La cooperativa de trabajo de la ex Agrotécnica Litoral quiere mantener la empresa funcionando

04/09/2020

En octubre culmina el permiso del juez del Concurso y apuestan a los servicios y la siembra para seguir funcionando Coop. Atlas Diamante Ltda. Gustavo Sánchez Romero

El descalce financiero de la empresa, la sequía de la compaña que impactó negativamente en los cultivos y, seguramente, algunos errores en la previsión corporativa llevaron a que hace algunos años Agrotécnica del Litoral ingresara en un tobogán que culminó en el concurso preventivo de crisis de 2018.

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Fue un golpe para toda una región ya que no sólo la empresa distribuidora de semillas e insumos agrícolas era un ícono comercial en Diamante, sino que en su expansión había ganado mercados de la región y su nombre y actividad estaba muy vinculado a decenas de productores entrerrianos.

El concurso especial fue presentado el 1 de febrero de 2018 a instancias de Banco Macro ante el juzgado Civil y Comercial de Diamante, quien abrió el proceso a pesar de los intentos de los empresarios Oscar Montero, Raúl Bergamaschi y Raúl Aiani por recuperar la actividad y los activos funcionando.

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En este marco el desánimo se apoderó de varias decenas de productores que perdieron la confianza en la operatoria y decidieron no enviar granos a la planta ubica en el ingreso a la Ciudad Blanca. Según especies periodísticas quedaron atrás unos cuatro millones de dólares; además, la angustia de 20 empleados vinculados a la firma.

De este modo, el problema no sólo lo tenían los productores que no pudieron recuperar sus fondos, sino que los trabajadores debían esperar la resolución judicial para cobrar sus indemnizaciones. Algunos de estos buscaron otros horizontes, encontraron otras salidas o directamente decidieron esperar.

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Nueve de ellos convinieron en que podían encontrar una salida que les permita mantener las fuente  de trabajo y solicitaron al juzgado que analice la posibilidad de, creando una cooperativa, mantener las instalaciones abiertas para cuidar los activos y poder trabajar para no quedar en la calle.

Junto a la síndico accedieron al pedido y le facilitaron los bienes en guarda mientras se decidía el futuro del concurso hasta el 31 de octubre de 2020.

Los ex dueños -dicen de ambos lados- colaboraron en el proceso para facilitar este movimiento de alfiles y les presentaron al ingeniero Alejandro Calvo, un profesional rosarino vinculado a la Bolsa de Cereales de Rosario, con vínculos en Entre Ríos, y fue él quien les arrimó a los trabajadores una idea clave: conformar una cooperativa de trabajo para formalizar una estrategia que incluya a los bienes, el empleo y el deseo de salir adelante a partir del trabajo y el espíritu de los trabajadores.

No ha sido fácil. No es fácil en este contexto. Sobra voluntad y trabajo. Falta tiempo y capital. Por eso ellos apuestan a que el juzgado extienda el lapso de guarda de la cooperativa Atlas Diamante Ltda. que ha decidido enfocar el negocio en los servicios a terceros y la siembra para obtener granos propios.

Expectativas

Javier Cornejo, un joven ingeniero agrónomo que trabajaba en la sucursal Viale, comenzó a vivir en carne propia los avatares de la empresa en 2017 y fue trasladado a la sucursal Diamante cuando comenzaba el ocaso del negocio.

Hoy es parte de la cooperativa y en diálogo con Dos Florines narró el proceso y precisa el punto dónde están hoy.

“Yo trabajé los últimos dos años en Viale como representante técnico en la venta de insumos agropecuarios, agroquímicos y semillas y tenía toda la zona hasta que la empresa comenzó con los problemas financieros. En  2016-2017 se empezó a venir a bajo el sistema agropecuario con deudas de productores y empresa entró en concurso preventivo.  Algunos compañeros renunciaron y otros buscaron nuevos destinos. El hijo de Bergamaschi, que es abogado, tomó las riendas pero no pudo frenar la crisis con productores y proveedores y el tema se puso muy complejo. Fue entonces que ante la inminencia del cierre, el concurso o la quiebra surgió la idea de hacer una cooperativa de trabajo y nueve de los que quedamos sin trabajo pusimos manos a la obra y Alejandro Calvo formó esta cooperativa y se encargó de las gestiones ante la Justicia”, describe el profesional que hoy apuesta a recuperar la empresa.

