Crisis del agro: el negocio cambia también en Entre Ríos y obliga a afinar el lápiz para evitar el quebranto

05/01/2025

Diego Maier, gerente de La Agrícola Regional, advirtió por el desafío productivo, financiero y comercial de los productores ante márgenes muy justos. En tanto, Juan Ignacio Leiva, de Leiva Hermanos, explicó los riesgos de no tomar decisiones a tiempo en el mercado y la necesidad de cubrirse con seguros de precios. Por Nahuel Amore

La crisis de deuda de Surcos, Agrofina y Los Grobo, proveedoras también de empresas en Entre Ríos, llamaron la atención y generaron preocupación en toda la cadena por la situación económica financiera del sector. Si bien se trata de casos puntuales, se constituyeron en señales de alarma que pusieron en evidencia un problema mayor de márgenes prácticamente negativos para los productores, ante una delicada ecuación entre altos costos, tipo de cambio atrasado y precios de granos a la baja que, a pesar de tener mejores volúmenes de producción, pega más fuerte en quienes arrastran pasivos.

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Sin perspectivas internacionales de un aumento en las cotizaciones, como tampoco de una devaluación en el corto plazo ni una fuerte baja impositiva, algunos jugadores ya interpretan que están ante las puertas de lo que podría ser un nuevo modelo de negocio del agro. Se trata de un incipiente cambio de paradigma, a contramano de la cultura chacarera, que obliga a afinar el lápiz y ser más eficientes en todos los eslabones. De lo contrario, quienes no se adapten quedarán al borde del quebranto y, en consecuencia, no haría más que recrudecer el sostenido proceso de concentración.

Diego Maier, gerente General de La Agrícola Regional (LAR), y Juan Ignacio Leiva, director Comercial de Leiva Hermanos, explicaron a DOS FLORINES que el fenómeno responde a un cambio de contexto climático y macroeconómico que impacta también en empresas agropecuarias de la provincia. Recordaron que el sector viene de atravesar una fuerte sequía, sumado a la chicharrita del maíz y aumentos en dólares de semillas, fertilizantes, arrendamientos y otros costos que los impulsaron a más de uno a tomar malas decisiones financieras en momentos de números muy ajustados.

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“Todo eso impactó fuerte en los resultados del productor y principalmente en las empresas que venían buscando cumplir con objetivos de venta. Se apalancaron mucho y quedaron estoqueados en productos, saliendo a vender a contramargen o a precios muy bajos. Eso hizo que ahora se encuentren en una situación con menos ventas que lo presupuestado”, explicó Leiva, quien acotó que en el análisis se debe tener en cuenta que el tipo de cambio medido en dólares MEP bajó poco y hasta se mantuvo, con una brecha cambiaria casi inexistente y márgenes deteriorados.

En ese sentido, amplió: “Hasta que todo se acomode, hay precios de insumos que te quedaron caros y valores del grano que bajaron. Frente a esa situación, el productor recoge el barrilete y espera. Frente a eso, empresas que venían muy apalancadas, hecho que me llamó la atención en algunos casos, salieron al mercado de capitales a ofrecer pagarés bursátiles, donde los inversores pueden invertir en distintos segmentos, algunos garantizados y otros con riesgo inversor que son las empresas que ahora tuvieron problemas”.

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El profesional especializado en negocios agropecuarios y bursátiles aclaró que “hay cientos y miles de empresas que emiten pagarés y no tienen ningún problema”. Por ello, precisó que la crisis de algunas empresas puntuales a nivel nacional “tiene que ver con una estrategia comercial de apalancarse mucho, con inversiones en segmentos que no tuvieron el resultado esperado o una estrategia financiera que no fue la adecuada, como sucede en otros casos y no sólo el agro”.

Productores entrerrianos, ajustados

En Entre Ríos no se han conocido casos críticos aún, pero crece la preocupación a instancias de un mayor ajuste de la ecuación. El panorama visto desde LAR es un termómetro de lo que sucede en la provincia, ya que cuenta con 5.000 asociados, se vincula con 1.100 productores en la compra y venta de insumos y más de 750 que operan en granos todos los años. Maier recordó que debido a la sequía del ciclo 2022/2023 debieron refinanciar varias deudas, cuya cantidad no se pudo reducir ya que si bien la última cosecha 2023/2024 fue buena en volúmenes, “se sembró con costos carísimos y no se hizo plata”.

Respecto de la campaña actual 2024/2025, señaló que bajaron apenas algunos costos en dólares, pero se acentuó la baja de precios internacionales con un dólar atrasado. Incluso, por la incertidumbre climática y la chicharrita, más productores desestimaron el maíz y optaron por la soja, cuyo rendimiento de indiferencia es el más complicado: se proyecta un quebranto promedio de 4,9 quintales por hectáreas para la soja de primera, de 2,3 qq/ha para la soja de segunda, y de 8,2 qq/ha para el trigo, según un informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos.

