Calabrese: “En 2021 hubo gran dolarización de carteras por el MEP”
19/12/2021

El presidente de Integrar SA destacó que la gente se sigue desprendiendo de los pesos y eso “tracciona la economía”. Advirtió por la volatilidad de los mercados y analizó qué factores impactan. Nahuel Amore
A días de que 2021 apague su luz y dé paso a un nuevo año en el calendario, Alfredo Calabrese, presidente de Integrar SA, realizó un balance sobre el escenario financiero en la Argentina, en medio de un contexto complejo desde donde se lo mire. En este concierto, las finanzas, la economía, la política y el panorama social, visto como un todo, dieron lugar a una lectura crítica sobre los vientos que se avecinan.

Del diálogo mantenido con DOS FLORINES, se desprende que la desconfianza por la moneda nacional allanó el camino para la economía de hoy: una demanda coyuntural de bienes atacada al flujo del circulante y, al mismo tiempo, una búsqueda desesperada por resguardar el valor del trabajo y el tiempo. En esta última opción, el dólar sigue siendo la alternativa más arraigada en el acervo cultural.
“La mayoría de los argentinos tienen sus carteras dolarizadas, ya sea con atesoramiento en moneda o buscando activos que lo cubran. Nosotros este año, cuando analizamos los volúmenes, una porción significativa fue a la compra de dólar MEP”, afirmó el especialista al referirse al también conocido como “dólar bolsa”, que consiste en la compra de bonos en pesos y su posterior venta en dólares, lo cual permite hacerse de moneda estadounidense sin límites.

En ese sentido, reconoció que el MEP se viene posicionando en los últimos tiempos como una alternativa accesible ante las restricciones cambiarias, que compite contra el blue y el dólar solidario (oficial más impuestos). “Entre el 30 y 40% de nuestro volumen de operaciones de este año fue dólar MEP. La dolarización de carteras ya viene desde hace un tiempo y este rechazo generalizado al peso”, sintetizó.
Desde esta perspectiva, explicó: “Este año hubo una gran dolarización de carteras, sobre todo por el MEP. Fue un año complejo desde el punto de vista de la volatilidad de las valuaciones. El escenario electoral generó mucha incertidumbre y la falta de acuerdo con el FMI fue significativa”.

