Los empresarios de la UIER hablaron sobre la “delicada coyuntura”. Las perspectivas no son alentadoras, pero plantearon la necesidad de generar propuestas para cambiar el panorama. Dos Florines
Los empresarios de la UIER pusieron sobre la mesa todas las problemáticas que los aquejan en esta “delicada coyuntura”. Las perspectivas no son alentadoras, pero plantearon la necesidad de generar propuestas para cambiar el panorama.
Dos Florines
Los industriales de la provincia reconocen que la situación que atraviesa el sector es crítica y exige de un cambio de paradigma. Más que una “tormenta”, algunos creen que es un “huracán”. Por esto, ante las serias dificultades que vivencian -con derrumbe de las actividades, caída de la demanda, imposibilidad para financiarse y hasta de hacer frente al pago de los impuestos-, plantearon la necesidad de asumir otro rol, más protagónico, que permita sortear la crisis desde adentro. Ya no esperan las soluciones, sino que quieren generarlas.
Con un importante número de empresas socias presentes, con ansias de poner en palabras lo que realmente está pasando, la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER) mantuvo una reunión de Comisión Directiva este viernes en la sede de Grupo Motta, en la localidad de Racedo. En ese marco, se generó un espacio de debate, donde discutieron sobre todos los temas y preocupaciones que les son comunes a los diferentes sectores de la provincia. Allí, también dejaron en claro que el momento es delicado y es necesario revertirlo cuanto antes.
Otro rol
La reunión contó con la participación de Leandro Garciandia, su presidente, además de otros miembros como Sergio Corso, Ricardo Guimarey, Guillermo Muller, Antonio Caramagna, Mabel Haberkorn, Alfredo Sirkovich, Eduardo Tonutti, Maria Eugenia Hillairet, Yack Roitman, Gonzalo Benvenuto, Raúl Vittor, Horacio Favre, Daniel Catelotti, Héctor Bolzán, Héctor Eberle, Héctor y Helen Motta, Andrea Faisal y Gabriel Weidmann.
En la mesa de empresarios, con cargos directivos en la UIER, el diálogo hizo foco en el análisis de los diferentes factores que afectan actualmente a las empresas, sobre todo pequeñas y medianas que conforman mayormente el abanico industrial de Entre Ríos. Al respecto, se advirtió sobre la caída de los niveles de producción y de demanda en el mercado interno, las altas tasas de financiamiento, entre otros aspectos.
Desde esta perspectiva, se plantearon las particularidades de las diferentes actividades productivas de la provincia, muchas de ellas con problemáticas comunes, con obstáculos del momento y deficiencias estructurales que permanecen, elementalmente la presión impositiva que sigue sin reducirse, a pesar de los esfuerzos que prometieron a realizar todos los Estados. Dentro de los más afectados, se subrayó la crisis del sector arrocero, citrícola, maderero, las fábricas de alimentos y la lechería, aunque las variables se repiten también en algunos rubros del sector metalúrgico.
Ante esto, y con cierta desesperanza por las políticas de Estado nacional para evitar esta coyuntura inesperada, los industriales remarcaron la importancia de asumir un rol protagónico, a través de la formulación de propuestas para poder sortear la delicada coyuntura. Para concretarlo, valoraron el diálogo con las diferentes áreas del Gobierno nacional y provincial, pero apostaron a seguir fortaleciendo esa articulación público privada con un protagonismo mayor, que permita en los hechos avanzar en proyectos y medidas. El norte, como siempre, sigue siendo el de un desarrollo productivo y sustentable para Entre Ríos.
Rumbo
Gabriel Weidmann, economista del Área de Monitoreo Industrial de la UIER, aprovechó la reunión para repasar los indicadores públicos que dan cuenta de la difícil situación que atraviesa la industria argentina. Entre otros datos, se destacó la reciente publicación de la caída interanual del 8,1% en junio que relevó el Estimador Mensual Industrial (EMI) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Con estos números, analizaron las perspectivas en el corto plazo y se remarcó el escenario de desaceleración que registran las actividades, en el marco de una inestabilidad macroconómica signada por un alto costo financiero y una caída de la demanda interna, con otro factor decisivo como son los incrementos de costos energéticos que continuarán.
Asimismo, el especialista planteó cómo influyó la fuerte devaluación que se registró desde mayo. Al respecto, se indicó que por un lado para los sectores no exportadores les significó una suba de costos, mientras que para las empresas que venden su producción a otros países les posibilita una rápida salida a los mercados externos.
Respecto de este último punto, en lo que refiere al escenario internacional se observan dudas. Sobre todo, se planteó que habrá un leve crecimiento de los socios comerciales de la Argentina, lo cual será determinante en las actividades industriales que tienen fuerte vinculación por medio del intercambio comercial.
De acuerdo al análisis, las proyecciones para el cierre de año anticipan un crecimiento cero o nulo de la economía nacional, con un programa de ajuste fiscal planteado y dudas de cara al arranque de 2019.
En este sentido, también se pusieron sobre la mesa detalles del encuentro que la Unión Industrial Argentina (UIA) mantuvo con el ministro de Producción de la Nación, de la cual formó parte la UIER. Al respecto, se destacó la intención del Gobierno de apostar a la generación de divisas a través de las exportaciones para salir de la “tormenta”.