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Arús lanzó un servicio diferencial de importación, con un pie en China

Leandro Arús, hijo de Aquiles, destacó que cualquier empresa no importadora podrá adquirir productos del exterior. Analizó cómo impactan las trabas del Gobierno, además de cómo funciona el servicio y a qué costo. Nahuel Amore

En medio de las complejidades para realizar operaciones de comercio exterior en años de sequía de dólares, Arús lanzó un nuevo servicio de importación, con un diferencial. A través de la intermediación de la firma paranaense, cualquier persona o empresa no importadora podrá comprar aquellos bienes o insumos que, de otro modo, no podría o le resultaría demasiado complejo. Para ello, se estrechó una alianza estratégica con agentes en China, que permitirán garantizar la provisión y dar previsibilidad en momentos de acentuada incertidumbre.

“Nosotros traíamos productos importados por cuenta de nuestros clientes. En ese caso, los clientes eran todos importadores. En este caso, el diferencial es que podemos importar y venderte los productos que necesites. Eso implica tener acceso a las Simi (Sistema integral de monitoreo de importaciones), al Banco Central; una burocracia que la empresa chica no lo tiene o no sabe cómo hacerlo”, sintetizó Leandro Arús, quien se puso al frente de este servicio más “personalizado”.

Según contó a DOS FLORINES, la firma referente en la región para el despacho aduanero viene advirtiendo por las dificultades para concretar importaciones por la falta de autorización oficial, sin los cupos necesarios que provocan un freno de las operaciones. “Incluso hoy en día está muy limitado porque hay muchas empresas chicas que no tienen acceso al mercado de cambios. Les Simi les salen bloqueadas”, señaló.

Consultado por la alianza con el “gigante asiático” que les permite brindar este nuevo servicio, el hijo de Aquiles Arús destacó que ello es posible por un vínculo fortalecido a lo largo de los años con gente que trabaja a la par. “La idea fue en conjunto con China. Además, hay financiación en ese país por ser nosotros, por lo cual podemos pagar los productos cuando llegan”, acotó.

De todas maneras, también señaló que hay un agente en Estados Unidos que está facilitando importaciones desde allí, otro de los mercados clave para muchas empresas argentinas.

Operaciones

Arús Comercio Exterior prácticamente automatizó, de la mano de su equipo de trabajo, las operaciones de exportación por tratarse de trámites rutinarios para muchas de las empresas que les trabajan hace años, mientras que pusieron la atención en el arduo proceso de importación. En este aspecto, deben enfrentar a diario una serie de trabas que se complejizaron en pandemia.

Los despachantes de Aduana deben sortear desde la burocracia argentina con los organismos del Estado para aprobar las compras, hasta conseguir contenedores para traer la mercadería. Ante este escenario, Leandro asumió mayor protagonismo “para darle fluidez a las operaciones y que cada una de ellas no sea un problema”.

Al respecto, puntualizó que es un engorro la falta de contenedores, sobre todo en China, lo cual trae aparejado una dilación de los tiempos. Del mismo modo, reconoció que durante estos tiempos de coronavirus se dispararon los precios de la logística del comercio internacional. “Las tarifas se duplicaron, triplicaron y hasta cuadruplicaron”, alertó.

En cuanto a las restricciones en Argentina, diferenció entre productos con licencias automáticas y no automáticas. Sobre este punto, dijo que son más ágiles las operaciones de insumos, mientras que los principales inconvenientes recaen en las importaciones de artículos para revender.

En ese sentido, consultado por el nuevo servicio, precisó que es “para cualquier sector y cualquier tipo de productos, siempre y cuando la licencia no automática no haga de ello una imposibilidad de importarlo; cualquiera puede tener acceso”.

En relación a las comisiones que cobran para realizar este trabajo, dijo que oscilan entre el 15 y 20% del costo total de la operación. “Lo primero es encontrar el producto, que generalmente es China. En base al producto, las cantidades y el resto de los costos de fletes, despacho aduanero, etcétera, se arma un costo total y se charla con el cliente para ver un margen de ganancia al importarlo a nombre nuestro. Los márgenes no son grandes, rondan entre el 15 y 20% del total, de acuerdo a precios de mercado”, explicó.

Depósito fiscal

Leandro Arús tiene 42 años y afrontó el desafío de acompañar a su padre con el foco puesto en el servicio de importación. De hecho, en 2019 comenzaron a poner en marcha un proyecto mayor, del depósito fiscal, que será clave para hilvanar la cadena y reducir costos en la logística de todo el trabajo que realizan, desde el origen de la mercadería hasta la puerta de la casa o empresa del cliente.

El depósito fiscal se radicó en un terreno de 650 metros cuadrados, cuyas instalaciones se vienen construyendo desde hace tres años en calle Francia de la capital entrerriana. Allí cuentan con el moderno scanner -marca VMI, modelo Spectrum 150/180, construido en Minas Gerais, Brasil-, que forma parte de una inversión de más de 250 mil dólares, entre oficinas, infraestructura y un galpón.

Este depósito servirá para las operaciones de importación y exportación, pero está a la espera de su correspondiente habilitación. “Este servicio que sumamos viene de la mano y suma un eslabón más a la gran cadena del comercio exterior. Todavía no hemos logrado la habilitación. Está completo, funcionando, con el scanner, cámara y balanza. Pero falta el expediente, que lo firmen y pase por Aduana General. Está todo bien, pero sigue demorando”, lamentó, en diálogo con DOS FLORINES.

Sobre esta inversión, valoró que se reducirán considerablemente los costos. “Van a ser ganancias nuestras. Hoy en día tenés que ir a otro depósito fiscal o, en el caso de que haya una carga grande de un contenedor entero, podés descargarlo donde el importador necesite. Pero si no, necesitás un depósito fiscal que será el nuestro”, expresó.

“Todo en regla”

El empresario reconoce que “no es el mejor momento para importar y exportar”. De todas maneras, con una mirada optimista, considera que resulta fundamental dar pasos en este sentido porque “si vos no lo hacés, lo va a hacer otro”.

“El que realmente hace bien las cosas, en lo comercial, financiero e impositivo, puede seguir trabajando e importando. Por eso lado buscamos el diferencial; teniendo todo en regla para no tener ningún problema”, reflexionó.

Arús recordó que el dólar para las importaciones sigue siendo el oficial. “Para tener acceso a ese dólar ficticio tenés que tener todo bien. Nosotros apuntamos a tener todo en regla, con las Simi, con el banco, con la AFIP, con la DGI, lo cual es clave para los cruces informáticos”, remarcó.

En ese sentido, planteó que este tipo de operaciones termina significando un dolor de cabeza para muchas pymes que no tienen la capacidad para afrontarlas. “Muchas veces a esto lo descuiden las empresas chicas porque descansan en estudios contables que no se especializan en comercio exterior. Lo hacen pero a medias y puede terminar en un problema”, advirtió.

Desde esta perspectiva, puso en valor el servicio que ofrecen y remató: “Cualquiera, sólo con tener el capital, va a poder importar. Hoy en día para hacer una importación, antes de pagar un dólar a China, sabés si la podés hacer o no. Tenés que tener la Simi aprobada. Es decir, vamos a importar sin riesgos”.