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Chemes pide bajar impuestos: “Empiezan a afectar el capital”

El entrerriano, reelegido en CRA, pidió al gobierno “un horizonte claro” de previsibilidad y morigerar la presión impositiva. Habló sobre política, empleo, ley de fitosanitarios y los principales desafíos para el campo, hoy. Nahuel Amore

Con una mirada crítica y sin rodeos, Jorge Chemes analizó el escenario que debe transitar el sector agropecuario en un contexto convulsionado para el país y la provincia. Tras ser reelegido esta semana para conducir dos años más los destinos de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), el entrerriano brindó un mano a mano en DOS FLORINES, en el que planteó los principales desafíos y trazó la postura personal e institucional sobre temas sensibles para la actividad.

Según remarcó, los productores agropecuarios y quienes conforman las economías regionales del país se ven envueltos en dos grandes problemas: la falta de previsibilidad y la elevada presión fiscal que, advirtió, “empieza a afectar el capital”. En este sentido, lamentó que el peso del Estado sigue siendo el factor determinante y señaló que bajar el gasto público sería el primer paso para empezar a bajar los impuestos.

En otro orden, Chemes no esquivó las preguntas vinculadas a las permanentes críticas que reciben por el empleo informal, la falta de oportunidades laborales para grandes masas de poblaciones y la polémica por el uso de agroquímicos. Del mismo modo, reconoció que el campo debe participar en política y no descartó en 2023 ser parte del armado electoral donde sea “útil”.

Agenda

—¿Con qué desafíos asume los próximos dos años en CRA, ante una aparente salida de la pandemia?

—Hay un paquete de medidas en la agenda que nosotros venimos manejando del campo, dentro de 14 puntos. Algunos importantes son la normalización de las exportaciones de carne, el alivio en la carga impositiva que hace falta en el sector, una reforma impositiva, el mejoramiento de infraestructura para poder ser más competitivos y exportar, la hidrovía. Son varios temas, pero lo primero que hay que lograr es que el gobierno tenga una política de Estado previsible y que por lo menos muestre claramente un objetivo hacia el cual quiere que vaya el sector productivo. Si no hay un horizonte claro y son todas marchas y contramarchas como las que estamos viviendo ahora, es muy difícil tomar decisiones sobre inversiones para poder trabajar y crecer. El primer paso es lograr previsibilidad y que el gobierno defina hacia dónde quiere ir. A partir de ahí, discutimos todo lo demás.

—En ese abanico de temas, ¿cuál es el más preocupante para los productores en el día a día? ¿Qué los desvela?

—En general, la falta de políticas y de previsibilidad creo que es fundamental. Pero también hay un punto que va de la mano con todo que es la alta carga impositiva. Así, no se hace viable ningún proyecto productivo. Estas dos cosas son fundamentales, pero es necesario, primero, que nos digan a dónde quieren llegar. Hoy no sabemos dónde estamos parados, no sabemos si quieren cerrar las exportaciones, si quieren exportar más, no sabemos.

Impuestos

—Según FADA, el campo en Entre Ríos y el país pagan más de un 60% de impuestos en promedio, ¿cuáles serían los principales tributos que desde CRA consideran necesarios morigerar?

—Hoy las retenciones son una carga muy pesada. Y después habría que ver una reforma impositiva profunda porque está castigado con impuestos la producción y no el capital u otra metodología. Hoy te castigan con impuestos por producir, entonces se hace muy difícil que puedas aumentar tu producción cuando sabés que el Estado se va a quedar con el 60%.

—A nivel provincial, ¿qué planteo sostienen?

—En Entre Ríos el campo está exento de Ingresos Brutos, pero la mayor carga que tiene la provincia es el Impuesto Inmobiliario. Somos de las provincias que tenemos una de las mayores valuaciones y si lo relacionás con el nivel productivo, se hace una carga muy pesada.

El sector cuestiona que el gobernador Gustavo Bordet no los recibe. ¿Cree que con el Gobierno provincial hay condiciones para aliviar la presión impositiva?

