Con impronta joven, la segunda exportadora de arroz del país es de Entre Ríos y se expande con nuevos productos

Se trata de Marcos Schmukler SA, ubicada en San Salvador, cuya familia no descansa en conquistar nuevos mercados, tanto en la Argentina como en el exterior. Amiela Hoffman, vicepresidenta de la firma, cuenta los proyectos en marcha, de cara al 60° aniversario en 2025. Nahuel Amore

La empresa Marcos Schmukler SA de San Salvador se constituyó en 2023 como la segunda mayor exportadora de arroz del país. Incluso, este año continúa consolidándose en el mercado con más de 13.000 toneladas de arroz vendidas al exterior en el período de enero a julio, cuya cifra ya se ubica por encima de las 12.030 toneladas logradas el año pasado, a lo que se suman progresivamente más ventas a través de los diversos productos con valor agregado que elaboran bajo la etiqueta de Don Marcos.

Los logros alcanzados por la firma entrerriana son el orgullo de toda la familia que dirige el complejo industrial nacido en 1965. Amiela Hoffman, tercera generación, hija de Roxana Schmukler, es la sangre joven que ya se anima a tomar las riendas junto a su hermano Adriel y adopta como propia la política empresaria de crecer con un pie dentro de Argentina y varios al mismo tiempo en los destinos internacionales. Con 30 años, hoy es vicepresidenta y describe a la perfección la estrategia de expansión.

“Nuestra empresa exporta arroz principalmente a Chile, Brasil, Turquía, Uruguay y Bolivia. En los últimos años, hemos incursionado en un nuevo mercado con el arroz parboil fortificado, dirigido a Costa Rica y Estados Unidos. Además, con nuestra marca propia de arroz en paquetes de un kilogramo, estamos exportando a Chile”, señaló a DOS FLORINES sobre la principal fortaleza de la compañía, ya que cerca del 65% de lo producido sale del país.

De todos modos, las exportaciones no se reducen sólo a distintos tipos de arroz, sino que también se complementan con un crecimiento diversificado. “En cuanto a los productos de valor agregado, estamos exportando a Uruguay e intentando ingresar a más países con nuestra marca, aunque estos productos enfrentan dificultades para ser incorporados debido a las regulaciones específicas de cada país y las costumbres relacionadas con los alimentos saludables”, analizó.

Consultada por las proyecciones a futuro respecto de las ventas fuera del país, Amiela apuntó al desafío de industrializar aún más el cereal, lo cual redunda en más inversiones y empleo. “En cuanto a la exportación, proyectamos continuar con los países a los cuales actualmente exportamos y abriendo nuevos destinos, pero sobre todo enfocándonos en lograr la incorporación de productos de valor agregado bajo nuestra marca propia”, sostuvo.

Mercado interno y más industrialización

Por carriles diferentes marcha la empresa cuando se indaga qué ocurre dentro de Argentina. La recesión de este año también la sienten, aunque de modo dispar. “La demanda en el país, como es común en todo el sector de productos alimenticios, se vio afectada de manera cíclica. En el caso de nuestra empresa, todos aquellos productos de valor agregado experimentaron una caída mucho más pronunciada debido al receso económico. El arroz, en cambio, al ser un alimento de la canasta básica, sufrió un impacto muy leve en el mercado”, diferenció.

Respecto de qué decisiones tomarán para contrarrestar esta caída, anunció: “En el mercado interno, estamos tomando las medidas necesarias para ingresar a las grandes cadenas de supermercados, con el objetivo de llegar a muchas más localidades donde aún no tenemos presencia. El potencial de crecimiento en el país es considerable en términos de comercialización, y proyectamos seguir expandiéndonos y alcanzando nuevos mercados”.

Del mismo modo, a pesar del contexto, las metas siguen firmes y apuestan por seguir diversificándose. “Estamos en un proceso continuo de pruebas de nuevos productos de valor agregado. Nuestra intención es lanzar productos innovadores, algunos de los cuales no requieren inversiones inmediatas en maquinaria, permitiéndonos introducirlos en el corto plazo. En primer lugar, estamos realizando un análisis de mercado para evaluar estos productos”, planteó.

En Marcos Schmukler SA siempre tuvieron en claro que los mercados son cambiantes y cada vez más exigentes. Por ello, la joven también destacó que “la empresa siempre se esfuerza por realizar inversiones, manteniendo una actitud cautelosa respecto a la economía del país”. “Hemos invertido significativamente en herramientas para la producción de arroz y estamos invirtiendo y proyectando más inversiones para la planta industrial, con el objetivo de lograr una mayor eficiencia y efectividad”, afirmó.

Como no todo es color rosa en la vorágine empresaria, también hizo referencia al estado de deuda que acuciaba a la empresa. “Este año, al cerrar el balance el 31 de julio, hemos logrado reducir significativamente la deuda, alcanzando los objetivos planteados”, contó, y explicó: “Esto ha sido posible gracias al esfuerzo y la planificación cautelosa, manteniendo las inversiones mientras reducíamos la deuda acumulada en años anteriores, sin necesidad de tomar nuevos créditos. La devaluación también ha contribuido a disminuir la deuda en dólares”.

Impronta joven

Amiela y Adriel Hoffman son los herederos de un complejo arrocero modelo en la provincia, que hoy emplea a 192 trabajadores de la zona de San Salvador y que se vincula con diversos productores de la región. Con formación y la expertise que se traslada generacionalmente desde la visión de su abuelo, hoy realizan sus aportes desde una mirada joven que renueva los propósitos.

—¿Con qué desafíos personales se enfrentan como jóvenes industriales y qué aportes realizan a la empresa?

—Como jóvenes industriales, mi hermano Adriel y yo formamos parte de la tercera generación de la empresa, que el próximo año celebrará su 60º aniversario. A lo largo de este tiempo, hemos enfrentado varios desafíos, especialmente los relacionados con el clima. Desde nuestro ingreso, hemos observado los problemas que la sequía genera en la producción de arroz y en la agricultura de secano, debido a la falta de agua. Ambos participamos en la administración de la empresa junto a nuestra madre, Roxana Schmukler. Nuestra empresa abarca varios sectores, incluyendo talleres mecánicos e industriales, transporte de mercadería, ganadería, combustible, secadoras, acopio, planta de parboil, y el molino industrial, con el cual atendemos tanto al mercado interno como a la exportación.