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Arús compró un moderno scanner y tiene listo el primer depósito fiscal de Entre Ríos

Invirtió unos 250 mil dólares y en unos 50 días innovará en la infraestructura para el comercio exterior en Paraná con la operación de la Aduana Argentina. Gustavo Sánchez Romero

Este martes, en las instalaciones que viene construyendo desde hace casi tres años en calle Francia, a metros de la avenida Circunvalación de Paraná, el despachante de aduanas Aquiles Arús recibió el “chiche” por el que viene esperando hace algunos meses y que le permite completar todos los recursos necesarios para montar un innovador servicio: el primer depósito fiscal entrerriano con tecnología de punta.

Se trata de un scanner marca VMI, modelo Spectrum 150/180, construido en Minas Gerais, Brasil, y que permite controlar y fiscalizar mercadería de importación y exportación a través de rayos X.

Por el mismo, el empresario invirtió unos 100 mil dólares y con esto completa la inversión de lo que será el complejo que ofrecerá servicios integrales al comercio exterior mejorando la competitividad de la región y permitiendo que se realicen las operaciones desde Entre Ríos evitando los problemas que se generan en otros puertos.

En total, Arús dispuso de 250 mil dólares en oficinas, infraestructura y un galpón emplazados en un terreno de 760 metros cuadrados, y espera poder inaugurarlo en 50 días. En rigor, existe ya un galpón en el Puerto de Concepción del Uruguay que tiene un uso similar pero no cuenta con tecnología, explica el empresario como antecedente.

“Cuando el camión atraca en la dársena se bajan los pallets del contenedor y cada uno ingresa al scanner, y esto permite que la Aduana Argentina, que lo operará fiscalizando la mercadería que ingresa. Obviamente que si advierten algo que despierta sospechas tienen la potestad de abrir la mercadería y tomar decisiones, y para eso la calidad del scanner será de mucha utilidad. En el país, generalmente, se utilizar scanner de fabricación china, y en el mercado que se asegura que el de marca VMI brasilero posee mayor fidelidad de imagen. La calidad de imagen define el servicio, aunque podría usar otra marca. Es un modelo como el de los aeropuertos a escala que tiene una base de 6,20 de largo y 2 metro de ancho, y la inversión corrió totalmente por cuenta de nuestra empresa”, prescribe Arús ante la consulta de DOS FLORINES.

Servicio.

El despachante, en síntesis, inaugura un servicio que resulta innovador y evoluciona el comercio exterior en Entre Ríos, ya que muchos empresarios o realizan las operaciones en su planta o bien deben acudir a servicios similares en Buenos Aires o Santa Fe. Con esto pueden hacerlo en Paraná con certezas en precios, tiempos y logística.

El depósito fiscal permite hacer operaciones de importación como de exportación y, por ejemplo, la mercadería que viene en tránsito a Paraná e ingresa al depósito y puede quedar almacenada. La carga se nacionaliza ya sea total o parcialmente, y la Aduana cuenta con infraestructura –oficinas, baños, etc.- para hacer un trabajo que deberá hacer de todos modos, y el empresario cuenta con un espacio donde no sólo se fiscaliza la mercadería sino que puede planificar su negocio ya que nacionaliza por etapas en función de los tiempos de su negocio. Los depósitos fiscales son privados, y deben, necesariamente, trabajar en combinación con la Aduana Argentina.

También se pueden hacer operaciones de exportación.

“Nosotros, habitualmente exportamos desde una planta de un frigorífico o una industria, y en este caso es que quien exporta de una empresa lo hace con su mercadería, no con la de terceros. Luego el contenedor llega al puerto y la Aduana controla los papeles de la operación que ya hizo antes y ya está el trámite cubierto. En el depósito fiscal también se va a dar esta situación, pero para muchos empresarios que no tienen una planta habilitada y necesita operaciones de comercio exterior. El control físico de la mercadería de cualquier exportador se realiza en el despótico fiscal y luego tendrá un control de rigor en la salida final, pero es mucho más conveniente y ventajoso para el empresario. Este servicio en la provincia hoy no existe ya que somos pioneros en incorporar un scanner”, describe Aquiles Arús sobre cómo funciona su nuevo negocio.

