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Cortes económicos: en Entre Ríos creen que el acuerdo es “folclórico y político”

Alberto Berardi, gerente de la Cámara de la Industria Frigorífica de Entre Ríos, consideró que la medida genera una brecha entre quienes venderán carne vacuna a precios accesibles y quienes quedarán por fuera. Nahuel Amore

La Secretaría de Comercio Interior de la Nación renovó el acuerdo de cortes a “precios accesibles” con la cadena de producción y comercialización de la carne vacuna. La medida regirá desde este miércoles 12 hasta fin de año y dispone, entre otros precios, el vacío a 499 pesos, matambre a 549 pesos, falda a 229 pesos y asado a 359 pesos.

Sobre este tema, Alberto Berardi, gerente de la Cámara de la Industria Frigorífica de Entre Ríos (Cicer), dialogó con DOS FLORINES y expresó que “es una cuestión folclórica y política” debido a que no se propone una solución de fondo a los problemas de la cadena y la pérdida de poder adquisitivo de las familias. Además, advirtió que la mayoría de los comercios quedan excluidos del acuerdo y deberán competir con precios más caros.

Sobre este aspecto, Berardi subrayó que la situación genera “un conflicto” entre quienes pueden comercializar barato –en este caso las marcas de supermercado nacionales– y el resto de las carnicerías que no tienen alternativa. “Esto es un vuelco que se hace desde la exportación, buscando valores menores en el mercado interno. Pero lógicamente no es lo mismo que el resto del consumo que no tiene otro tipo de negocios para bajar costos de esos cortes”, afirmó.

En ese sentido, lamentó que “se genera una brecha más”. “Los argentinos somos especialistas en generar grietas en lugar de tomar el problema de una vez y buscar soluciones. Se hacen parches para calmar las aguas, quizá con fines electorales. Pero las soluciones políticas que se tienen que implementar no son a corto plazo”, planteó.

Respecto del aspecto “folclórico” de la medida, explicó que cuando aumenta la carne “es un problema nacional”, pero no ocurre lo mismo con los incrementos en la yerba, el azúcar, la leche, el pan o el vino, por dar ejemplos. “Todo aumenta, pero sólo se habla de la carne de vaca y nos terminamos peleando entre nosotros”, señaló.

Además, puso dudas sobre cómo finalizará el acuerdo –previsto hasta el 31 de diciembre, con actualizaciones trimestrales–, teniendo en cuenta las complejidades del escenario macroeconómico y político de la Argentina, sumado al componente de imprevisibilidad que supone la dinámica del Covid-19.

—En un contexto inflacionario y tan volátil, ¿cómo se sostiene el acuerdo con estos precios hasta fin de año?

—Esto es una incertidumbre, no sabemos lo que va a pasar. A raíz de los negocios de exportación que se están haciendo y de los valores que se blanquearon -teniendo en cuenta los problemas de subfacturación-, los saldos de exportación se van a seguir manteniendo en estos valores. Ahora bien, si digo que se van a sostener los precios, estaría mintiendo; y si digo que no, también. Con esta pandemia tampoco sabemos para dónde va a ir el mundo. Además, en Argentina estamos en un momento político y no hay seguridad jurídica.

Soluciones

El gerente de la Cicer señaló que la solución debería apuntar a cambios más estructurales de la cadena, que podrían llevar 10 o 20 años. Entre otros puntos, puso el foco en que “hay que modernizar la comercialización”, sobre todo vinculado a los tipos de cortes. Para ello, propone una mesa de diálogo sectorial para poder implementarlo. “Esto se hace con un proceso de al menos dos años y con el convencimiento de todos los sectores”, acotó.

Sobre este punto, Berardi deslizó un ejemplo que, de seguro, abriría un debate. “El kilo de asado se podría vender en todos los lugares a 350 pesos, pero a lo mejor la pulpa se debería vender a 1.200 pesos. Y hoy en la mayoría de los lugares se venden a precios similares”, expresó.

De todas maneras, remarcó que la clave pasa por implementar un plan ganadero de largo plazo. “Hace 40 años que estamos con 52 o 55 millones de cabezas de stock. Tenemos la misma cantidad, pero estamos tratando de exportar más y en la Argentina somos 10 millones más de personas. La solución es aumentar el stock ganadero. Para ello, es necesario un plan que, para ser serios, debería ser a 20 años”, propuso.

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