Covid-19 y relaciones laborales

12/11/2020

Por – Alexia J Mors – Doctoranda en Psicología con orientación en neurociencias cognitivas aplicadas/ Docente de Universidad Católica Argentina.

El SARS- CoV- 2, virus que provoca el Covid – 19 ha traído aparejado en nuestro país grandes cambios en todos los planos. Estos cambios no sólo se ven en Argentina, sino que es dable observarlos en el resto del mundo.

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El inicio del aislamiento preventivo, social y obligatorio -que dio inicio en el mes de marzo hasta la actualidad- ha generado y presentado fuertes impactos sociales, psicológicos, educativos, económicos y políticos a diferentes escalas; lo que nos obligó a salir de nuestras zonas de confort para recrear nuestras actividades cotidianas, tanto en lo laboral como en lo familiar y social.

Ha sido fundamental para todos los integrantes de la sociedad, empezar a trabajar en la capacidad de resiliencia ante la “nueva” forma de vida.

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Una situación que conllevó varios meses de confinamiento y que, en algunos sectores, aún continúa. En este contexto, se ha podido observar que aquellas personas que han modificado sus rutinas, por nuevos acordes a la situación, han manifestado menores malestares generales y han encontrado diferentes formas para sobrevivir a esta pandemia en condiciones de encierro. Las personas han llevando a cabo tareas jamás pensadas ni imaginadas.

Valores.

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En cuanto a lo laboral, la habilidad social y la empatía, como la creatividad junto a la resiliencia, han sido elementos fundamentales para reducir el impacto de algunos de los efectos psicológicos que este confinamiento y el miedo al contagio han generado en la población. 

De este modo, los puestos de trabajo han tenido que cambiar y los empleados -con creatividad y paciencia, y más allá de la razonable ansiedad y temor a quedar en la calle- debieron reacomodarse e innovar para poder continuar con sus labores, las que dejaron de ser las que anteriormente eran.

Llevar el trabajo a la casa ha implicado: organizar espacios y horarios, nuevas rutinas y estrategias cognitivas como laborales, recreos mentales, video llamadas, conectividad 24 horas, trabajo sin cortes y demandas familiares constantes.

Ello, indudablemente, ha modificado la vida cotidiana de los empleados de las empresas o instituciones de forma abrupta.

Por ello es necesario que, como jefes o gerentes de empresas o de recursos humanos, empecemos a escuchar más las necesidades de nuestros empleados; organizar horarios de trabajo, espacios de comunicación virtual y, en los casos que se pueda, presencialmente. De ese modo no llevaremos a las personas con las que trabajamos a picos de estrés o al síndrome del quemado (Burnout), como tampoco a enfermedades como la depresión o la ansiedad generalizada, entre otras.

Es fundamental el espacio de encuentros empáticos, distendidos y creativos, donde se permita surgir ideas innovadoras o diálogo enriquecedor, como un puntapié para reincorporar la nueva normalidad a la vida de todos.

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