Cuando se le pregunta que lo llevó a realizar la inversión en un contexto tan complejo como el nacional y el provincial, especialmente en comercio exterior, el empresario tiene una visión con un dejo de romanticismo: “Veo amigos y empresarios que invierten sin mirar la coyuntura, y si hubiese tenido que pensar en el contexto o el futuro no hubiese invertido. Mejor me hago 20 viajes por todo el mundo y disfruto de ese dinero. Pero de alguna manera y a esta edad –aunque todavía me queda hilo en el carretel pero sin desconocer que ya estoy un poco grande- pienso que tengo que dejar algo para la provincia, para el sector y para mi empresa. Algo que me trascienda. Algo que sea una herramienta nueva para el comercio exterior de esta zona que no lo tiene”, prescribe el conocido “Grillo”.

Decisiones.

—¿No le convenía hablar con Marsó, Motta, Lequio o Bourdin, por nombrar algunos que exportan e importan, y compartir la inversión?

—Sí, me convenía, pero me gusta que esto sea mío. Podría haberlo hecho y en algún momento lo hablamos con Esteban Rodríguez (Frigorífico Alberdi) con el objetivo de hacerlo juntos, pero no se avanzó. Y como parte de la infraestructura ya la tenía, me pareció que debía avanzar con mis propios recursos.

—¿Cuánto hace que comenzó con la obra?

—La idea del depósito fiscal comenzó en 2019. El proyecto se vino pergeñando algunos años antes y con mi hijo Leandro, de 42 años, que está muy involucrado en la importación –yo estoy más en la exportación- conversamos la idea y decidió acompañarme. Así fue que se fue armando el proyecto sobre un terreno de 650 metros cuadrados y empezamos con un hermoso galpón.

Si la mercadería queda en el galpón: ¿le cobra un alquiler al propietario?

—Sí, claro. Es uno de los servicios que le ofrecemos. Pero es interesante porque el servicio es integral y total. Es toda la logística, desde origen de la mercadería a la puerta de tu casa, tanto en importación como en exportación. Nosotros retiramos una mercadería en China o Europa y la tenés en tu casa en Paraná. La logística nosotros la hacemos desde Montevideo. Trabajamos con dos o tres agencias forwarder muy importantes, con quien tenemos acuerdos, y con ellos traemos los contenedores a Montevideo, y de allí en camino a Paraná, en este caso o a Santa Fe.

Ahora la Aduana se podrá realizar en mi depósito fiscal. En realidad nosotros le resolvemos una parte del problema a la Aduana porque le ofrecemos toda la infraestructura para algo que ellos deberán hacer de todos modos en cualquier mercadería. La oficina está construida con todas las comodidades para que puedan realizar su trabajo como corresponde.

Seguramente dependerá de flujos y volúmenes; pero, ¿en cuánto tiempo piensa amortizar la inversión?

—No me preocupa tanto ese tiempo. Yo quería hacerlo y lo hice. Pero viendo el tema la amortización vendrá muy bien porque tengo mucha fe en el negocio y en el crecimiento de los volúmenes del comercio exterior en Entre Ríos. Creo que en cinco años se puede amortizar perfectamente bien.

¿En la región tiene la mayor participación del mercado?

—Sí, tenemos muchos clientes, y hay gente que no es cliente nuestro que están trabajando en un depósito fiscal de Santa Fe, y son empresas de acá.  Posiblemente lo consideren y utilicen el servicio, y esperamos que venga un despachante de aduana que hará el trámite para su cliente. También este depósito favorece a todos.

¿El despachante también es su cliente?

—En la gran mayoría de los casos los envíos son de nuestros clientes, pero claramente el despachante de aduanas puede encontrar en el depósito fiscal un servicio que le facilitará las cosas. Por ejemplo, si Marcucci tiene una carga que requiere un depósito fiscal hará la gestión con nosotros. El despacho lo hace él. Es su cliente y su negocio. Si hay algún problema lo tendrá él con la Aduana y lo resolverá. Para poner en ejemplo.

Planificación.

Guillermo Aquiles Arús es un veterano en el mundo del comercio exterior y su apellido está vinculado a los negocios del comercio en el río, en la margen derecha del río Paraná, y sigue la huella que le dejaron padre y abuelo.

Considera que debe agregar valor a su empresa y a su negocio, y esta nueva inversión la considera una herramienta adicional a lo que ya viene utilizando, pero también cree que para su cliente haga buenos negocios a partir de la plataforma que desde julio estará funcionando en la ciudad.

