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Desarrollos inmobiliarios como vectores de reactivación

Es tiempo de balance. El ámbito del desarrollo inmobiliario transitó un año atípico con altibajos y mucha voluntad de superación pese a los avatares de la Pandemia. Fernando Raiteri, arquitecto y titular de una empresa desarrolladora nos brinda sus impresiones. Carlos Marcelo Pintos

Estamos caminando un último tramo de un aciago año para gran parte de los argentinos, desde las perspectiva del ámbito inmobiliario la situación no ha sido diferente y quisimos, en este tiempo de balance que nos lleva la terminación de un año, poner foco en un sector que suele ser dinámico a la hora de tomar riesgos y nuevos desafíos.

“Hemos transitado un año con muchos altibajos, pero también con muchas oportunidades para resguardar valor y proyectar rentabilidad a futuro si se invierte en ladrillos”, nos asegura el profesional entrevistado, con énfasis; admitiendo que a causa de la Pandemia el inversor se ha retraído notablemente.
“Venimos de un 2019 ya complicado, con elecciones y cambio de gobierno y a todo esto se sumó la Pandemia que complico más el panorama”, en sintonía con los principales analistas del mercado inmobiliario y aseveró: “la construcción es un vector virtuoso que puede revertir las dificultades económicas que enfrenta hoy el país.
“No podemos ignorar que esta Pandemia golpeó fuerte el sector y que ha costado recuperar el ritmo -que todavía falta dinamizar más-, y que ha llevado a los desarrolladores a reformular su estrategia para captar compradores e inversores en vista a que se han visibilizado otros nichos para inversión tales con la Bolsa o las criptomonedas, que se están mostrando atractivas, en especial para la generación sub 40”.


¿El inversor tradicional, el del ‘ladrillo’, sigue predispuesto en estos tiempos?

“Por supuesto, ha percibido la ventaja comparativa que hoy el costo del m2 en pesos es para aprovecharla. Por otra parte, el inversor ha puesto la mira en aquellos que hemos recorrido un camino de cumplimiento, de seriedad y compromiso, de modo que asumimos niveles de responsabilidad más elevadas.


En los últimos tiempos se han presentado dificultades para los desarrolladores en cuanto a la provisión de materiales, en especial cemento y hierro. ¿Especulación o falta de stock?


“Tengo información directa de las fábricas y me informan que el problema es de falta de stock. Como veníamos de años de poca actividad las fábricas venían trabajando a media máquina y estoqueando con expectativas, pero a su vez con prudencia, porque no había un horizonte muy promisorio”.
“Venían observando el panorama y este tema de la Pandemia tomó de sorpresa a todos y a ellos también, paralizando la producción por la cuarentena y luego fueron liquidando el stock hasta la situación que se vive hoy. Los cambios, entretanto, que se dio en la volatilidad del dólar, las restricciones a la compra de la divisa estadounidense y la incertidumbre del momento llevó a muchos a refugiar sus pesos en materiales para el mejoramiento de sus viviendas, completar la construcción que venían haciendo o apostar al ladrillo”.
“Desde ‘Desarrolladora Tierras del Paraná’ -empresa que lidera Fernando Raiteri- pudimos captar esa oportunidad y sumamos varios inversores a nuestra cartera y vemos que la tendencia no declina”.


¿Qué que se avizora para el primer trimestre del nuevo año –porque creo que más allá no se puede ver-?

“Exactamente. No se puede ver más allá de los primeros tres meses… aunque podríamos afirmar que 2021 va a ser un año de transición; vamos a seguir lidiando con varios de los problemas con los que nos enfrentamos en este año que termina -refiriéndose a la actividad del desarrollo inmobiliario-. Creo que nuestra mirada va a tener que ponerse, fundamentalmente, en el 2022.


“El desafío para los desarrolladores será presentar al comprador y al inversor propuestas que tengan sostenibilidad, que resulten atractivas no solo para el corto plazo, como es la vivienda para habitar; sino para el largo plazo, como son las viviendas o locales para renta; ya que, en la medida que la ecuación costo-beneficio en el ámbito de la construcción puedan ser favorables, esto constituirá un vector virtuoso”, concluyó Raitieri.

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