Los ganaderos, optimistas de cara a 2021
20/12/2020
Los precios sostenidos en el mercado interno y el incremento de las exportaciones, entre otras razones, hacen que los productores vean el futuro con entusiasmo después de haber atravesado muchos años de dificultades. Hoy, en el sector, las sonrisas reemplazan a las quejas. Ahora bien: ¿qué pasará con los precios de la carne en los mostradores y las góndolas? Danilo Lima
Después de mucho tiempo de “vacas flacas”, la ganadería argentina, desde hace unos años y de a poco, ha comenzado a recuperar terreno luego de haber perdido, entre 2008 y 2011, más de 10 millones de cabezas y llegar a un stock de 47/48 millones, el más bajo que se recuerde.
Las mejoras en genética y manejo –que se tradujeron en un aumento de la productividad–, el incremento de las exportaciones y los precios sostenidos –que este año, en general, se han ubicado por encima de la inflación– explican, en parte, el buen momento de la ganadería, la actividad productiva más federal de la Argentina. El esfuerzo de los productores y su decisión de invertir siempre explican la otra parte.
Lo cierto es que, desde hace algún tiempo, los ganaderos reemplazaron las quejas y el pesimismo por las sonrisas y el optimismo.
Balance.
Gonzalo Álvarez Maldonado, presidente de la cooperativa La Ganadera, de General Ramírez, y ex titular del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), es uno de los hombres que más conoce del negocio de ganados y carnes en Entre Ríos, tanto del mercado interno como de la exportación. Es, en consecuencia, una voz autorizada para hacer un balance de este 2020 ganadero.
“A la ganadería hacía varios años que no la veíamos con los actuales niveles de productividad. En la cría –que supo tener tiempos complicados–, por ejemplo, ahora estamos llegando al 65% de destete, y, quizás, el año que viene superemos ese porcentaje”, le dijo Álvarez Maldonado a DOS FLORINES, y remarcó que “el productor agropecuario, como toda la vida, está haciendo un gran esfuerzo y ha puesto todo de sí para que, en el marco de esta crisis sanitaria, no faltaran nunca los alimentos para el mercado interno ni para la exportación”.
– ¿Cuál es el balance que hacen los ganaderos de este 2020?
– Estamos a fines de año y podemos decir que, aunque bajó a 50 kilos el consumo interno de carne vacuna, aumentaron sensiblemente las exportaciones –vamos a estar cerca de las 900.000 toneladas– con precios internacionales bajos. En estos momentos los valores de la carne vacuna en el mundo, ya sea Europa, Estados Unidos y los países asiáticos, están entre el 30 y 50% por debajo de los niveles históricos. Aun así, el sector ganadero está trayendo las divisas que el país necesita.
En este marco, al hacer un balance del año en la ganadería tenemos que ser honestos y decir que la ganadería se puso los pantalones largos: mejoró la genética y la productividad. La demanda de China, que significa el 70% de las exportaciones, es una circunstancia que nos ha obligado a ser más técnicos. Hemos sacado la vaca flaca, la vaca de conserva, las vacas improductivas, y las enviamos a países que por sus costumbres y tradiciones en materia culinaria, las consumen en sopas y otras comidas. Y esto ha generado una conjunción que ha permitido ofrecer la mejor carne en el mercado interno y también en el exterior
Lamentablemente, por la pandemia, al haberse restringido enormemente el turismo en el mundo, las actividades en hoteles y restoranes se han visto reducidas y los cortes premium han bajado sus precios.
Mientras, seguimos con un mercado asiático al tope de la demanda de alimentos, a lo que hay que sumar los cortes kosher, destinados a Israel. El crecimiento de algunos mercados compensó la caída de otros y todo esto nos hace ser muy optimistas de cara a 2021.
Se ha mejorado la productividad, a partir de un engorde intensivo más rápido; es decir, acortamos los plazos de extracción, que posibilita atender tanto la demanda interna como la externa.
– ¿Este buen momento de la ganadería es sustentable o sólo se basa en la demanda china?