El gerente de LAR resaltó que el financiamiento es un tema clave del negocio. A pesar del contexto no tienen problemas de morosidad, pero advirtió que los números están muy finos. “Estamos usando un poco más de la mitad de las calificaciones bancarias; tenemos margen. La mayoría de los productores son medianos y los conocemos. Pero hoy no alcanza con eso, porque hoy tienen que ver qué cultivo hacer y cómo, porque los números no dan”, planteó.

Por otro lado, reconoció que resurge la demanda de la Mesa de Enlace de bajar retenciones como solución. “Siempre estuvo, pero con estos números reaparece fuerte el reclamo”, manifestó, y evaluó: “El Gobierno dice que las quiere sacar, pero si quiere mantener el déficit cero es complicado reducirlas porque bajaron los precios, es decir, baja la recaudación por baja de precios y por reducción de retenciones. Por eso creo que es una expresión de deseo y no lo veo factible”.

Profesionalizarse ante el cambio del negocio

Maier apuntó además que el escenario es más complicado para el 70% de quienes trabajan en campos arrendados en Entre Ríos. “El que tiene campo propio está justo, pero los que arriendan tienen otros valores. Además al productor se le complicó retener los lotes porque hay mucha competencia con lo pooles que elevan los valores de los arriendos”, avisó.

Según declaró, “los productores han aprendido” a hacer mejor el negocio, pero antes se corregían ineficiencias con mejores precios de los commodities. Ese modelo entró en crisis. “Los productores no se dieron cuenta en seguida y algunos han perdido campos”, lamentó, y enfatizó que es clave la adopción de herramientas de precisión para realizar estrategias de diferenciación, por ejemplo. Sin embargo, cuestionó que “no todos te dan lugar para asesorarlos más en la parte agronómica y de costos”.

Los márgenes están muy finos. Si se ajustan algunas cosas, los números dan justo. Pero hay que ir cada vez más a la precisión. El tema es que un productor mediano o chico le es costoso ir a las nuevas herramientas”, remarcó, y agregó: “Ahora se impone el hacer las cosas bien en cada paso. No se puede sembrar más al voleo. Hasta 2007 y 2008 se hacía plata fácil en el campo, sembrando y cosechando. Los números no son más esos. Hoy hay que trabajar en el número chico”, reflexionó.

Al respecto, reconoció que está en juego la subsistencia de los pequeños y medianos productores, más aún a instancias de un acelerado proceso de concentración en los últimos 20 años: “Tienen que comenzar en el campo con la aplicación de agricultura de precisión, pero también en la forma de comercializar. A veces hay productores que, por el hecho de tener deudas refinanciadas, no buscan opciones bancarias que pueden ser mejores. Necesitan ordenarse y vender cuando es negocio. Deben profesionalizarse en varios aspectos, no sólo productivo sino financiero y de negocios”, sugirió.

Cómo cubrirse

Leiva marcó que es fundamental la calidad del asesoramiento financiero y comercial para evitar dolores de cabeza. “En algunos casos, el no haber tomado decisiones comerciales hace algunos meses, tuvo un impacto negativo porque los precios bajaron. Hubo oportunidades de tomar seguros de precios o tener una estrategia un poco más sofisticada, que tampoco es imposible de realizar”, explicó.

Sin embargo, lamentó que “muchos productores no lo hicieron”, en ocasiones por tratarse de un tema cultural. “Muchas veces, cuando la cosa no está clara, retienen mercadería y esperan. Si bien vemos una incorporación mayor de las herramientas, muchas veces no se toman decisiones cuando tenés la información que te dice que hay altas probabilidades de que algo suceda”, sostuvo.

Aclaró, en ese sentido, que nunca se tiene la certeza al ciento por ciento, pero hay formas de cubrirse. “Siempre decimos que nadie se muere por tomar o cubrir las ganancias. Si tenés instrumentos para cubrir el riesgo, ¿por qué no la usarías? Vendiendo soja, trigo o maíz, tenés seguros de ese tipo que son fáciles de ejecutar. Existen y no tiene sentido no tomar esa cobertura a la baja. Si suben, bienvenido sea”, planteó.

Nueva tecnología y mercado de capitales

El gerente LAR enfatizó que la incorporación de tecnología es clave en el negocio del agro, aunque la limitante es el financiamiento y algunas opciones que sólo se justifican a escala. Planteó como ejemplo las pulverizaciones con drones –para superficies más chicas– con un valor de mercado de 50.000 dólares, contra una pulverizadora autopropulsada que vale 450.000 dólares. Además, señaló la implementación del diagnóstico por imágenes, cuya adopción aún es incipiente. Para ello, instó a que la renovación generacional es un paso necesario debido a que se trata, en ocasiones, de hijos de productores con estudios universitarios que comienzan a intervenir en sus empresas familiares.

Por su parte, Leiva se refirió a las alternativas de apalancamiento en el mercado de capitales para las empresas del agro. Aseguró que es un trabajo constante que sostienen hace años y progresivamente comienzan a conocerse. “Vemos una mayor incorporación de estas herramientas. No se daba tanto en el financiamiento, pero sí se dio mucho más este año y creemos que se dará más en la medida que no haya subsidios en el sistema bancario y haya una competencia de tasas”, anticipó, y aseguró que todavía queda un largo camino por recorrer.