ENFOQUE PORTADA

Coldplay en Argentina: ¿Por qué elegimos pagar por la emoción?

Por Dolores Saúl – Estudiante avanzada de Ciencias Económicas – UCA Paraná ///

¿Cuáles son los factores socio-económicos que ponen a la banda liderada por Chris Martin hoy en nuestro país como el epicentro de un flujo de dinero al servicio de “vivir la experiencia”? Testimonios de paranaenses acerca de sus vivencias nos aproximan a comprender en tiempo y en dinero este extraordinario suceso. El fenómeno de romper récords con diez fechas agotadas en el Monumental, equivalente a medio millón de tickets cortados.

Cualquier persona ajena al ámbito de los recitales en vivo queda sorprendida ante un hecho de la magnitud que planteó Coldplay con su regreso a nuestro país. Pero incluso, para quienes son habitués de estos espacios han empezado a cuestionarse cómo, en un país con tantos factores económicos adversos como posee la Argentina, es posible que Coldplay (como también tantos artistas nacionales e internacionales) puedan anunciar sin previo aviso fechas y conseguir vender todas las localidades en tiempo récord.

Uno de los factores más evidentes se nos presenta cuando empezamos a dilucidar quiénes han empezado a elegir asistir a los conciertos: tomando como objeto de estudio el “fenómeno Coldplay”, a razón de aproximadamente medio millón de entradas vendidas, lo más probable es que conozcas por lo menos a una persona que haya dicho presente en esta serie de recitales históricos en el Monumental de Núñez.

¿Para vos, este conocido tuyo de verdad es tan fan de Coldplay como para haber asistido a tres fechas? ¿Los recitales ya no son solo para los fanáticos? ¿O qué fibra del corazón de los argentinos tocó esta banda para hacerse de un récord a razón de nuestros bolsillos?

Con algunos testimonios de paranaenses que asistieron al show buscamos determinar cuáles son los factores que han hecho (y pueden volver a hacer) posible hazañas como la que dejó huella esta banda con su hito único en la historia de los shows en vivo en Argentina.

Una mayor potencia.

Con un espíritu envalentonado en esparcir un mensaje de paz a través de su música, Coldplay—grupo británico conformado por Chris Martin (voz, teclados, guitarra), John Bcukland (guitarra), Guy Berryman (bajo eléctrico) y Willy Champion (batería)—se ha establecido como la banda de referencia en la sociedad por su característico estilo pop/rock, con estribillos fáciles de recordar (entiendas o no el idioma) y una estética intergaláctica.

En sus 26 años de trayectoria traen en su haber un catálogo tan reconocido a nivel mundial que ya resulta imposible no terminar escuchando (aunque sea al pasar) una canción de ellos a diario.

Un poco de historia.

Ahora vemos a Chris, frontman de la agrupación, hablar en un español relativamente fluido y presentando con su banda una reversión de la mítica “De Música Ligera” de Soda Stereo, pero ese afianzamiento en su vínculo con la República Argentina ha sido paulatino.

La primera visita de Coldplay al país fue en 2007, su primer show en la cancha de River en 2010 y la consagración hasta ese entonces se dio con el world tour “Head Full of Dreams”, del cual su primer fecha en 2016 y la que le dio cierre en 2017 fueron ambas en el Estadio Único de la Plata (la cual fue editada posteriormente en un CD Live From Buenos Aires (2018), que incluye una oda a nuestro país titulada “Amor Argentina”), al contrario de otros artistas que prefieren inaugurar y concluir sus giras en su país de origen.

Nos volvemos a encontrar.

En diciembre de 2021 su apasionado público en la esfera nacional se alegró cuando el grupo anunció que volvería a Argentina en el marco de la presentación de su álbum Music of the Spheres (2022) con cuatro fechas en el Monumental.

En primera instancia sorprendieron por sus precios “populares”: las entradas que salieron a la venta rondaron desde $4.500 hasta $13.000 (más cargo de servicio), algo que parecía demasiado asequible para ser verdad.

El tiempo nos demostró que la visión de la banda era más significativa: entre mayo y junio de 2022 fueron anunciando más fechas, totalizando en diez presentaciones—comprendidas en los días 25, 26, 28 y 29 de octubre, y el 1, 2, 4, 5, 7 y 8 de noviembre—; su meta estaba en romper el récord de la la banda con más shows en una sola visita y de una misma gira en el Estadio de River Plate.

