La condición del cereal es muy buena. Si se logra un rinde promedio de 33 qq/ha, la cosecha será la mejor del siglo. Danilo Lima
La condición del cereal es muy buena. Si se logra un rinde promedio de 33 qq/ha, la cosecha será la mejor del siglo. Danilo Lima
Luego de la muy mala cosecha gruesa 2017/18, que dejó entre los tres principales cultivos –soja, maíz y trigo– una pérdida cercana a los 630 millones de dólares, los productores entrerrianos apostaron fuerte al trigo en la presente campaña agrícola, al punto que la superficie sembrada se ubicará en torno a las 350.000 hectáreas, cifra que representa un aumento del 18% con relación al ciclo precedente. Se trata de la segunda mayor área en 18 años.
El desarrollo del cultivo, hasta el momento, alienta la esperanza de una muy buena cosecha: la condición del cereal invernal es muy buena (57%) y buena (42%), mientras sólo el 1% se encuentra en una condición regular, según señaló la Bolsa de Cereales de Entre Ríos en su último informe semanal.
El reporte, además, menciona que las recientes lluvias favorecieron la eficiencia de los fertilizantes aplicados al macollaje. Los técnicos bursátiles, asimismo, destacaron que se mantiene una óptima densidad de plantas, buena cobertura vegetativa y un adecuado nivel de agua en el perfil del suelo.
El panorama, en consecuencia, es alentador.
Números posibles.
Si todo sigue así y el diablo no mete la cola, la provincia puede obtener una producción superior al millón de toneladas, algo que no sucede desde la campaña 2010/11 cuando se recolectaron1.074.373 toneladas. Todo dependerá de los rendimientos.
En los últimos 10 años, el rendimiento promedio del trigo en Entre Ríos se posicionó en 2.886 kg/ha, es decir casi 29 quintales, con un techo de 3.844 kg/ha (ciclo 2010/11) y un piso de 1.893 kg/ha (ciclo 2012/13).
El clima acompaña al trigo y esto, como dijimos, abre la puerta al optimismo. Pensar en 30 quintales de promedio, entonces, no es descabellado y si así sucede la producción triguera entrerriana podría ubicarse en 1.050.000 toneladas.
Si el rendimiento promedio, abusando de aquel optimismo, fuera de 33 quintales la cosecha dejaría 1.155.000 toneladas –pasaría a ser la mejor del siglo, por encima de lo alcanzado en el ciclo 2009/10 (1.136.962 toneladas)–, y si se posicionara en 38 quintales –el promedio de la campaña 2010/11– la cosecha treparía a 1.330.000 toneladas.
