EMPRESAS PORTADA

Avícolas rechazan la suba de retenciones: “Va en contra de la industrialización”, dijo Augusto Motta

El presidente de Calisa expresó que la suba de retenciones a la avicultura incluida en el proyecto Ley Ómnibus generará un margen negativo del 5%. Por otro lado, se mostró optimista por la reapertura en 2024 del mercado chino y chileno. Nahuel Amore

Para la Unión Industrial Argentina (UIA), el aumento de retenciones al 15% incluido en el proyecto de Ley Ómnibus que se debate en el Congreso “penaliza” las exportaciones con valor agregado. En la misma sintonía, Augusto Motta, presidente de Calisa –una de las empresas avícolas generadoras de divisas más importantes del país–, la medida propuesta “quita competitividad”, atenta contra la industrialización y hasta deriva en un margen negativo dado que se conjuga con un aumento de costos.

En diálogo con DOS FLORINES, el empresario señaló que, de acuerdo a la tabla de cálculos que maneja el sector, un incremento considerable de las retenciones a los productos avícolas los retrotraería a 2007, cuando Guillermo Moreno era secretario de Comercio. “Desde aquella época se viene elaborando un cuadro. En nuestro caso llevarían las retenciones del 9 al 15%, lo que daría un 5% negativo que impactaría en el producto”, afirmó.

Motta explicó que, por un lado, se enfrentan a un mayor costo interno porque pagarían más cara la materia prima principal, que es la alimentación de los pollos. Además, agregó que “el otro problema es la pérdida de competitividad que te da el hecho de que te convenga exportar materia prima y no exportar con valor agregado. Ese es el golpe más fuerte en el caso de que las retenciones fueran aprobadas”.

La avicultura hizo su defensa del tema durante los debates en Diputados y planteó la problemática que acarrea subir las retenciones, en ecuación con la soja y el maíz. “Subir 6% el derecho de exportación –llevándolo al 15%– se convierte en un costo directo o una reducción del precio de exportación”, enfatizaron, y señalaron que con el esquema de retenciones actual la neutralidad debería ser del 8%.

Para el empresario no es un tema nuevo. “Somos uno de los pocos países que pagamos derechos de exportación. Fue una puja siempre bajar algunos puntos hasta llevarlo a cero, que no se ha logrado”, lamentó. Además, resaltó que es clave generar un sistema diferencial entre la retención de la materia prima y la retención para un producto con valor agregado que debería ser menor. “Si no parece que va en contra del proceso de industrialización”, advirtió.

Contexto nacional

El sector privado coincide en que mayor carga impositiva atenta contra la producción, la comercialización y el empleo. “Nos quita competitividad porque no hay otro país en el mundo que castigue la exportación. Al contrario, la promocionan porque es una medida de promover la industrialización y generar fuentes de trabajo y generar más empresas. Es una discusión que se viene dando y no podemos darle vuelta”, argumentó.

Frente a este escenario complejo, marcó que al menos resulta clave definir plazos para tener previsibilidad. “Entiendo el contexto en el que estamos. Entiendo el efecto o fin recaudatorio de las retenciones por la situación crítica de la economía argentina. Pero habría que ver si lo van a tomar como una medida aleatoria y si después se baja. La pregunta es hasta cuándo. Sería bueno saberlo”, consideró.

A pesar del contexto, Augusto Motta se mostró confiado en que el Gobierno nacional puede promover, al salir de esta coyuntura, políticas que morigeren la carga fiscal. La pregunta, insiste, es poder determinar si en algún momento se reformulará el sistema de retenciones a la baja, cuyo tema será materia de conversación durante el año junto a las cámaras sectoriales.

“El tema es que la economía se tiene que tranquilizar y dar los primeros atisbos de que algunas cosas están siendo positivas. Eso va a llevar un tiempo, pero tenemos que tener este tipo de conversaciones para demostrar que es válido y que el país lo necesita”, propuso.