En la segunda tirada de fechas se actualizaron y los valores fluctuaron entre los $9.500 y los $23.000 (más service charge), pero seguía siendo un monto más que razonable ante la magnitud del evento y el calibre de la banda a presentarse.

Más detalles del desembarco.

Un factor que permitió “amortizar” parte de la inversión en este objetivo fue la decisión estratégica de transmitir en salas de cine bajo el nombre Coldplay: Music of the Spheres: Live Broadcast from Buenos Aires la fecha del 28 de octubre (sumando una retransmisión al día siguiente) abarcando 81 países, lo cual también marcó un récord para un evento de estas características.

Además, otro interesante plus es que acompañan a estas diez fechas dos teloneras de lujo: H.E.R, vinculada al R&B y al hip hop, ganadora de cinco Grammys y un Oscar a mejor canción original, como acto internacional; y la cordobesa Zoe Gotusso, quien abre con su armoniosa voz, haciendo foco en su disco debut Mi Primer Día Triste (2020) pero también repasando los éxitos de su dúo Salvapantallas.

El periplo es mi anhelo.

Cuando vivís en el interior del país, asistir a un recital internacional en Capital Federal es toda una travesía en sí misma, la cual implica una serie de gastos extraordinarios que debemos estar dispuestos a afrontar: transportes de larga y corta distancia, hospedaje, comida y algún gustito como valor agregado.

Relatos vamos a tener tantos como personas estén dispuestas a compartirnos sus andanzas, pero un buen ejemplo para comprender una experiencia promedio es la que presentó Noemí, profesora de literatura de 26 años, que asistió a dos de las diez fechas. “La del 28/10 no fue premeditada ya que avisaron con poco tiempo que venía cierto artista invitado, pero de todas maneras las entradas para la fecha del 1/11 las saqué mucho antes de ese anuncio”. En primera instancia consiguió un hostel gracias a una amiga que trabaja ahí y entre varias alquilaron en el mismo lugar, luego se quedó en casa de un amigo hasta el 1 y volvió a otro hostel con otra amiga, manejándose con subte y colectivo. Toda esta travesía le implicaron aproximadamente $57.000.

Rosario, ingeniera en construcciones, de 52 años, eligió vivir esta experiencia junto a toda su familia: asistió con su marido y sus cuatro hijos de entre 16 y 26 años. Ella delegó en los más jóvenes la tarea de hacer la fila virtual luego de ver una publicidad del banco en diciembre del año pasado; a través de dos dispositivos diferentes, terminaron consiguiendo lugares en platea media para estar los seis juntos. Al haber comprado con tanta anticipación las entradas y además contar con transporte y alojamiento propio no pudo recordar con exactitud lo que le implicó monetariamente este viaje, pero reconoce que lo pudo financiar en el tiempo sin mayores inconvenientes.

Juliana, ilustradora freelance de 22 años, asistió a la primera fecha el 25/10. “Tengo dos hermanas mayores que desde que tengo memoria escuchan y siguen a Coldplay y por eso crecí con ellos, por así decirlo. Me considero fan, y las veces previas que vinieron, por alguna u otra cosa, no pude ir”. Fue acompañada por su novio “… que por más de haberlos conocido por algunas de sus canciones, aún no siendo fan, terminó fascinado con el show que dieron”, comentó.

Fue de las afortunadas que pudo comprar tranquilamente a través de la página oficial del evento cuando salió la primera tanda a la venta. Si bien había pensado en quedarse en un departamento familiar, por cuestiones laborales terminaron yendo en auto desde Rosario en el mismo día y volvieron al finalizar el concierto. Calcula que entre ambos gastaron unos $30.000, debido a que el ir y volver no les implicó tanto extra, y ella venía de otro viaje del cual tenía algo de PreViaje a su favor.

Sos mi Universo.

Un gran catalizador para la venta de entradas a último momento fue que, con solo una semana de antelación, Jin (integrante del supergrupo de K-Pop BTS) anunció que presentaría su debut en vivo y en solitario—previo a su inminente alistamiento en el servicio militar obligatorio—con la canción “The Astronaut” junto a Coldplay en vivo en el Monumental en la fecha del 28 de octubre (lo que también marcó la primer visita de alguno de los miembros de la banda surcoreana a nuestro país).

