Salvador Di Stefano – Consultor – Director AgroEducación ///
Por estar al salto x un bizcocho no perdamos de vista que la política económica es un espanto.
La aparición de un dólar soja es una oportunidad para resolver problemas de corto plazo, acopiar dólares o aumentar stock de insumos, pero nos aleja de tener un escenario de negocios sustentable en el tiempo.
La argentina inauguró el modelo de la insolvencia Inter temporal, al traer al presente ingresos públicos del futuro y seguir teniendo déficit fiscal.
El dólar soja es un anabólico que nos soluciona un problema individual, pero nos complica el negocio futuro.
La invitación a la venta del 85% del stock de soja para ingresar en un programa de beneficios a futuro es poco creíble con la inconsistencia en las cuentas públicas y déficit cuasi fiscal del BCRA.
El gobierno quiere dar beneficios a vendedores frecuentes, como me manifestó Ariel Burdisso, como si se tratara de un programa de beneficios de pasajeros frecuentes de Aerolíneas, mira cómo le fue a la empresa estatal e imagina cómo le irá al sector público.
Barreras.
En resumen, la multiplicidad de dólares es la limitación del Estado para mostrar una política monetaria y cambiaria coherente y sustentable.
Mantener una tasa de interés negativa contra la inflación es un subsidio a la producción que quien no lo toma lo pierde, pero tenemos que tener en claro que tener tasas negativas de financiamiento son el germen de una espiral inflacionaria y de devaluación del peso que no se va a detener.
Todos somos sobrevivientes y nos queremos salvar, no está mal, pero no perdamos de vista que el cuadro general de la economía a futuro es muy preocupante.
Actuar en el corto plazo, pero mirar el mediano y largo plazo.
Cuidado a no ser funcional con algunos picaros que se harán la fiesta con nosotros.
Es simplemente una reflexión para no perder la mirada racional del rumbo económico, no estamos para una hiperinflación, pero si siguen cometiendo errores no podremos evitarla.
