia a las empresas, el pronóstico de Santiago Bulat para 2025
15/12/2024

El economista disertó en Crespo, donde aseguró: “Tenemos meses por delante de brecha baja”, aunque advirtió por las tensiones políticas. Sobre las empresas, subrayó que “tendrán que trabajar mucho sus costos y no esperar a que haya inflación para aumentar precios”. Por Nahuel Amore
Santiago Bulat brindó una disertación en la ciudad de Crespo el pasado miércoles, en el marco del Desayuno Económico organizado por la Fundación La Agrícola Regional. Allí brindó un análisis de los principales indicadores macroeconómicos durante el primer año de gestión de Javier Milei, con luces y sombras, y proyectó las perspectivas hacia 2025.

El economista, hijo de Tomás Bulat, destacó el ajuste en las cuentas públicas que llevó al superávit fiscal, el fortalecimiento inicial de las reservas del Banco Central, la estabilidad cambiaria, la previsibilidad para importar y el ordenamiento de los precios relativos con una inflación a la baja. No obstante, advirtió por la caída de la actividad comercial e industrial, de los salarios y las jubilaciones.
Con vistas al año próximo, anticipó que “la recuperación va a ser a distintas velocidades” entre los sectores, ratificó que se seguirá desacelerando la inflación y se mantendrá una baja brecha cambiaria. Sin embargo, abrió interrogantes sobre los desafíos de tener un “dólar barato” y la necesidad de crecer en exportaciones y fortalecer más las reservas.


DOS FLORINES dialogó con el joven profesional, quien expresó coincidencias con la gestión nacional, entre las cuales mencionó la eliminación del déficit fiscal y el fin de la emisión monetaria. Entre otros aspectos, subrayó que para el año que viene será clave la “sostenibilidad política”, para lo cual se mostró cauto sobre la salida del cepo.
—¿Qué balance hacés del primer año de gestión de Milei y cómo evaluás los anuncios sobre el cepo, impuestos y acuerdo de libre comercio con Estados Unidos?

—Fue un año que tenía muchos desafíos por delante, lo fiscal sobre todo, sin financiamiento y con un déficit enorme. Creo que el mayor avance del equipo económico estuvo ahí. Había un Banco Central sin reservas y eso motivó a que el compromiso del equipo económico en recomprar reservas fuera muy importante. Todavía queda ahí un desafío pendiente porque son reservas negativas, pero han avanzado mucho. Además, teníamos todos los precios distorsionados en la economía y eso se empezó a acomodar, sobre todo con la quita de subsidios. A eso lo veo positivo. Creo que le falta a la actividad económica recuperarse, donde todo el tema impositivo es muy importante. Ir a tratados de libre comercio es bueno siempre y cuando tu economía tenga competitividad. Es clave de seguir bajando impuestos.
—El Gobierno es optimista sobre la reactivación de la actividad, sin embargo hay sectores que no arrancan. ¿Cómo lo ves hacia 2025?
—La economía va a crecer el año que viene cerca de 4%. El Gobierno está diciendo 5% y quizá es un poquito más optimista. Nosotros creemos que va a tener mucha incidencia el sector minero, el energético y el agro que también debería andar bien, pero no necesariamente los sectores comerciales. El sector de la construcción creemos que va a estar un poquito mejor que este año. En general va a ser un año mejor, pero la recuperación va a ser a distintas velocidades.

—¿Qué evaluación realizás del proyecto de simplificación impositiva anunciado por el Gobierno? ¿Qué impacto tendrá?
—Es muy necesaria. Hay ciertos impuestos que van a querer eliminarlos. Van a querer hacer la formalización laboral más barata y también la formalización bancaria más barata, sacando el de Débitos y Créditos. Es un avance. Para el agro creo que van a intentar prometer alguna baja de impuestos relevante. Son tres ejes importantes a monitorear y donde el Gobierno quiere ir, pero todavía resta ver con qué velocidad se puede hacer eso, dado que el superávit fiscal es innegociable.
—¿Cómo ves la convergencia del tipo de cambio oficial con los dólares alternativos y esta promesa de salir del cepo? ¿Es sustentable?
—Sí, es sustentable. La pregunta hacia adelante es si este es el tipo de cambio de equilibrio de la Argentina una vez que saques el cepo. Por algo no lo sacan; si no, ya con la compresión de la brecha lo hubieran sacado. Creo que están bastante pendientes de cuánto es el stock de pesos que quieren salir todavía, hablando de dividendos y de importaciones que no se pagaron el último año. Eso es lo que está preocupando. Pero la brecha baja se va a sostener en los próximos meses, seguro. Quizás en momentos electorales se empieza a picar un poquito más. Sería un poquito más cuidadoso a partir de mayo o junio con el tema de la brecha, pero creo que tenemos meses por delante de brecha baja.

—¿Qué expectativas reales te generan las leyes aprobadas para incentivar las inversiones? ¿Es suficiente o faltan otras medidas que generen mayor confianza?
—Siempre hacen falta más cuestiones que generen confianza. La salida del cepo es una. Las leyes que aprueben, es otra. Y la sostenibilidad política del gobierno es la tercera. Si uno ve que puede venir algún gobierno que te dé vuelta todo lo que venís laburando, es una muy mala señal para inversiones de largo plazo. A diferencia de lo que fue el esquema con Macri, que entraban muchas inversiones antes de ver los resultados, ahora quieren ver bastantes resultados antes de meter inversiones acá. Eso es parte de que hoy los bonos no valen 100 y siguen valiendo 70. Falta todavía flujo de afuera, que está esperando más la política y ver que no le cambien las reglas de juego.
—Ante la apertura de importaciones y los riesgos que significan, ¿qué deberes pueden hacer las empresas para ser más eficientes? ¿Tienen margen de ser más competitivos?
—Hay cosas que no tienen posibilidad. Las empresas formales que tienen que pagar todos los impuestos, parten de una carga tributaria más alta que las informales. Ahí hay un tema de competencia desleal que hay que solucionar. Después, las empresas tendrán que empezar a dedicarse a trabajar mucho en sus costos propios, más que en esperar a que haya inflación y tratar de ganar margen por suba de precios. Van a tener que laburar mucho en los costos. Una buena noticia es que el crédito es más barato. No había crédito hasta hace poco tiempo y ahora volvió; se puede comprar maquinaria y mejorar la interna. Eso es algo positivo, pero la verdad es que hoy hay que trabajar mucho sobre los costos internos.

—Desde su perspectiva, tu padre siempre insistía que la madre de la batalla era eliminar el déficit fiscal para solucionar el resto de los problemas. ¿Cómo tomás hoy esa enseñanza?
—Es espectacular. Todo el mundo lo ha incorporado como algo crucial eliminar el déficit fiscal. La pregunta es si viene otro gobierno, ¿lo va a mantener o no? Con este Gobierno estamos seguros de que se va a sostener.
—¿Creés que hubo un cambio social que hoy le de legitimidad?
—Sí, sí, la gente ya lo tomó como algo necesario. La discusión ahora pasa por cómo se llega a ese superávit fiscal más que si tiene que existir o no. Lo cual, ya es un avance en la discusión bastante importante. Hoy la discusión pasa por cómo se hace el ajuste. Si lo hacés subiendo Bienes Personales o si lo hacés con licuación de jubilaciones. Me parece que ese es un debate mucho más inteligente y divertido para dar, que el debate de si tiene que ver el déficit fiscal y financiarlo con la emisión monetaria que ya, por suerte, todos sabemos que no tiene sentido.