“Una carga tiene una permanencia de 30 días más 30 días de prórroga. Quiere decir que si traés 50 mil dólares de mercadería podes planificar y nacionalizar una parte, la otra queda en el depósito y lo vas a haciendo en el tiempo que puedas de acuerdo a los tiempos del negocio.  Fraccionar la nacionalización es una forma de planificar, porque no necesitas nacionalizar todo, porque eso tiene un costo financiero importante ya que quizá necesitas tres o cuatro meses para vender la mercadería y no necesitas todo junto. Un contenedor completo vos tenés que nacionalizarlo al 100%, en cambio con el depósito podés manejar tus tiempos y tu flujo de ingresos. Hay una incidencia de costo por el alquiler y el movimiento, naturalmente, pero si lo mirás en términos financieros yo creo que la ecuación es muy favorable para el empresario porque el dinero tiene un costo y tener la mercadería parada no es buen negocio”, sintetiza el empresario el espíritu colaborativo que permite desplegar su depósito fiscal.

¿Cómo está el nivel del negocio?

—Nosotros estamos trabajando muy bien. Obviamente más en exportaciones que en importaciones.

¿Por el nivel del tipo de cambio?

—Ese es un punto, pero también porque hemos tomado clientes importantes que tienen un proyecto de comercio exterior, exportador. Tienen problemas como todos, pero el proyecto se mantiene. Caso de Calisa, de Frigorífico Alberdi, de Petropack, que vende mucho en la exportación directa. Nosotros le gestionamos sus proyectos exportadores y nuestra empresa crece con ellos. Alberdi no da abasto en los depósitos propios y documentamos operaciones en Rosario, Campana, Paraná y Buenos Aires. Todo lo hacemos desde acá, aunque tenemos representantes propios en cada salida. Hemos logrado armar un esquema que funciona bien.

¿Hay algún otros proyectos en carpeta?

—Sí (hace silencio y se ríe). A buen entendedor…. Tengo otra idea que en su momento la charlaremos. Siempre pensando en mejorar el comercio exterior de la provincia

¿Qué participación tiene del comercio exterior de Entre Ríos?

—Yo diría que de lo que se exporta en Entre Ríos debemos tener un 40 %. El sector está creciendo. El sector cárnico ha crecido mucho, en todas las carnes. Sin hacer hincapié en nadie en particular el proyecto de Motta lo llevará a triplicar sus exportaciones, y eso es muy bueno para él, para la provincia, y para todos… yo tengo muchas expectativas en los empresarios entrerrianos y su capacidad de mejorar el comercio exterior.  Y eso nos empuja a nosotros. Teníamos cinco empleados no hace mucho y hoy ya estamos en 14. Con una flota nueva que tuvimos que mejorar e invertir. Hemos ido acompañando ese crecimiento, y ese momento vimos que había que gastar y lo hicimos. Hoy tenemos todos los vehículos nuevos, y eso me da cierta tranquilidad, con un equipo de trabajo muy joven. Lo que es logística de transporte lo contratamos en el mercado. Pero no está lejos que si el depósito fiscal funciona debamos invertir en algunos camiones livianos para entregar la mercadería.

Claro, porque en un punto se convierte en un centro de distribución…

—Y sí… en un punto es así. Porque cada empresario puede ir demandando por parte y eso demanda un servicio diferencial.

¿El costo de tu servicio es parte de las mejoras competitivas que espera de sus próximas operaciones?

—Depende de muchas complejidades la operación, pero lo importante es que este depósito fiscal y ahora antes de su apertura es que estamos trayendo a muchos operadores que trabajan en Buenos Aires y ahora tienen una alternativa en Paraná, y el dinero no sale de la provincia. Históricamente cuando vos comprabas una mercadería en Europa, llegaba a Buenos Aires. Nosotros, estamos logrando que mucha gente nos dé la posibilidad de traerlo del Puerto de Montevideo. Nosotros le damos un precio de China a Paraná de la logística, sin sobresaltos definitivos. Si acordamos 500 dólares, terminará pagando 500 dólares. Ahora si la traés de Buenos Aires aparecen costos ocultos que te lo llevan a 2000 dólares. Sin contar las otras externalidades de las que mejor ni hablar. En el comercio la certeza es fundamental.

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