Al respecto, acotó que “no es que falten dólares, sino que sobran pesos”. “La gente se quiere sacar de encima los pesos. Eso es lo que tracciona la economía en estos momentos. Se cree que inversión es cualquier cosa. Hoy se está traccionando fundamentalmente por inversión no productiva porque la gente se quiere sacar los pesos de encima”, afirmó.
De cara a lo que se viene, planteó que a estos factores se le suma “la incertidumbre por la pandemia”, debido a que las nuevas variables fueron imponiendo en el mundo y el país diferentes restricciones. De hecho, reconoció que Ómicron ya generó un impacto directo sobre sectores que se verán afectados.
Stock, volumen y cotizaciones
A la hora de analizar el mercado financiero argentino durante 2021, Calabrese puso la lupa en tres aspectos: stock, volumen y cotizaciones. “Todos estos indicadores están vinculados con la historia económica de nuestro país, la macroeconomía actual y sus señales. En países como el nuestro, lo económico y financiero está subordinado a lo político, lo cual impacta muchísimo. Los mercados se mueven por incertidumbres económicas y financieras, pero al nuestro tenés que agregarle un driver muy significativa que es la política”, aclaró.
Respecto del primer punto, planteó: “Por el lado del stock, tenemos un mercado muy chiquito, si lo comparás con cualquier indicador financiero de otro país con nuestras características. “Nuestro mercado está un poco castigado. El Merval está a 380 dólares y llegó a estar 800. Tenemos un problema serio de stock”, advirtió.
Sobre este punto, señaló que el mercado de capitales argentino sigue siendo relativamente chico respecto de otros países de la región. “La nueva Bolsa Andina tiene una capitalización de 277.000 millones de dólares. México tiene una capitalización bursátil de 600.000 millones de dólares y San Pablo, de 1,2 billojnes de dólares. Y la nuestra es de 20.000 millones de dólares”, comparó.
Desde esa perspectiva, Calabrese reflexionó: “Evidentemente todo el dinero que la gente atesora en moneda extranjera es plata que le falta al sistema financiero y al mercado de capitales. Tendríamos que tener 200.000 millones de dólares entre ambos, pero no llegamos ni a la mitad. Hay un flujo de capitales que se mueven por fuera de los mercados institucionalizados que si estuvieran allí, seríamos otro país desde el punto de vista económico”.
Respecto del segundo punto, dijo que “el stock condiciona el volumen”. “Está muy condicionado por lo que se opera de papeles argentinos en el exterior, no tanto en el mercado local porque es chico en cuanto a transacciones. Internamente se ha mantenido en un volumen bajo, que es el que tiene”.
Por otro lado, respecto de las valuaciones, analizó: “Separando deuda soberana de activos de renta variable como las acciones, han estado incididos por los vaivenes de la pandemia, la situación macroeconómica del país, el acuerdo con el FMI y un año con incertidumbre electoral que se comenzó a despejar con las PASO. Esas cuatro variables hicieron que fuera un año de muchísima volatilidad de cotizaciones”.
Financiamiento
Consultado por los volúmenes de financiamiento en el mercado de capitales como síntoma de lo que deja el año, el presidente de Integrar informó que, de acuerdo a un informe reciente, “se financiaron alrededor de 5.000 millones de dólares, entre emisión de acciones, obligaciones negociables, fideicomisos, cheques de pago diferido”. “Es un volumen normal de lo que se hace anualmente; ni muy alto ni muy bajo. Se está volviendo a esquemas normales de financiación, pero que es apenas el 1,5% del PBI”, acotó.
En ese sentido, reconoció que el mercado de capitales no ha logrado una expansión significativa. “Lo que ha tomado un poco de vuelo son lso fondos comunes de inversión como alternativa al plazo fijo. Los fondos permiten colocar el dinero y sacarlo cuando querés, como si fuera una caja de ahorro, con un 30% anual. De todos modos, si bien son fondos que pasan por el mercado de capitales, no tienen el fundamento básico de activos financieros de inversión”, sostuvo.
En relación a ello, cuestionó que “en nuestro país desapareció el concepto de apalancamiento financiero”. “Si apareciera este concepto, tendríamos que ir a un sistema dos o tres veces más grande y un mercado de capitales, diez veces más grande. A esto lo veo más difícil. La historia nos condiciona mucho”, afirmó, y lamentó la sostenida falta de confianza como elemento determinante.
En otro orden, respecto de la categoría financiera del país y que termina de poner en contexto estos indicadores, Calabrese recordó que Argentina entró este año dentro del grupo “standalone” del MSCI. “Fuimos emergentes, luego de frontera y ahora standalone que es un limbo, sin saber qué somos. Es un mercado raro. Eso hizo que el mercado se apartara del mundo. No hay muchos capitales. La deuda soberana llegó a valer 29 dólares y no hay gente que compre. Ese rendimiento no se da en ninguna parte. Eso da cuenta del riesgo de la Argentina”, planteó.
Proyecciones 2022
El proyecto de Presupuesto 2022 elaborado por el ministro Martín Guzmán, que fue rechazado por la mayoría en la Cámara de Diputados, estimaba una inflación del 33%, un crecimiento del PBI del 4%, una recuperación del salario real del 4%, un déficit primario del -3,3% del PBI, el dólar oficial a 131 pesos, mejoras en el consumo privado del 4,6% y mejoras en el consumo público del 3,1%, un 6,6% más de inversión y un aumento del 7,5% de las exportaciones, entre otras variables.
A partir de estas estimaciones, en el diálogo realizado horas antes de que la oposición dejara en claro el resultado en las urnas de las elecciones de medio término, Calabrese advertía por la subestimación de las principales variables macroeconómicas. Asimismo, ya planteaba la discrecionalidad como uno de los principales argumentos que terminó de rechazar la iniciativa oficial. Del mismo modo, se refería a cuál era la importancia para el necesario acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
—¿Cómo analiza Presupuesto 2022 que presentó el Gobierno y cuánto cree que se lo subestima?
—El presupuesto es una estimación que tiene alguna base económica, pero fundamentalmente tiene un mensaje político. La política entiende que es conveniente manejar algunas variables que, dentro de la estimación, después podrán decir que estuvo mal estimada o cambiaron las reglas de juego. Un instrumento de esas características, que constitucionalmente está previsto para marcar el rumbo del país y su economía y fijar una política económica, evidentemente la técnica legislativa y de formulación difiere mucho de esos objetivos. Normalmente se hace así porque se subestima. Con la inflación del 33%, estimaron también un incremento superior de la recaudación, de lo cual no dicen cómo lo van a hacer pero está pensada implícitamente una modificación impositiva. De hecho, este año la recaudación creció 60%. Eso los habilita a reasignar partidas.
—Habilita un esquema de discrecionalidad.
—Tal cual, es así. La subestimación permite que le quede un margen al gobierno para tener una discrecionalidad que pasa por fuera del legislativo. Pero siempre sabemos que es así. El gobierno dice 33% de inflación, pero el mercado está descontando un 50% para 2022 como piso.
—Incluso, todo ello está atado a la corrección que realicen de otras variables como precios congelados, aumentos de energía, de combustibles…
—Estamos con una inflación base del 40 o 45% por productos básicos, unido a un ancla cambiaria, tarifaria, precios cuidados y otras medidas. Son varios factores que están anclando la inflación. Si hay un pequeño sinceramiento, se van a agregar puntos adicionales a este proceso que ya viene con esta inercia; salvo que el Gobierno tenga un plan de estabilización muy abrupto que no conozcamos.
—¿Cuánto puede influir el acuerdo con el FMI al ordenamiento de las variables?
—Creo que con el FMI se va a acordar, pero más porque el Fondo necesita acordar. No sólo por su credibilidad sino porque la deuda con Argentina es el 30 o 35% de su cartera. Sí o sí van a tener que acordar y quizá no van a ponerse tan duros. Lo cierto es que la dureza tiene que ver con los costos. A mayor riesgo, mayor tasa y menor plazo. Eso lo deberán acordar. Por otro lado, no creo que haya margen para reformas importantes en el país. Es decir, no creo que un acuerdo con el FMI sume o reste demasiado a la situación de la Argentina, pero sí creo que daría cierta previsibilidad financiera en sus obligaciones externas. Qué ocurrirá con la devaluación, las correcciones tarifarias o los salarios, no lo sabemos.