En Haimovich alcanzan las 100 ventas mensuales, entre Volkswagen y Toyota. Según Ramiro Reiss, los límites a las importaciones ponen un “techo” al mercado. Hay una “gran lista de espera”. Nahuel Amore
Tras un 2020 para el olvido, este año se proyecta con mejores perspectivas para el sector automotriz en el país. En Entre Ríos, el campo es el principal motor que tracciona la demanda y así lo confirman los números de Haimovich, concesionaria oficial de Toyota y Volkswagen en la provincia.
El gerente General de la firma entrerriana Ramiro Reiss aportó a DOS FLORINES un dato que describe el escenario en Entre Ríos: existe una sobredemanda de pickups. Según aseguró, no son sólo proyecciones, sino que se nota en la actividad desde comienzos de año. “Tenemos una gran lista de espera que está íntimamente relacionada con las actividades agropecuarias”, sostuvo.
Claramente, en tiempos de liquidación con buenos precios internacionales, la brecha del dólar y las pocas alternativas de inversión motivan a productores a resguardarse en camionetas como herramientas de trabajo. Sin embargo, los mismos factores que impulsan este mercado son los que ponen limitaciones a la oferta. Reiss considera que las ventas repuntarán entre un 25 y 30% interanual, aunque ello estará condicionado por “las restricciones de dólares que faltan en toda la economía”.
Al respecto, explicó que los vehículos que comercializan están ligados a los cupos de fábrica. “Las pickups ya están vendidas. Todo lo que llegue de aquí a dos, tres o cuatro meses, dependiendo del modelo, está todo vendido. El volumen de venta está más atado a las definiciones de fábrica”, consideró.
Sobredemanda
Los números de ventas grafican esta sobredemanda. “Entre las dos empresas estamos en 100 pickups mensuales, porque es lo que entrega la fábrica. Si nos dieran 400, hay lista de espera para esas. Pero sabemos que las terminales están imposibilitadas”, afirmó.
El empresario recordó que “las fábricas tampoco pueden volcar toda su producción al mercado interno porque cumplen con los compromisos de exportación, porque si no, no pueden importar el resto de los vehículos”. En el caso de Toyota, el 75 y 80% de las unidades se exportan, mientras que en Volkswagen es alrededor del 70%.
Del mismo modo, Reiss señaló que si bien la demanda es importante para el contexto actual, el aumento de la producción está limitado tanto por las restricciones a las importaciones –que afectan también la falta de insumos como cubiertas–, como por la situación de pandemia y problemas de logística que persisten. “De todas maneras, de lo que pueden aumentar nos llega un 20 o 30% porque el resto se exporta”, sostuvo.
Proyecciones
A la hora de realizar proyecciones, Reiss puso las cifras sobre la mesa. “En 2018 en el país se patentaron 800 mil unidades, que es un número muy bueno tras el récord histórico de 930 mil en 2013. El promedio de 700 mil es bueno en el mercado. Sin embargo, en 2020 cayó a 340 mil”, recordó.
Sin dudas, la pandemia fue un golpe duro al sector, que ya arrastraba datos negativos. “El año pasado fue el peor desde 2005. Es uno de los pisos históricos. El peor fue en 2002 con 92 mil unidades y 340 mil el tercer peor año de la historia argentina”, señaló.
Con este piso, la industria automotriz argentina estima poder “crecer entre un 25 y 30% respecto al año pasado de pandemia”.
En esa línea, Reiss insistió con que “este crecimiento está limitado totalmente por la escasez de dólares, por los cupos a las importaciones. El Gobierno le puso un techo al mercado”.
Capacidades
De persistir las restricciones cambiarias, el mercado interno se fortalecerá lógicamente por su propia dinámica. De todos modos, el gerente General de Haimovich explicó que “la capacidad de producción no es tan elástica como para crecer un ciento por ciento de un día para el otro, tanto en capacidad instalada y personal, ya que son inversiones que las fábricas no están dispuestas a hacer”.
En ese sentido, anticipó a DOS FLORINES: “Vamos a tener un mejor año que 2020, pero venimos de una situación y de volúmenes por debajo de las estructuras e inversiones existentes. Las capacidades quedaron sobredimensionadas y con el corsé de que no podemos modificar estructuras”.
Sobre esta prohibición de despidos dispuesta por el Gobierno de Alberto Fernández, Reiss negó que fuera una alternativa. “No lo vemos de esa forma porque estamos en un volumen que, por la estructura que tenemos, la podemos soportar. Al personal nunca lo tocamos. De hecho, siempre hemos sobrellevado las crisis cuidando nuestro personal, porque en momentos de mayor crecimiento y auge crecemos de acuerdo a las necesidades, sabiendo los ciclos permanentes de la Argentina”, concluyó.
