Paraná afianza las prácticas en Mediación de conflictos
19/11/2020

La Mediación se ha constituido, con el correr de los años, en una herramienta eficaz para la resolución de conflictos. En Paraná hace más de veinte años que se viene creciendo en este método profesional. Carlos Marcelo Pintos
Alguien definió que la Mediación como “el arte de promover los acuerdos” y si bien su práctica ha sido basamento de muchas civilizaciones de la antigüedad, nunca tuvo un carácter estructurado y metódico como sí ha ocurrido con disciplinas técnicas, científicas y filosóficas que hemos recibido de tiempos pretéritos.
Sin embargo podemos ver sus manifestaciones en escritos antiguos y en tradiciones orales que dan cuenta de una práctica requerida para el concierto de las comunidades, los acuerdos sectoriales o particulares de modo ocasional y discontinuo.
Fue en la década de los `70 que se dio en los Estados Unidos un contexto de conflictividad de tal magnitud que desde los centros de investigaciones sociales y las universidades se abocaron a encontrar métodos que puedan dar respuesta a la ola de insatisfacción frente a dichos conflictos procurando aquietar los ánimos de la sociedad civil.
Desde el país del Norte se expandió a todo el orbe las metodologías puestas en práctica con más o menos éxito, pero que abría una posibilidad de encarar las diferencias o disputas de un modo distinto y con posibilidades de resolución.
En diálogo con Martha Graciela Arrías Pabon notaria, docente y mediadora, pudimos conocer que “la mediación en Argentina comienza a tomarse en cuenta en los claustros de la Universidad de Buenos Aires (U.B.A.) con el dictado de cursos sobre los métodos Resolución Alternativa de Disputas (A.D.R. por sus siglas en inglés / Alternative Dispute Resolution), a través de su Facultad de Derecho”.

¿Se dio un marco legal a esta metodología?

“En 1995 se dicta la ley 24.573 -precisa Arrías-, que incorpora la mediación como método no adversarial de resolución de disputas para la ciudad de Buenos Aires. Algunas provincias han adoptado el sistema de esta ley, que ha sido modificada en reiteradas oportunidades. Es obligatoria, lo que es una contradicción puesto que una de las características de la mediación es la voluntariedad”.
¿Y cuándo llega a Paraná?

“En nuestra ciudad los primeros pasos se dieron en el Colegio de Abogados, con la formación de mediadores. Fueron muy pocos los que egresaron. No estaba aún instalada la mediación en la comunidad.
“En 2011 mediante acordada del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia se incorpora la mediación como alternativa adecuada en los juicios iniciados.
“La mediación se estableció con el fin de reducir los juicios y aliviar la tarea de jueces. Se instaló como prejudicial, primero en Buenos Aires y luego diversas provincias fueron adhiriendo mediante leyes y en códigos de procedimientos.
“Desde el Colegio de Escribanos se tuvo la intención fue tener un ámbito de comunicación y diálogo para la resolución de conflictos, por lo cual se decidió crear un centro de Mediación en 1998.
¿Qué obstáculos o dificultades se tuvieron que superar?
“En aquellos años íbamos un poco contra la corriente. Los principales obstáculos fueron los directivos que desconocían el procedimiento, los factores económicos, la poca difusión que se lograba y la resistencia de profesionales de la abogacía.
“Las dificultades también eran muchas. Se requería contar con uno o dos ayudantes, quienes debían llevar las invitaciones a mediación, atender los requerimientos telefónicos y en cierta medida ordenar y archivar las solicitudes. Esto último tenía que ver con lo económico, con los costos que había que asumir”.

Tengo entendido que, junto a otros profesionales, motorizo la creación de un Centro de mediación interdisciplinario.
“Como escribana conocía la mediación y en el Colegio había una comisión para su análisis. En Octubre de 1998, junto a las escribanas Ethel di Stasi y Susana Dickenstein conformamos el Centro de Mediación y Resolución Alternativa de Conflictos (CEMERAC) de carácter interdisciplinario, del que fuimos co-directoras hasta el año 2003, en que por razones particulares dejé la co-dirección.
“En el Centro se realizaron mediaciones particulares. Existía un registro interdisciplinario de mediadores al que se podía recurrir para pedir su designación en algún conflicto. Hubo mediaciones con instituciones bancarias, con la Municipalidad de Paraná, y privadas en general.
“Dentro de los objetivos del Centro se encuentra la capacitación y actualización para mediadores, que se realizó en forma permanente, a partir de la primera formación en Julio de 1998, donde egresaron sesenta profesionales.
“Posteriormente se fueron sucediendo cursos y talleres de capacitación sobre mediaciones para familias, laborales, educativas, etcétera. Lamentablemente en este momento se encuentra desactivado”.

