Cambiar granos por metros cuadrados urbanos, la nueva tendencia en el campo para sortear costos impositivos
13/06/2025

Los especialistas aseguran que la posibilidad de invertir en real estate urbano mediante canje de granos no sólo evita la retención del impuesto a las ganancias que se aplica cuando se liquida la cosecha, sino que además permite estructurar pagos calzados al ciclo agrícola.
Argentina se encamina a cerrar una de las mejores campañas agrícolas de los últimos años en términos de volúmenes. Tras un giro climático inesperado, las lluvias de otoño revirtieron proyecciones negativas y colocaron al campo argentino en las puertas de una cosecha récord: según estimaciones oficiales, se esperan ingresos por exportaciones por más de US$ 31.600 millones, la segunda cifra más alta de la historia.

La buena noticia contrasta con un fenómeno que se repite campaña tras campaña: una parte significativa de los dólares que genera el agro no se reinvierte en el país. Según datos recientes compartidos por el economista Salvador Di Stefano, “uno de cada cuatro dólares que ingresaron por el campo fueron al exterior o debajo del colchón”. Las razones son múltiples: falta de opciones atractivas, incertidumbre macroeconómica, presión fiscal o simplemente la ausencia de vehículos que conecten al productor con activos de resguardo reales.
Sin embargo, un nuevo instrumento comienza a ganar protagonismo: la posibilidad de invertir en real estate urbano mediante canje de granos, una práctica habitual para la compra de maquinaria o insumos, pero aún poco extendida al sector inmobiliario residencial.

Se trata de un esquema que no solo evita la retención del impuesto a las ganancias que se aplica cuando se liquidan los granos, sino que además permite estructurar pagos calzados al ciclo agrícola, ofreciendo cuotas anuales o semestrales que acompañan el ritmo de cosecha y comercialización.
Para muchos productores, esto representa una forma eficiente y fiscalmente ventajosa de transformar parte de su renta en un activo urbano premium, sin pasar por el circuito financiero tradicional ni asumir riesgos cambiarios o de retención.

Del grano al ladrillo: una inversión con valor agregado

Los desarrollos de usos mixtos han demostrado, históricamente, una valorización superior al promedio del mercado, al combinar diferentes fuentes de ingreso y responder a múltiples necesidades urbanas en un solo lugar.
En palabras de Alex Sakkal, co-fundador de Grupo Nómada, la primera desarrolladora de la Ciudad de Buenos Aires en aceptar la compra de sus desarrollos con granos, “la posibilidad de integrar inversión productiva con desarrollo urbano es una oportunidad para que el productor participe de una transformación que va más allá del metro cuadrado: construye ciudad”.
Un momento ideal
El ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció recientemente que el Gobierno está “en deuda con el campo” y anticipó que, en un año, podrían eliminarse las retenciones. Mientras tanto, el canje agropecuario aparece como una de las pocas herramientas que hoy permite esquivar esos tributos de manera legítima, mediante operaciones directas con productos agropecuarios.
Con una cosecha que superaría todas las expectativas, un Gobierno que empieza a mirar con mejores ojos al sector, y un proyecto urbano que ofrece condiciones reales para canalizar inversión agropecuaria, el contexto parece alinearse para que los granos también construyan ciudad.