Ante semejante suceso Gabriela, estudiante de 24 años y ARMY (apodo de los fans de BTS), fue justamente motivada por este factor para emprender su viaje: “Si no fuera por Jin no hubiera ido a ver a Coldplay, es verdad. Sin embargo ahora que viví la experiencia con el Music of the Spheres Tour la volvería a repetir otra vez, más allá de quién sea el invitado especial”, declaró. Luego de intentar por días comprar mediante la página oficial—lo cual era imposible teniendo en cuenta que para ese momento las entradas estaban casi agotadas—, consiguió una entrada física tres días antes del show, gracias al contacto con una persona que por motivos personales no podía asistir a esa fecha. De allí se embarcó en colectivo de larga distancia hacia CABA, y para ir y volver del estadio viajó en subte y colectivo. El único extra que se dio en el estadio fue merchandising no oficial, porque no adquirió comida y adentro había puestos de hidratación gratuitos. En total estima haber gastado unos $30.000 teniendo en cuenta gastos en entrada, pasajes y alimentos.

Carla, estudiante de 21 años, también logró ser parte a raíz de este hito tan significativo para ARMY. “Si bien Coldplay me encanta y es una banda que suelo escuchar mucho y les tengo mucha admiración no me considero seguidora”, a lo cual agregó que comprar la entrada unos días antes fue una decisión totalmente impulsiva. Salió con dos amigas desde Paraná pero durante su estadía conformó un grupo con nueve personas que asistieron al show. Entre todos los gastos que incurrió para hacer posible el viaje redondea en $40.000.

Una experiencia sustentable.

Un frente a destacar de esta gira llevada adelante por Coldplay son los partnerships que consiguió la banda, tanto con un abanico de organizaciones sin fines de lucro a nivel mundial como con el gigante de la logística DHL, para lograr que sus presentaciones sean lo más sustentable posible: con foco en la reducción de emisiones de CO2 y la plantación de un árbol con cada entrada vendida, además de alimentar completamente el show con energía renovable de muy bajas emisiones, con instalaciones solares en cada lugar, aceite de cocina usado, un piso de estadio cinético y bicicletas cinéticas impulsadas por ventiladores.

Todos los testimonios declararon que no estaban muy al tanto de esta campaña que realizó el grupo, pero que dentro del estadio conocieron más a partir de la información que mostraban en las pantallas antes de que comience el show. Gabriela contó que su forma de potenciar el show con energía fue solamente en las pistas de baile cinética, además de devolver su pulsera al salir del estadio.

Juliana destacó: “Es algo en lo que ellos son constantes tanto en redes como en general, siempre lo muestran o sacan contenido del estilo, pero que hasta las estrellas y mariposas de papel sean pensadas desde el mismo lado es increíble” resaltó elementos como las pulseras, la energía renovable, que se planta un árbol por cada entrada vendida: “Debería sernos habitual poder creer estas cosas pero aún nos siguen rompiendo los esquemas”.

Esta noche pago yo.

Destinar en promedio $40.000 a una experiencia que además del concierto implica viaje, hospedaje y demás extras puede, de acuerdo al manejo de tus finanzas personales, tener un mayor o menor impacto en tu presupuesto mensual.

Hubo casos como los de Rosario que enfatizó en que no tuvo un impacto significativo por ser gastos dilatados en el tiempo, y también Juliana que lo pudo planificar y financiar con tiempo y comodidad, accediendo por ejemplo a la posibilidad de adquirir las entradas en 6 cuotas sin interés, lo cual le permitió llevarlo adelante con su trabajo e incluso ahorrar un par de meses antes de ir al show.

Para Noemí sólo impactó en sus ahorros, pero estuvo justificado en que el origen de guardar dinero había sido para este mismo fin, con el objetivo de no recurrir a ningún financiamiento. Acotó que a partir de lo vivido se lleva una enseñanza sobre cómo afrontar este tipo de experiencias en el futuro: “la próxima puedo ser más cuidadosa a la hora de comprar las entradas, de los horarios y que he obtenido un aprendizaje acerca de cómo manejarme en una ciudad caótica como lo es CABA”.

La otra cara de la moneda son escenarios como el de Carla, debido a que sí tuvo un gran impacto en su economía. ”Básicamente usé todos mis ahorros, y ahora me quedé en cero, estoy en saldo negativo, por lo que esta pequeña experiencia me dejó inmovilizada por un tiempo”. Si bien destacó que la gran mayoría se lo pudo financiar por su cuenta, tuvo que recurrir a que le presten un excedente para poder terminar de solventarlo.

¿Valió la pena?

De estos cinco testimonios la única respuesta unánime fue que, efectivamente, para ellos asistir al show de Coldplay valió cada centavo; Juliana incluso redobló la apuesta: “Siento que si hubiese gastado más, también lo valía”.