También tuvo que ver con el Centro de Mediación de la Defensoría del Pueblo.
“Es así. En el año 2003 se crea la Defensoría del Pueblo de Paraná y dentro de ella, el Centro de Mediación Comunitaria, del que fui primera coordinadora al aprobarse en concurso público el proyecto que presentara sobre su funcionamiento y características. El 1° de noviembre es la fecha de inicio.
“El proyecto contemplaba la formación, actualización y capacitación de mediadores, y continúa vigente después de diecisiete años de su creación.
“Contempla -el mencionado proyecto- la creación del Registro Interdisciplinario de Mediadores ad-honorem, conformado en sus comienzos por aproximadamente 45 profesionales. En años posteriores, se incrementó el ingreso y en los últimos años asciende a más de cien mediadores comunitarios. Variadas disciplinas de origen lo conforman: arquitectos, ingenieros, martilleros, abogados, licenciados en educación, comunicación, enfermería, escribanos, psicólogos, psicopedagogos, profesores, maestros, etcétera; y todos los que han alcanzado el nivel secundario.
“A través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, se formaron mediadores comunitarios que se desempeñan en trabajos diversos y se han incorporado al Centro. Por otra parte, destacados mediadores han dictado talleres y cursos de actualización y capacitación para los integrantes del registro, en repetidas oportunidades, y se continúa haciendo.
“Lo propio ocurre en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNER, como resultado de un proyecto de Investigación que hiciéramos con Laura Fontanetto -ingeniera agrónoma- y María Cristina de Isasi -licenciada en Geografía-. La iniciativa nos permitió crear el único Centro de Mediación en ámbito universitario provincial, considerándose pionero en la materia”.
“El Centro de Estudios y Análisis en Resolución y Transformación de Conflictos, del que actualmente soy su directora fue creado en abril de 2010 y se encuentra vigente. La Facultad ha sido considerada como Escuela de Formación, con registro N° 18 por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la nación -M.J.D.H.N.-. Este año se comenzó -on line- con capacitación en mediación familiar, curso homologado y con validez nacional.
“Es justo destacar -abundó Arrías- que otros colegios de profesionales tienen sus centros de mediación, como por ejemplo el Centro de Mediación Interdisciplinario -CEMID- perteneciente al Colegio de Martilleros de la provincia; el Colegio de Abogados y el Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Entre Ríos; además existen en nuestra ciudad centros privados de mediación, que cumplen con todos los requerimientos para su funcionamiento”.

¿Cómo pondera el avance de esta disciplina en el contexto actual?
“La mediación atraviesa las diferentes disciplinas, y no es específica de ninguna. La formación básica del mediador es interdisciplinaria, se requieren conocimientos de comunicación, negociación, emociones, psicología, relaciones humanas, historia, educación, conceptos de familia, trabajo, etcétera.
“Los mediadores deben capacitarse anualmente en diversos temas, según la elección de cada uno respecto de los conflictos que se presentan, los que se conocen como mediadores comunitarios, mediadores educativos, mediadores en familia, mediadores en conflictos laborales, entre otros.
“El mediador no aconseja, no asesora, sólo ayuda a las partes a dialogar utilizando herramientas precisas, obtenidas de las distintas disciplinas por las que atraviesa.
“La facilitación surgida de la mediación es utilizada en conflictos multipartes y en conflictos internacionales y quienes la realizan están especializados en ella. Es muy útil en los conflictos sociales, donde las posiciones de las partes se contraponen, se enfrentan. La tarea del facilitador es encontrar las coincidencias de intereses para lograr la resolución o la transformación del conflicto.
“Hoy la mediación es más conocida desde la óptica de la pre-judicialidad obligatoria, con el objetivo de evitar que el conflicto escale hacia su judicialización, lo que provoca opiniones encontradas.
“Ha habido avances en el entendimiento y desarrollo de esta disciplina, faltando mucha más difusión y conocimiento de las ventajas y satisfacciones que se obtienen; la práctica en escuelas, universidades, centros comunitarios, y otros ámbitos semejantes es importante para que se instale definitivamente en la sociedad”, concluye Martha Graciela Arrías Pabon.