Remes Lenicov, a favor del shock para salir de la crisis económica

23/08/2020

El ex ministro dijo que las políticas gradualistas son una mentira. Recomendó, primero, estabilizar la economía y después ocuparse del tema social. Para eso, remarcó, es indispensable un acuerdo político. Danilo Lima

Muchos, tal vez, no lo recuerden, pero en la crisis posconvertibilidad, cuando buena parte de la sociedad pedía “que se vayan todos”, fue el encargado de llevar las riendas de la economía argentina.

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Jorge Remes Lenivoc hizo en enero de 2002, en una situación económica extremadamente complicada, lo que muchos no se animan hoy: llevó a la práctica una durísima política de shock para intentar reacomodar las variables de la economía después de muchos años en que los argentinos se aferraron a aquella ficción en la que un peso valía un dólar. Logró, no sin el esfuerzo de millones de argentinos, estabilizar la economía.

Hoy, 18 años después, quien fuera ministro de Economía en la primera parte de la administración del presidente Eduardo Duhalde, reivindica el shock para salir de la crisis porque, asegura, las políticas gradualistas “son una mentira”.

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Remes Lenivoc sostiene que la situación actual de la economía es “muy difícil”, porque la macroeconomía “está desajustada y llevará tiempo salir”. Ante este escenario, “es central estabilizar precios y llegar a acuerdos entre dirigentes políticos, gremiales y empresarios”.

Durante una videoconferencia organizada por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), de la que participó DOS FLORINES, Remes Lenicov remarcó que el país es poco competitivo.

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“La productividad global en lo que va del siglo no creció, y si no crece la productividad no pueden aumentar los salarios”, explicó, al tiempo que enumeró algunos de problemas graves de la Argentina: el gasto público descomunal –el más alto de la historia–, la elevada presión fiscal –60% superior a la de los años ‘90–, y una tasa de ahorro del 14/15% cuando debiera ser del 24%.

“Realmente la performance económica de estos años ha sido mala, y, por ende, la social también”, remarcó el ex ministro, al tiempo que propuso arreglar primero el problema económico y después lo social, porque “no se puede combatir la pobreza si no se genera riqueza”.

Cuestionamientos al Gobierno.

El ex funcionario criticó la decisión del presidente Alberto Fernández de arreglar el tema de la deuda externa y después presentar un programa económico “cuando es al revés”, y cuestionó el hecho de que en el Gobierno “unos dicen una cosa y otros dicen otra, parece que todavía no hay acuerdo en la coalición” gobernante.

La pandemia, en la opinión de Remes Lenicov, genera “mayor incertidumbre” porque “no sabemos qué hará el Gobierno. Lo que sí sabemos es que las empresas tendrán problemas, habrá cierre de pymes, más desempleo, más pobreza y más delincuencia. Vamos a retroceder”.

La inflación.

Para Remes Lenicov, el control de la inflación “es central” porque se trata de un problema que afecta a los sectores “más vulnerables” de la sociedad y porque “ningún país crece si la inflación es superior al 20%, y esto nos pasa desde 2011”.

Pronosticó, en este sentido, una inflación más alta cuando se salga de la cuarentena –por mayor demanda, aumento de salarios, tipo de cambio y emisión—pero descartó que se llegue a una hiperinflación.

Cualquier país que quiera salir de una crisis económica como la argentina “debe tener un eje ordenador” basado en “el control de la inflación y la estabilidad de precios” como en su momento lo hicieron los presidentes Perón, Frondizi, Menem y Duhalde. Por eso, recordó, “nadie tiene inflación en el mundo”, excepto Zimbabue, Sudán, Venezuela y Argentina, y “nosotros seguimos discutiendo un tema del siglo pasado”.

Remes Lenicov puso como ejemplo a tres países: Brasil, Israel y Chile. “Lo primero que hicieron fue una alianza política entre los partidos mayoritarios, después con empresarios y gremialistas, y pusieron a la estabilidad de precios como política de Estado. En todos los casos, además, hubo un programa integral. Lograron bajar la inflación y después crecieron”, explicó.

Y eso, enfatizó, “debe hacerse rápido, a través de una política de shock, porque el gradualismo es una mentira. El shock no deja lugar a la queja. Es difícil, pero la realidad es difícil. No hay magia, es un proceso”. Para conseguirlo, abundó, “hay que llegar a un acuerdo porque eso permite tomar medidas, ganar credibilidad, reducir la conflictividad social y mantener la gobernabilidad. No hay forma de estabilizar la economía sin algún esfuerzo y sin el compromiso de las partes”.

En ese proceso, añadió el economista peronista, el objetivo debe ser bajar el déficit, instrumentar una política tributaria que no castigue a los factores de producción y un tipo de cambio alto para tener superávit comercial, acumular reservas y evitar presiones futuras. “Se congelan los salarios por unos meses y luego se ajustan a futuro, no al pasado; después, sí, viene la discusión de las políticas de crecimiento”, agregó.

¿Cómo se crece?

Remes Lenicov consideró que para retomar la senda del crecimiento hay que tener un tipo de cambio alto, control monetario y control fiscal. “Tenemos que razonar dentro de la lógica económica. La pobreza, por ejemplo, si no aumenta el empleo seguirá creciendo, aun con subsidios. Hay que aumentar el empleo y para eso es indispensable aumentar la inversión y el ahorro. Si la productividad no crece, el salario no sube”, subrayó.

El dólar.

– En una sociedad culturalmente dolarizada desde hace décadas, ¿la dolarización real de la economía no sería una solución?

– En los últimos años de Menem hubo sectores que querían la dolarización, y, cada tanto, el tema resurge. Yo me opongo porque no resuelve el déficit fiscal, por ejemplo. El país, además, perdería el instrumento cambiario y monetario. La dolarización parece fácil, pero no es una buena salida.

– ¿A cuánto puede cotizar el dólar hacia fin de año?

– No sé, faltan cuatro meses y es una enormidad. No puedo decir nada.

– ¿Qué opina de los subsidios?

– Olvidémonos un poco de la cuarentena. Es una barbaridad que los subsidios crezcan y que haya gente en el Gobierno que lo festeje. Y, sin hay subsidios, debe haber contraprestaciones.

Cuando más gente trabaje más rico será el país. Yo estoy en contra del pobrismo; estoy a favor del ascenso social.

– ¿Y de las retenciones?

– Cuando hay muchos años de retenciones algo anda mal. Deben ser transitorias. El campo es el sector más eficiente de la Argentina y cuando hay eficiencia no hay que molestar. Hay que dar libertad para que se siga produciendo.

El Estado, además, debe dar garantías en términos impositivos y de propiedad, más allá de que esté escrito en la Constitución.

– Imaginemos que lo llaman del Gobierno. ¿Estaría dispuesto a sumarse?

– Estoy retirado, sigo vinculado con la política pero estoy retirado. Ahora bien, si me llaman para dar mi opinión, encantado. Para ir a una mesa de diálogo y sumar voluntades yo estoy dispuesto. Pero no para ocupar un cargo público.

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