– No, no es sólo por China. Es sustentable porque el sector, de a poco, ha ido recuperando el stock y hemos aprendido a producir en espacios más reducidos. Mejoramos la productividad al obtener más kilos por hectárea, estamos haciendo animales más pesados porque el consumidor se ha ido dando cuenta de que la terneza también es una característica del novillo más pesado, que se ha vuelto doble propósito porque sirve para la exportación pero también para el mercado interno.
En alza del precio en el mercado interno.
– Los precios mejoran para el productor pero también aumentan para el consumidor. ¿Continuará el alza en los mostradores y las góndolas o los precios van a atenuarse?
– Creo que los precios van a seguir sostenidos, por lo menos, hasta marzo próximo.
Hay que admitir, sin embargo, una verdad: la carne en el mundo es un alimento premium, de alto valor –un bife de 250 gramos de Cuota Hilton cuesta entre 30 y 40 euros–, mientras en la Argentina es un bien social, y está bien que así sea, por lo que tiene que ser accesible.
Los precios internos, por un lado, se han ido recomponiendo un poco, aunque es cierto que en los últimos meses han subido por encima de la inflación. Pero, por otra parte, si comparamos la carne con otros alimentos –como los farináceos y las verduras– vamos a corroborar que con un kilo carne, de pulpa, come muy bien una familia tipo. Una pizza de ocho porciones, en cambio, no es un alimento de la calidad de la carne vacuna y no le mata el hambre a una familia tipo. A veces, entonces, hay que hacer esas comparaciones para ver qué tan cara está la carne. Un kilo de helado, por poner otro ejemplo, vale lo mismo o más que un kilo de pulpa.
Hay que reconocer, sí, que la carne no ha subido más porque el poder adquisitivo de la mayoría de la gente ha caído mucho.
El Ipcva.
Álvarez Maldonado fue presidente durante cuatro años y medio del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva); ahora es consejero. El organismo, la semana que terminó, renovó sus autoridades: Juan José Grigera Naón, representante de la Sociedad Rural Argentina, sustituyó a Ulises Forte, de la Federación Agraria Argentina, en la Presidencia.
– Grigera Naón no es un dirigente tan conocido…
– Es verdad, no es muy conocido. Es un ingeniero agrónomo, un académico, que ha formado parte de organizaciones internacionales vinculadas a la carne. Quizá no tenga tanta tierra en el baúl como nosotros, pero intelectualmente es un hombre muy capaz, muy valioso.
La Presidencia del Ipcva va rotando entre las cuatros entidades del campo y ahora es el turno de la Sociedad Rural Argentina. Lo que sí cambió es la duración del mandato: pasó de cuatro años a dos.
Objetivos.
Los objetivos del Ipcva para esta nueva etapa “los hemos trabajado entre todos, entre la producción y la industria, y de allí sale el denominado plan operativo anual, con eje central en la promoción del consumo de carne vacuna en el mercado interno y en la exportación. Vamos a hacer hincapié, asimismo, en las ventajas del consumo de carne vacuna para el organismo, con la participación de prestigiosos médicos. Y, obviamente, seguiremos, con el trabajo en destinos tales como Asia –China, Corea e India–; Estados Unidos, mercado que logramos reabrir después de una lucha muy grande; y otros países”, explicó Álvarez Maldonado.
– Hace unos años, durante el segundo mandato de Cristina Kirchner, hubo un intento de estatizar el Ipcva, presidido en esa época por usted. ¿Qué tan cerca estuvo de concretarse?
– La estatización cerca, muy cerca. Tuvimos que golpear todas las puertas –menos las de (el entonces secretario de Comercio, Guillermo) Moreno– para explicar qué era el Ipcva, y hasta solicitamos y nos hicieron una auditoría, durante varios meses, y demostramos la limpieza, la transparencia, la pulcritud, del manejo de los fondos económicos.
En aquel momento, el Estado y algunos fundamentalistas pensaron en quedarse con el Ipcva, pero como fue creado por ley, la única forma de modificar su funcionamiento es por ley. No lo lograron estatizarlos, pero estuvieron muy cerca.