—Creo que es difícil llegar a una solución inmediata en este tema, sobre todo en la situación que vivimos no sólo en Entre Ríos sino todas las provincias que necesitan recaudar. Hoy lamentablemente si no pensamos en achicar el gasto, va a ser muy difícil achicar la carga impositiva. Algún sector va a sufrir. Lamentablemente se puede ordenar el gasto, pero no es fácil achicarlo, lo cual sería el principio de la solución de esta presión impositiva.

Impacto

—El oficialismo a nivel nacional sigue pidiendo el acompañamiento del sector en este contexto crítico. ¿Cuánto más puede dar el campo?

—Históricamente el campo ha demostrado que acompaña todas las necesidades del país, estuvo presente en los momentos críticos y lo sigue estando. El campo es el que provee más del 70% de los recursos del país. ¡Vaya si estamos demostrando que el campo apoya y está a la altura de los acontecimientos! ¿Cuánto aguanta? No aguanta más, porque esa carga impositiva empieza a afectar el capital. Cuando la gente se empieza a fundir y tenés que vender capital para poder hacer frente a los impuestos, significa el principio del fin para cualquier productor o empresario. Eso es lo que estamos tratando de alertar. No puede ser que hoy uno tenga que vender capital para poder hacer frente a impuestos; es inadmisible en cualquier parte del mundo.

—¿Se están dando hoy situaciones de descapitalización por los costos tributarios?

—Es uno de los principales factores por los cuales han desaparecido productores chicos y medianos. Tienen una carga desmesurada, mientras que los niveles y escalas de lo que producen no les alcanza para cubrir costos.

Se habla mucho del impacto de la inflación en diversos sectores sociales… ¿Qué sucede con el campo? ¿Cómo afecta a las economías regionales?

—Las economías regionales son uno de los sectores más afectados por esta crisis, sobre todo porque son pequeñas y medianas empresas, diversificadas, sin una atención financiera adecuada porque no la tienen, con una carga impositiva excesiva y tampoco tienen el acompañamiento de políticas que los incentiven. Además, ni siquiera se toma conciencia de que las economías regionales, si bien cuando se las analice individualmente pueden ser más chicas que una empresa, en su conjunto significan para el interior mucho desarrollo, crecimiento y aporte a sus comunidades. La plata que mueven, la hacen dentro de la provincia, en el lugar donde están; dan vitalidad a los pueblos, generan mano de obra. Eso no se tiene en cuenta. Parece que lo importante son las grandes empresas, que son necesarias, pero las economías regionales también están muy afectadas y hay que atenderlas, porque son fundamentales.

Empleo y agroquímicos

El campo sigue siendo cuestionado por niveles de empleo informal y menor generación de trabajo respecto de otras, ¿qué opina?

—Es un análisis equivocado. Primero, consideran que el campo no genera mano de obra. Dicen que generamos mano de obra en negro, pero es muy difícil encontrar en estos momentos alguien en el campo que no tenga todo en forma reglamentaria. Creo que es una chicana que se utiliza cuando se quiere atacar al sector agropecuario. En segundo lugar, cuando analizan, lo hacen solamente con las personas que trabajan en forma directa, pero nadie analiza toda la gente que trabaja alrededor de un campo. Los camioneros, los maquinistas, los intermediarios que están en la comercialización, los gomeros que arreglan cubiertas de maquinarias… Cuando uno suma toda la gente que indirectamente trabaja para el campo, es impresionante la mano de obra que estamos dando. De hecho, cuando se caen sectores agropecuarios que están en muy mala situación, se nota inmediatamente en los pueblos donde están localizados.

¿Hay un compromiso para fortalecer los controles ante situaciones de trabajo infantil o explotación laboral que, cada tanto, se siguen detectando en Entre Ríos?

—Si quieren hacer todos los controles que quieran, está muy bien. Por supuesto que todo lo que está fuera de la ley, nosotros no lo vamos a apoyar, de ninguna manera. Sí hay que entender que la actividad agropecuaria es diferente a la de otros sectores, donde inclusive el aprendizaje del trabajo va pasando de generación en generación, con lo cual no es que se esté explotando a nadie, sino tratando de enseñar y que cada persona vaya aprendiendo cómo se trabaja en el campo. De hecho, tenemos serios problemas hoy para obtener mano de obra especializada porque justamente no existe esa transferencia de sabiduría o trabajo que era de generación en generación. Va a llegar un momento en el que no vamos a conseguir mano de obra necesaria. La verdad es que es un análisis equivocado el que se realiza.

