Aníbal De Ángeli alertó por la problemática de los prestadores de servicios en el campo
04/08/2025

El productor entrerriano destacó que muchos chacareros pasaron a convertirse en prestadores de servicios y realizan tareas de laboreo, siembra, cosecha, entre otras, para grandes grupos inversores y empresas agrícolas que deciden cuánto pagar.
Aníbal De Ángeli, integrante de la Filial Puiggari de Federación Agraria Entre Ríos, se refirió a la problemática que atraviesan quienes prestan servicios para empresas y fondos de inversión en agricultura.

Según describió, décadas pasadas, cuando el desarraigo en la ruralidad aún no se había profundizado, los productores sembraban sus propios campos y, en muchos casos, arrendaban algún lote vecino o en otra zona. En muchos lugares se los conocía como “colonos”: productores que en algunos casos progresaron; pero en otros no pudieron afrontar sus deudas debido a malas cosechas o devaluaciones, quedando prácticamente en la calle. Es el riesgo de trabajar en una producción “sin techo”, como suele decirse.
Desde hace un tiempo, advirtió, ese modelo quedó sepultado, y muchos de aquellos chacareros pasaron a convertirse en prestadores de servicios: laboreo, siembra, cosecha, entre otras tareas, para grandes grupos inversores y empresas agrícolas.

De Ángeli señaló que la situación “cada vez se torna más difícil, con empresas grandes que arriendan una mayor superficie, pagando quintales fijos, por hectárea, más alto; mientras que el productor chico, el genuino, el de los pueblos, el que dinamiza la economía de las localidades, ya sea en talleres, adquisición de insumos, termina siendo empleado de esas empresas”.
El productor y federado remarcó que “esta situación, desde hace varios años, genera una competencia entre contratistas, entre quienes alguna vez fuimos colonos, por conseguir un trabajo en la tierra” y agregó “a la altísima carga tributaria que tenemos, se suma la lucha por la siembra o la trilla, porque cada vez somos más los que estamos en este rubro”.


A modo de ejemplo, denunció: “Vamos a trabajar para una empresa que arrendó miles de hectáreas y ellos terminan fijando los precios. Si bien tenemos una asociación de contratistas que tiene una tabla de referencia para cada tipo de trabajo, el empleador dice ‘pago tanto’ y no se mueve de ese número. Y no queda otra que aceptar, porque si no, te quedás con los fierros en el galpón. Además, en tres o cuatro años las máquinas se desgastan, y si se intenta cambiarla, los números no dan”.
En síntesis, afirmó: “La situación actual alcanza apenas para vivir y mantenerse con lo justo. La pregunta es: ¿cuánto tiempo más vamos a poder sostenernos con este sistema y con la miseria que nos pagan?”, cerró.