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Cuarto año al hilo: el salario real perdió 0,7% en lo que va de 2021

Desde fines del 2017, los sueldos acumularon una contracción de 23%. Se perdió un cuarto del valor del salario en apenas tres años y medio. El 2021 no viene cortando la racha, aunque se esperan mejorías en año electoral.

El salario acumula una contracción de 23% en términos reales, si se empieza a contar desde fines del 2017. En tres años, no dejó de de achicarse y ya hoy un salario promedio perdió un cuarto de su valor. Para colmo, en el caso de los trabajadores informales, la contracción llega al 30%, es decir casi un tercio. El 2018, el 2019 y el 2020 formaron un trienio de caída que, por ahora, encuentra continuidad en el 2021, con una baja de 0,7% real acumulada en el primer cuatrimestre. Las elecciones, la necesidad de recuperar consumo y la búsqueda de estabilidad cambiaria serán claves para lo que sigue.

El salario real volvió a caer 0,9% durante abril, lo que se explicó principalmente por el dato del sector privado no registrado. En lo que va del 2021, y luego de tres años de desplome continuado, ya acumuló una baja de 0,7%. La dinámica de este indicador hacia adelante será clave para la recuperación no solo del poder adquisitivo de los asalariados, sino del consumo y la actividad económica en general.

Indicadores.

Los números fueron publicados por el Indec a través del informe del Índice de Salarios de abril, que mostró un crecimiento nominal de 3,2% para los sueldos en general. Como la inflación del mes fue de 4,1%, según el propio Indec, se percibe una contracción real de 0,9% durante abril.

Cabe destacar que los que explicaron esa caída fueron los del sector privado no registrado, con una suba nominal de apenas 1,5% (real de 2,5%). En ese sentido, un dato clave es que esa medición se realiza a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), lo que lleva al indicador de ese sector a operar con un rezago de cinco meses. Es decir, representa a lo que ocurrió con los salarios de noviembre. También cabe destacar que la inflación de noviembre fue de 3,2%, lo que implica que esa baja real en realidad fue de 1,6%.

Los salarios privados registrados, en cambio, crecieron 4,7% nominal durante abril, de la mano de las paritarias, lo que implicó una mejora real de 0,6%. Ahí se observó, entonces, que las paritarias fueron fundamentales. En cambio, el sector público siguió con el ajuste de sus trabajadores, en el marco de la búsqueda oficial de achicar el déficit fiscal, y anotó un alza nominal de apenas 1,6%, es decir una contracción real de 2,4%.

Desde el Ministerio de Economía destacaron: “En el mes de abril se aplicaron varios aumentos correspondientes a cuotas paritarias. Se destacan los aumentos en los sindicatos de Pasteleros, Indumentaria, Metalúrgicos, Construcción, Calzado, Bancarios, Alimentación, Estaciones de Servicio, Plásticos, Camioneros, Encargados de Edificios, Gráficos, Maestranza, Textiles y Sanidad”.

Estrategias.

La estrategia 2021 en cuanto a la política de ingresos arrancó con paritarias cercanas a la meta de 29% de inflación que había planteado el ministro de Economía, Martín Guzmán. Ahora, con esa meta ya olvidada porque en los primeros meses del año porque la dinámica de precios se disparó, la cuestión cambió: en el último mes las paritarias comenzaron a cerrar arriba del 40% y se apunta a la revisión de las que habían cerrado.

La dicotomía entre la estabilidad cambiaria o inyectar recursos a los hogares

Tres años de caída al hilo hacen difícil que se pueda afrontar un cuarto período en esa dirección, sobre todo en año electoral. Sin embargo, la discusión, tal como sucede cuando se plantea la dicotomía entre impulsar o no el gasto fiscal, es si ese dinero se puede ir hacia el dólar en las capas medias de la sociedad, poniendo en juego la estabilidad cambiaria, que es en realidad el principal motor de la recuperación económica.

“El salario real se tiene que recuperar porque es justo y porque es una condición necesaria para sostener la recuperación económica”, dijo Guzmán al respecto.

Inflación.

Desde el Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (Ocepp), señalaron: Las primeras paritarias se habían cerrado en torno a la pauta inflacionaria del gobierno del 29% interanual, aunque con cláusulas de revisión. Las que le siguieron se ubicaron más cerca del 35% y en las últimas semanas se cerraron algunas nuevas paritarias superando el 40% i.a. (ANSES, algunos estatales provinciales, personal doméstico, revisión de encargados de edificios). La incógnita es cómo seguirán evolucionando con respecto a la inflación si esta última sigue elevada.

Y agregaron: “Aún hay una importante incertidumbre respecto a los drivers de la recuperación y una de las mayores incógnitas será la respuesta de la demanda interna, condicionada por la heterogénea evolución del empleo y los salarios. En un contexto de alta nominalidad, la recuperación de los salarios reales se encuentra tironeada por la necesidad de reducir la pobreza, el desempleo y la desigualdad existente, mantener el precario equilibrio macroeconómico de los últimos meses y la campaña electoral. El desenlace contribuirá a la consolidación de la recuperación o dificultará la trayectoria futura”.

Moderada recuperación.

A priori, la visión de los analistas es que en lo que queda del año el salario irá recuperando posiciones y terminará llegando a diciembre con una mejora respecto al mismo mes del 2020. Sin embargo, al medir promedios anuales se registrará una leve caída. Según la consultora LCG, por ejemplo, esa contracción será de 3%.

La consultora destacó: “Los salarios suman 41 meses de caída real (desde el techo noviembre 2017) acumulando una pérdida de poder adquisitivo del 23%. Este promedio esconde un ajuste del 22% para los salarios formales, pero del 30% en el caso de los informales”.

Hasta acá, las estadísticas muestran que en los años en los que la inflación superó el 28%, el salario nunca logró estar a la altura y cayó. Eso sí: en general, eso ocurrió en años en los que la inflación se disparó repentinamente, por megadevaluaciones, rompiendo las previsiones. Esta vez, en caso de que no haya shock, el número del IPC parece más predecible, como para que las paritarias puedan buscar una mejora del poder adquisitivo.

Fuente: Mariano Cuparo Ortiz / BAENegocios

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