ENFOQUE

Actuamos con soberbia y negligencia

Por Omar A. Rivera – Capitán de Ultramar – Práctico Oficial del Río de La Plata//

Entre otras cosas, retrasamos un año la compra de vacunas de origen norteamericano. Era mentira que exigían recursos naturales.

Expusimos la salud de la gente.

Además, prolongamos en demasía y exageramos desmesuradamente la profundidad de las medidas de la cuarentena, en vez de sectorizar como en la mayoría de los países, empeorando en la mayoría de los sectores privados, y en la sociedad en general, los de por sí devastadores problemas económicos que por lógica se suscitan en una pandemia.

Nos fuimos al extremo y lo hicimos con fines políticos y propagandísticos.

Negar esto hoy es infantil o cínico, como mínimo, parcial.

Obviamente no lo escucharemos. No ocurrirá. Pero gran parte de la población se dio cuenta que esto realmente sucedió y mostró su disgusto en las urnas.

Exitismo.

No soy ingenuo, hay mucho de exitismo pragmático en el resultado del domingo, como lo hubo también en octubre de 2019. Somos así. Pero todo eso que sucedió, influyó y mucho.

Que te mientan los gobernantes de todos los colores, uno tras otro, te agota. Que lo hagan en tu cara sin inmutarse, te denigra y finalmente te subleva.

El espacio político peronista recuperaría los 5 millones de intención de voto que perdió en estas elecciones, y tal vez gane algún millón más en cuestión de semanas, si haría un mea culpa sincero, aceptando las consecuencias (las que sean) y se pondría a trabajar sin especulaciones políticas, judiciales o propias. Lo aseguro.

Estás elecciones demostraron que la argentina de hoy está metida en una encrucijada fundacional de la que no saldrá fácilmente si no se sincera. Ya que iremos de un lugar al contrario, como un péndulo, sin mejoras visibles y perdurables, hasta aumentar la velocidad del cambio y disminuir el tiempo  que tendrá cada uno para realizar programas y mejoras. Tendera a cero.

No sé si sucederá, pero ojalá sirva lo del domingo para depurar en espacios propios y ajenos, los que nos representan. Seria hora ya.

¿Se equivocó? ¿Se enriqueció? ¿Mintió? ¿Ocultó? Saquen a esa persona del lugar hoy mismo, sin importar los apellidos. No en los partidos contrarios. En todos. Incluso en el suyo.

Urgencias.

Si bien es cierto que no se puede dialogar con leones o tigres, estamos urgidos de crecer como sociedad. Necesitamos mesura, sentido común. Lo bien que nos vendría una vez.

El camino no son las ideologías. Menos en un país rico como éste.

Ni la mano dura y alienante del fascismo, ni el capitalismo que promete hacerte rico sin importar las consecuencias ni la izquierda que nos lleve a un nuevo mundo donde no existen las injusticias.

Debemos abogar por cosas más sencillas.

Gobernantes r-e-a-l-m-e-n-t-e  sanos y comprometidos.

Es mucho pedir aquí, pero es lo mínimo. Nos está haciendo falta y creo que nos lo merecemos.