Farer destacó el rol de las mujeres rurales, protagonistas del desarrollo productivo

15/10/2020

Entre Ríos “cuenta con valiosas mujeres rurales y productoras comprometidas con su trabajo, orgullosas de su lugar y llenas de ambición, visión e inspiración para hacer crecer la provincia”, señaló la entidad ruralista. Dos Florines

Agricultoras, ingenieras, artesanas, apicultoras, veterinarias, criadoras, periodistas agropecuarias, dirigentes rurales, jefas de familia… desde la huerta, el gallinero, la manga, el tambo, la oficina, el laboratorio, el corral y la casa, la jornada para la mujer de campo comienza antes de que asome el sol y se extiende hasta entrada la noche.

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En Argentina casi 1,7 millones de mujeres (el 50 % de la población rural) realizan algún trabajo productivo en el campo.

Desde la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer), en este 15 de Octubre, Día Internacional de la Mujer Rural—establecido por las Naciones Unidas– remarcaron que “reconocemos y empoderamos su papel productivo y social”.

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“No podemos negar que muchas veces la valiosa tarea de la mujer rural es invisibilizada y poco valorada, y que todavía queda mucho camino por recorrer en el acceso a las oportunidades, a la financiación, la igualdad, las capacitaciones y la retribución que merecen. Entre Ríos cuenta con valiosas mujeres rurales y productoras comprometidas con su trabajo, orgullosas de su lugar y llenas de ambición, visión e inspiración para hacer crecer la provincia”, subrayó al entidad que preside José Ignacio Colombatto.

Testimonios.

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Magdalena Calderón, ingeniera y productora agropecuaria, desempeña sus tareas en una explotación agrícola-ganadera del departamento Victoria. Forma parte de una familia arraigada a la tierra que hace más de un siglo produce alimentos. Manifiesta con profunda emoción: “El campo es más que mi trabajo, es mi forma de vida”.

Gladys Ojeda vive en un campo que pertenece al departamento Uruguay, donde cría vacas y ayuda a su marido cuando necesita apartar o clasificar terneros para vacunación o traslado. Tiene gallinas, conejos y codornices a los cuales alimenta a diario sin descuidar la crianza de sus dos pequeñas hijas con las que comparte las tareas. Comenta: “Sinceramente nos gusta mucho el campo y también que mis hijas crezcan en un ambiente sano como el nuestro y que compartamos las tradiciones y las costumbres”.

Entre Ríos “cuenta con altos porcentajes de mujeres relacionadas con tareas rurales o profesionales asociadas al campo y nadie duda que el rol que cumplen es clave, ya sea por su contribución al desarrollo productivo, la seguridad alimentaria, el cuidado de la familia, sus comunidades, la investigación y el desarrollo. También su tarea en la agricultura familiar resulta el motor fundamental para el desarrollo de las economías regionales y la producción de alimentos”, resaltó Farer.

En octubre de 2019, recordó la entidad, dos entrerrianas fueron destacadas en el V Encuentro Nacional de Mujeres Rurales: la apicultora Angélica Beatriz Vinardi, y la periodista agropecuaria Rosario Perriére, quienes fueron reconocidas como representantes de la provincia en dicho evento que se desarrolló en Buenos Aires. Participaron 40 mujeres de todo el país y en cinco años ya se homenajearon a 200 mujeres. En la oportunidad se trabajó en talleres sobre producción y seguridad alimentaria, salud y medio ambiente, educación, energía e infraestructura y accesibilidad.

“La cabaña ovina es una pasión”, comenta Erica Covello, de la zona de Irazusta, en el sur de la provincia, que junto con su esposo Matías y sus hijos Antonella de 10 años y Demián de 7 años llevan adelante, desde hace casi 20 años, una cabaña dedicada a la producción de ovinos puros de pedigree de la raza Hampshire Down conocidos como los caras negras. “Toda la familia atiende a los animales desde que nacen hasta que se van. Los preparamos para poder competir en exposiciones rurales como Palermo y Nacional Hampshire Down que se realiza una vez por año en cada provincia”. Erica Covello también cría perros de la raza Pastor Maremmano Abruzzese que protege a las majadas y rodeos de predadores como perros y zorros que las atacan.

Otros valiosos ejemplos de mujeres comprometidas con las sociedades rurales de su departamento son Victoria Tamagno quien vive en Colonia La Lata, a unos 20 kilómetro de Federal, y es vicepresidenta de la Sociedad Rural de su departamento. Productora y mujer rural “de toda la vida”, entre sus tareas cotidianas realiza la alimentación y ordeñe de sus animales, carnea, los cura y lleva adelante casi sola su emprendimiento y sustento, además de codirigir la tarea de su entidad rural.

También María Luisa Sarda, de Concordia, ha recorrido un fructífero camino. Junto a su familia, se ha dedicado a las actividades agropecuarias durante años, más precisamente a la ganadería. Desde 1989 continuó con el legado del campo y la conducción de la cabaña La Colorada, ubicada en el departamento Feliciano, donde crían bovinos de raza Polled Hereford y desde hace 15 años se incorporó la actividad del arroz. Hace aproximadamente 20 años, comenzó a formar parte de la Sociedad Rural de Concordia, primero como socia y luego como integrante de Comisiones Directivas hasta llegar a presidente de la institución durante el período 2012-2018.

Hoy en día continúa su gremialismo en un grupo de mujeres rurales de todo el país, y, orgullosa de formar parte de este ámbito, considera “la importancia de la mujer trabajando a la par del hombre, ayudado al mismo y de manera recíproca”.

Un dato de la ONU.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) afirman que si las mujeres tienen las mismas oportunidades y acceso a recursos productivos que los hombres -agua, tierra, créditos-, son capaces de producir entre un 20 a 30 % más de alimentos., con lo cual, la inserción de la mujer en el agro no es una elección sino que para alimentar al mundo en los próximos 30 años necesitamos que más mujeres estén realizando tareas agrícolas.

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