—¿Cuán urgente es en provincias como Entre Ríos avanzar en una ley de fitosanitarios que, hasta el momento, son puras promesas?

—Es necesario un ordenamiento para que no se produzcan los desequilibrios que vemos donde cada uno legisla de acuerdo al criterio diferente que tiene. Hay normas internacionales que demostraron técnicamente y con mucha claridad cuáles son las metodologías que generan situaciones riesgosas o no. Nadie está diciendo de utilizar metodologías que pongan en riesgo la vida de la gente. Pero tampoco tenemos que irnos al otro lado donde vemos que se toman decisiones y se dicen barbaridades en cuestiones que científicamente están comprobadas que no hacen correr ningún riesgo. Busquemos los puntos medios y manejémonos con la verdad. Lo que pasa es que esto también está muy politizado. También es una de las chicanas cuando se quiere pegar al campo.

Justamente, hay denuncias por el impacto en la salud de la población y en el ambiente. ¿Cómo responden a esto?

—Buscamos la información científica más seria que haya y por supuesto las comprobaciones que están aprobadas a nivel nacional. Nadie quiere estar fuera de la ley ni generar ningún problema. Pero tampoco queremos que se ataque al campo arteramente y sin ningún fundamento porque esto también produce un retroceso para la producción. Y hoy el país necesita de la producción más que nunca para generar recursos.

Política

Felipe Berruhet planteó en DOS FLORINES que es necesario que representantes del campo participen en política para defender al sector sin que los partidos se metan en las instituciones, ¿coincide?

—Comparto totalmente la visión que tiene Felipe Berruhet, con quien somos amigos y este tema lo hemos charlado muchas veces. Estoy convencido de que el campo, en la medida en que no tenga un número importante de representantes en la legislatura y en cargos ejecutivos, no vamos a avanzar mucho más. Tenemos que comprometernos y ser protagonistas directos de las decisiones que hay que tomar en materia agropecuaria. Esa es la forma de defenderlo. Muchas veces no vamos a tener cabida en muchos partidos políticos porque hay visiones diferentes y nunca se tiene una visión completa de lo que se necesita. Ahí tiene que estar el campo conformando su propio espacio político y defendiendo sus candidatos. Lo que pasa es que a veces somos bastante reticentes a querer formar un espacio político propio donde hay que poner recursos y verlo como una inversión. Ese es el paso que está faltando.

No es barato participar en política y al campo le cuesta largar dinero para apuntalar a sus hombres y mujeres.

—Exacto. No es barato, la gente es reticente a poner plata para campañas propias y la verdad es que no se puede hacer política, ni gremialismo ni ninguna política para defender al sector si no se tienen recursos. Y los recursos tienen que salir del sector para no quedar comprometidos con nadie.

—¿Cómo generan desde CRA el salto hacia la participación partidaria?

—Desde CRA vamos continuamente evaluando estas decisiones. Tal vez no tenemos toda la difusión necesaria, pero hubo candidatos a diputados nacionales, tenemos muchos concejales, participación en segundas líneas políticas de gente que va del sector. Lamentablemente no se tiene conocimiento de eso. Pero desde CRA tenemos mucha participación en política.

—¿Evalúa en lo personal volver en 2023 a participar en política?

—A partir de ahora tengo dos años por delante para cumplir con la presidencia de CRA que me han delegado los representantes de las diferentes confederaciones. A partir de ahí, si hay algún espacio donde pueda ser útil y hacer algo, por supuesto que participaré. Ya lo hice entre 2009 y 2013. Si existe la posibilidad y soy útil, por supuesto que lo haré. Pero no voy a estar forzando ninguna situación. Quiero que cuando alguien elige a alguien para ocupar algún cargo político, esté totalmente convencido de sus atributos para llevarlo adelante.