Cornejo es hoy secretario de la cooperativa y describe cómo se han reconvertido para superar las barreras, que no son pocas, y que requieren paciencia, planificación y recursos.

A la hora del cierre de las actividades, Agrotécnica Litoral S.A. contaba con las instalaciones intactas: galpones, oficinas, planta de silos, y todo lo que estaba adentro.

Con la inscripción realizada en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) se presentó el pedido a la síndica, con la idea de seguir trabajando antes de que todo cayera en un proceso de quiebra.  

“Algunas empresas grandes como Syngenta y otros  productores que tenían mucho cereal le habían pedido la quiebra. Esto quedó medio Stand By para que no se viniera abajo. La empresa tiene una planta de silo de 17 mil toneladas, un galpón grande, balanza y otros bienes, y nosotros vimos la posibilidad de utilizarlos para continuar el trabajo. Muchos productores no quisieron confiar en nosotros, y es entendible, pero afortunadamente una empresa nos contrató para acondicionar cereal, y en eso estamos trabajando”, explica Cornejo.

Cuenta el profesional que le permitieron vender los productos del residual para hacer unos pesos, y así salieron a colocar insumos y agroquímicos, y ofrecieron sus servicios. Dice que no les alcanza para vivir y deben completar su actividad en la cooperativa con otros trabajos, pero que apuestan a poder mantener el control más allá de octubre para aprovechar algún repunte que pueda tener el sector primario y demandar sus servicios.

Futuro

“Hemos tenido algunos clientes que nos han pedido el servicio de acondicionamiento de cereal, que consiste en secado y transporte de granos y tenemos un cliente grande de Diamante -Criluan SRL – que confió en nosotros y nos permite mantenernos en actividad y con perspectivas, aunque tengamos otra actividad y algunos hagan changas. Es importante. Como también es importante el apoyo que nos dio para sembrar en campos arrendados donde ellos nos brindan los insumos y pagamos a cosecha”, asegura Cornejo.

El joven ingeniero recuerda que inicialmente pensaron en montar una extrusora para realizar aceite de soja, pero las condiciones mundiales cambiaron para los biocombustibles y no se animamos a arrancar.

Dicen que hoy apuestan a los servicios en las instalaciones que hoy cuenta la cooperativa, a la siembra y si logran un proveedor que le entregue producto a consignación podrían volver a vender insumos a los productores y reiniciar la rueda de comercialización.

“No tenemos capital para comprar nuevos productos y hacer la cadena. No tenemos como solventarnos para comprar insumos y revenderlo. Ahora empezamos a sembrar algo, pero con todo fiado, a través de esta empresa que le acondicionamos cereal, que nos permitirá lograr algo de granos. Ahora tenemos un proyecto de limpieza de semilla de soja. Los excedentes, cuando hay, se dividen para los socios. Lo que nos tiene mal son las tarifa de luz y gas para funcionar. Estamos para hacer un convenio con Enersa, porque algunas boletas están impagas y debemos conseguir algo de plata ya que son tarifas grandes”, dicen.

Pero tienen todavía una pelea para dar.  El Inaes les exige ser cooperativa agropecuaria, y no de trabajo, para poder comercializar granos, y no lo autorizan, aun cuando plantean que se trata de un caso especial ya que no hay antecedentes en el país.

“Hoy no nos dejan operar con granos. Esperemos que se solucione. Hemos hecho algunos pedidos, si vamos a sembrar vamos a generar granos éste se tiene que vender. Esto es importante porque queremos seguir trabajando. Tenemos una buena cantidad de dinero en el concurso en concepto de indemnizaciones y queremos que se tengan en cuenta para otorgarnos una extensión de la guarda más allá de octubre. El juez nos había facilitado la planta, pero nosotros ahora tenemos que hacerle alguna propuesta concreta y seria porque no nos renovarán el permiso. La idea es presentar algunos proyectos vinculados a servicios y siembras lo suficientemente sólidos para poder seguir trabajando”, concluyó Cornejo con un dejo de optimismo.

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