Pero entonces, ¿qué lleva a que la gente quede tan maravillada luego de ir a un show de Coldplay? ¿Acaso las luces (de las pulseras luminosas) finalmente los guiaron a casa?

Gabriela reflexiona que, si bien el efecto en aspecto económico para ella fue negativo porque tuvo que recurrir a ayuda por parte de su familia, “a nivel personal fue positivo porque para mi, fue una experiencia que necesitaba, que cambió varios pensamientos que tenía sobre la música y el fanatismo, sobre aprovechar las oportunidades que aparecen y sobre lograr eso que deseo”. Además comentó que “al menos este Tour me dejó el pensamiento de que es un show que puede disfrutar cualquier persona que vaya conozca o no la banda, sabiendo o no todas sus canciones. Si alguien no conoce a Coldplay o sólo algunos temas es una oportunidad para acercarse más y conocer tanto su música como la propuesta y discurso que plantean”.

Juliana remarcó que “puede haber gente que aún no fue y piensa en qué va a encontrarse o con qué van a salir ésta vez, porque me pasó, pero salís de ahí y ya querés buscar otra entrada”, y adelantó que ya habló con su familia al respecto y de una nueva visita en el futuro les gustaría ir todos juntos. “Si no tendremos que perseguirlos”, agregó, “pero con lo mucho que aman Argentina, no lo dudo y ya quiero (volver a verlos en vivo)”.

Carla planteó que de tener dinero a disposición para hacerle frente no dudaría en volver a vivirlo. “Invitaría a todo el mundo, porque son momentos que querés que todos vivan por lo masivo y por lo conmovedor y movilizante, necesito que todos lo experimenten”.

Un cielo lleno de estrellas.

Es hermoso y empoderante ser parte de algo más grande que uno, y creo que eso es algo que moviliza desde el ámbito más filosófico a querer asistir a conciertos de este estilo. Todas las imágenes aéreas del estadio River Plate en el transcurso de estos días impactan por lo masivo y lo diminuto que es uno en el espacio, centro de su mundo pero conformando un todo abrumante.

Cuando Chris pide en A Sky Full of Stars que la gente disfrute sin grabar o al frenar todo para que eleven sus manos y envíen un mensaje de amor hacia el Universo puede resultar algo shockeante, pero debemos entender que a un show no lo hace sólo la pantalla o la pirotecnia, es plantear el foco en el presente y que nada de eso sería posible sin todo ese público tan ecléctico invirtiendo su tiempo y dinero en esa experiencia.

Hoy nos encontramos ante un dilema delicado respecto a las finanzas personales, donde poder inmovilizar dinero con el fin de ahorrar sin que se licuen producto de la inflación se ha vuelto una brecha cada vez más angosta.

Muchas personas perciben que el dinero que tienen debido a una devaluación vertiginosa producto de la inflación desenfrenada es como una piedra caliente que quieren quitarse de las manos, por lo cual prefieren hacer uso de éste y generan un boom en el consumo, apostando a experiencias como los shows de estadio porque lo sienten como una “inversión” (sobre todo por la anécdota para toda la vida de haber asistido a un evento de tal magnitud).

Como es imposible escaparle, hay factores económicos propios de Argentina que también hicieron de las suyas, derivando en el decreto Nº 682/22 donde los productores de los espectáculos internacionales, quienes abonan los contratos de los artistas extranjeros que brindan un espectáculo en nuestro país, pagarán un recargo del 30% sobre el tipo de cambio oficial (el cual por ser publicado en octubre de 2022 no comprendería al grupo, pero de igual forma su impacto a nivel nacional fue tal que esta cotización quedó bautizada como el “dólar Coldplay”).

De todos los testimonios recogidos sólo una se consideró recurrente en el ámbito de los recitales, pero hubo en general una idea de que por tiempo o dinero no suelen destinar esfuerzos en asistir a más eventos, pero a partir de esta experiencia lo van a considerar con mayor esmero.

Así se desprende una gran oportunidad, independiente de las trabas, para las productoras de shows internacionales como también en el circuito de festivales conformado por varios puntos del interior del país (Harlem en Santa Fe, Cosquín Rock en Córdoba, Rock en Baradero, Bandera en Rosario, Capital en CABA y muchos más) con grillas de actos nacionales predominantes tanto consolidados como de la nueva generación.

Sólo se puede esperar que la gente elija, ante la incertidumbre, apostar por los mercados culturales que son tan necesarios pero más de una vez relegados por las políticas públicas.