Por otro lado, instó a que el Gobierno de Entre Ríos también se involucre para peticionar ante la administración de Javier Milei. “Tenemos el 50% de la producción avícola. Hay banderas que dejan de ser privadas y terminan siendo federales porque hay fuentes de trabajo”, expresó, al tiempo que puso en valor que el crecimiento de la avicultura estuvo apalancado por millonarias inversiones con una estrategia de agregado de valor y diversificación, pensada de cara al mercado interno y externo.

Reapertura de China

Debido a la gripe aviar, la avicultura vio afectadas sus ventas al exterior entre febrero y agosto de 2023, con destinos históricos caídos y muchos nuevos. Terminaron el año con 67 mercados operando, de los cuales 19 fueron nuevos y 14 reactivados. No obstante, se perdió el 28% de volumen (unas 70.000 toneladas); un 51 % de facturación (205 millones de dólares); y 32% menos en promedio de precio. Ello se debe a que el principal destino, que es China, sigue cerrado.

Reabrir este mercado es clave y no sólo por los volúmenes. Para ello, el diálogo involucra a Senasa en términos de sanidad animal, sino que subyacen motivos políticos y económicos. “China hace mucho tiempo tiene relaciones comerciales con nosotros y van a tratar de renegociar y que se trate de pagar la deuda. A la larga se van a tener que sentar a negociar porque es un socio estratégico de la Argentina. Es un mercado importante para la cadena avícola”, sintetizó Motta, quien se mostró confiado en que durante el año se concretarán las gestiones.

Tengo optimismo”, manifestó, y acotó que se vienen manteniendo reuniones con las autoridades del Senasa, el agregado comercial y el embajador de China, a través de la representación en la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia) y del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA). En ese marco, se confirmó una primera auditoría para la primera quincena de marzo, que llegará a tierras argentinas de manera exhaustiva y pondrá en la lupa en las medidas de bioseguridad.

“Acordaron una primera auditoría para reabrir el mercado. Nosotros estamos habilitados, pero después de la influenza aviar tienen que hacer los controles y quieren hacer un simulacro en las distintas zonas del país con las empresas habilitadas para validar el sistema y dividir la zoonificación en caso de que haya brotes”, contó a DOS FLORINES.

La pregunta del millón es qué pasará después de esta auditoría: si China reabrirá sus importaciones gracias a la garantía de calidad de los productos o si permanecen otros problemas que exceden a las empresas. En la cadena entienden que una alternativa poco conveniente es que se inicie un proceso de adecuación con un plazo definido. “En 2024 tengo la esperanza y la ilusión de que volvemos a exportar”, manifestó el presidente de Calisa.

Otros destinos

Motta recordó además que China es importante porque demanda productos que no son comprados en otros mercados, como garras o harina de pollo. “Nos han hecho perder ese mercado y tener un lucro cesante”, sostuvo, y agregó que algo similar, pero con características particulares, sucede con Chile. “Hay mucha materia prima que no hemos podido exportar a China ni a Chile. Hay pérdida porque no hay capacidad de almacenamiento y porque la reglamentación te impone determinadas fechas”, contó.

Respecto del vecino país, se explayó: “Estamos habilitados en la parte de cocidos, pero la parte de frescos que es la que más pega al sector avícola argentino todavía está cerrado. No entendemos los motivos. Creemos que es más una cuestión política y por acuerdos comerciales que están intentando retomar con Unión Europea. Creemos que después de China van a venir para hacer la auditoria de manera posterior a la visita de China. Es algo necesario”.

En otro orden, respecto de Europa, admitió que hoy no están competitivos a pesar de la devaluación, pero es una materia pendiente. “Estamos con valores un poco altos”, señaló. Respecto de África, dijo que se siguió exportando, pero con otros valores.

En cambio, resaltó que hay países como Japón que están volviendo a consultar. “Ellos demoran un poco más porque tienen un período de análisis. Pero es importante porque tienen un status sanitario exigente respecto del resto. Es una vidriera. Cuando Japón te habilita un producto, es una buena señal. Estamos enviando las muestras que demorarán 60 o 90 días. Sería un aliciente”, finalizó el empresario, quien entiende que la diversificación es fundamental en estos contextos.