Arrancan exportaciones: superávit saltó a US$ 979 M y sería de US$ 6.000 M en 2019

21/12/2018

Con el brutal salto del dólar en 2018 se logró una potente suba de 14,5% y llegaron US$ 5.344 millones.

Si bien una golondrina no hace verano, las perspectivas hacia adelante son favorables. Se acerca la cosecha, que será más grande que la de 2017-208; Brasil crecerá más también y Vaca Muerta empieza a despegar. En rigor, el Gobierno espera que las exportaciones crezcan 20,9% en 2019 y sean el driver del crecimiento. O, mejor dicho, el rubro que compense la caída en los demás componentes de la economía.

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Además, las exportaciones son el motor más sano de la economía y más en un país que es un V8 consumiendo dólares y tiene un sesgo a los déficit externos que, si no logran financiamiento, redundan, a la larga, en ingratos ajustes devaluatorios. El 2018 lo dejó claro para todos.

Números.

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Todos los rubros mostraron alzas. Lideró combustibles y energía, con un alza de 63,5%, siguió Productos Primarios (30,6%) y completaron las Manufacturas de Origen Agropecuario (2,6%) y sus primas industriales, con 8,9%. Los precios subieron 1,2% y las cantidades aumentaron 13,1%. Hasta noviembre, las exportaciones ascienden a US$ 56.333 millones y escalan 4,2%.

Lógicamente, el tándem devaluación y recesión pulverizó las importaciones, que se achicaron 29,2% en noviembre: fueron de US$ 4.365 millones. Los precios subieron 7,9% y las cantidades se contrajeron 34,4%. Todos los rubros, con la excepción de bienes intermedios, cayeron a tasas de dos dígitos.

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Con estas fuerzas en pugna, el saldo comercial fue favorable en casi US$ 1.000 millones: US$ 979 millones, en rigor. Más aún si se compara con 2017, cuando el rojo había sido de US$ 1.494 millones. Así, el rojo acumulado bajó a US$ 5.195 millones en 2018 y podría terminar mejor que lo esperado algunos meses atrás, si diciembre vuelve a traer noticias positivas.

Las visiones.

“Con un tipo de cambio real cercano a los niveles actuales y una actividad económica con escaso dinamismo en lo que resta del año, esperamos que los volúmenes importados continúen su dinámica contractiva. De todas formas, la clave pasa por el comportamiento del volumen exportado, con un nuevo sector (combustibles y energía) que comienza a tomar dinamismo de la mano de Vaca Muerta. De sostenerse este escenario en el mes de diciembre estimamos que el déficit comercial de 2018 se ubique en torno a los U$S 4.500 millones”, dijeron desde ACM.

 “En 11 meses, el déficit comercial sumó casi US$ 5.200 millones, US$ 2.300 millones menor al registrado en los mismos meses de 2017. El salto del tipo de cambio explica este cambio de tendencia: los datos hasta mayo indicaban que el déficit de 2018 iba a ser mucho mayor al de 2017. También, la mejora de los términos de intercambios en el acumulado a once meses ayuda a mejorar (en el margen) el saldo. Sin efecto de los precios, el déficit acumulado habría sido de US$ 5.800 millones”, dijeron desde LCG.

 “Para 2019 esperamos que la balanza comercial vuelva a arrojar superávit, que estimamos en US$ 5.500 millones. De ser así, sería el mejor saldo desde 2012. La mejora vendrá, sobre todo, del lado de las exportaciones que estimamos rodarán los US$ 71.000 millones, casi US$ 10.000 millones más que en 2018 y alcanzarán el valor más alto desde 2014. El crecimiento estará asociado a la mejora de la cosecha, a la recuperación del crecimiento esperado para Brasil y la ganancia de competitividad tras la devaluación, que también ayudará”, indicaron. A la vez, dijeron: “Golpeadas sobre todo por la debilidad de la demanda, la caída de las importaciones también ayudará a mejorar el resultado del intercambio. En total, esperamos un retroceso cercano al 2% y alcanzarían los US$ 65.500 millones”.

Tendencia.

Desde Ecolatina comentaron que para diciembre se espera que persista el superávit, explicado por un nuevo avance de las exportaciones y una caída en las importaciones. “Si bien esta última podría verse acrecentada por el reciente desplome del precio del petróleo, una base de comparación no tan alta en diciembre de 2017 moderaría la caída”, indicaron. Así, el 2018 cerraría con un déficit por debajo de US$ 5.000 millones.

“Para 2019, esperamos una nueva caída de las importaciones (el PIB promediará otra caída y el tipo de cambio se mantendrá competitivo) y un nuevo avance de las exportaciones gracias a la recuperación del agro, el mayor dinamismo de Brasil y el incremento en la producción de hidrocarburos. Esa dinámica redundará en un superávit comercial en torno a US$ 6.000 millones”, agregaron.

“Si la cosecha no falla y el contexto global no nos vuelve a jugar una mala pasada, en 2019 las exportaciones totalizarían US$ 69.000 millones y habrían acumulado un alza de 20% respecto a 2015 y con sectores que a lo largo de los últimos cuatro años se fueron integrando cada vez más al mercado internacional. Al mejor desempeño de las exportaciones se agrega que las importaciones marcarían una ligera caída (en parte por la dinámica del nivel de actividad y, por otro lado, por las menores compras de combustibles) y, con ello, en 2019 Argentina volvería a tener superávit comercial”, indicó el economista Martín Polo y agregó, más coloquialmente, que el ajuste de cuenta corriente “viene a todo trapo”.

Fuente: Por Alejandro Radonjic / El Economista

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