Los “parches” en Entre Ríos reflotan la necesidad de “plantear una reforma tributaria”

07/07/2020

El contador especializado Rafael Cardoso planteó que es momento de “discutir una reforma impositiva que nos dé una visión de por lo menos 20 años”. Nahuel Amore

La pandemia puso en jaque a todos los Estados, tanto por el incremento de gastos para cubrir las deficiencias en salud y desarrollo social, como por la abrupta caída de la recaudación producto de la depresión económica. Entre Ríos, de hecho, viene registrando un déficit creciente durante estos meses de confinamiento que obligaron a la administración de Gustavo Bordet a buscar alternativas de urgencia para generar ingresos, pero que en la práctica provocaron un marcado desgaste político e institucional.

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Por un lado, el oficialismo provincial aprobó en tiempo récord la Ley de “Emergencia Solidaria” que busca redistribuir los ingresos al incrementar la presión impositiva sobre activos y pasivos, además de subir las alícuotas a las droguerías, las entidades financieras y a los propietarios de más de 1.000 hectáreas. Ahora, van por más, al presentar a través de la Cámara de Diputados un proyecto de ley para gravar las plataformas digitales con un 3% especial, cuya iniciativa tiene como experiencia otras provincias.

En este contexto, DOS FLORINES dialogó con Rafael Cardoso, contador especializado en temas tributarios que también colabora con la Delegación Paraná del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Entre Ríos (Cpceer), quien planteó que las medidas anunciadas son “parches” dado que no solucionan el problema de fondo. Según reflexionó, es momento de comenzar a pensar en una reforma tributaria integral, con una visión a 20 años y que brinde seguridad también a quienes invierten en la provincia.

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Nuevo impuesto

—¿Cómo impactan en este escenario crítico los nuevos impuestos, como el proyecto de plataformas digitales que propone el Gobierno provincial para recaudar y enfrentar la pandemia?
—Si la intención del Poder Ejecutivo es gravar a las plataformas digitales, obviamente la situación política de la provincia es que no ofrezca mayores inconvenientes. Ya lo hemos en este nuevo ajuste o impuesto a la gente que trabaja en relación de dependencia y a los jubilados, que no tuvo problemas para conseguir los votos necesarios. Lo que sí habría que pensar es si no llega a ser un parche más el impuesto porque en realidad el impacto que pueda tener en las finanzas provinciales va a ser escaso. Personalmente, me gusta pensar en algo más de fondo, en alguna reforma impositiva que de alguna manera tenga un impacto concreto. Del lado de los recursos, la provincia el año pasado, sin pandemia, recaudó más de 26 mil millones de pesos y el presupuesto provincial de 2019 fue de 129 mil millones de pesos. Esto significa ue los recursos genuinos por impuestos de la provincia son del orden del 20 y 25% de lo que necesita para funcionar. Entonces, cualquier proyecto que signifique modificar un incremento de los impuestos, va por el lado del parche. Deberíamos pensar también seriamente cómo bajamos los gastos, que es un tema que no se está discutiendo.

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—¿El impuesto a las plataformas digitales se trasladará efectivamente al consumidor final? ¿Hay alguna posibilidad de que sea absorbido por las empresas?
—Cuando hablamos de un impuesto a las plataformas digitales, nos referimos a Ingresos Brutos, que es trasladable. Otras provincias ya lo están cobrando, como Córdoba y CABA. Lo que habría que ver, cuando la provincia grave esto, es que va a tener que modificar el Código Fiscal porque estas empresas proveedoras de servicios no tienen territorialidad en Entre Ríos; es más, son extranjeras. Habría que legislar bastante bien. De todos modos, el impacto que pueda llegar a tener es relativo si se quiere pensar en una solución para los ingresos de Entre Ríos, de escasa magnitud.

—Se podría pensar que el costo político de la Ley de Emergencia Solidaria no fue correlativo con el poco impacto recaudatorio de las medidas.
—También por cómo estuvo planteada. Primero se planteó como una solución al déficit de la Caja y, por otro lado, tengo entendido que los ingresos recaudados van a Rentas Generales. No es una solución al problema de la Caja. Va a seguir teniendo el mismo problema porque si seguimos aumentando los gastos, ese incremento detraído de estos sectores no va a ir a parar el déficit de la Caja, sino a Rentas. Siempre pasa lo mismo, porque creo que la dirigencia política provincial y nacional –porque acá una reforma del sistema impositivo de fondo se viene pidiendo desde todos los sectores-, por un motivo o por otro, por una crisis o por un cambio político, tanto de este como del otro gobierno, no se sientan a discutir una reforma impositiva que nos dé una visión de por lo menos 20 años.

Reforma tributaria

—¿Cuándo es el momento de realizar una reforma? ¿Se puede encarar ahora en pandemia? ¿Hay algún momento oportuno o se debe realizar sin mirar las circunstancias?
—Creo que los dirigentes de hoy gobiernan más por encuestas que por ser estadistas. El momento para plantear una reforma tributaria es hoy, es ayer, porque si no siempre vamos a encontrar una respuesta elusiva a la posibilidad de discutirla en serio. Y una reforma tributaria lleva tiempo y en los primeros años sus costos. Tenemos que ir a una reforma donde se baje la presión fiscal, por un lado, sea más competitiva la recaudación, y por otro lado, que paguen más los que tienen más capacidad contributiva. Ahora, este esquema nacional está planteado desde 1992, con maquillajes, parches. Evidentemente, a la vista está que no alcanza, es defectuoso y seguimos así, lamentablemente.

—Señaló que los profesionales vienen planteando una reforma. Ahora, ¿cuáles cree que deben ser los conceptos básicos a tener en cuenta y cómo se lograría en la práctica, teniendo en cuenta que hoy el 60% de la recaudación son Ingresos Brutos, el más regresivo de los impuestos?
—No es fácil, no es sencillo. Hay que recordar la diferencia abismal entre los ingresos tributarios provinciales y el presupuesto de gastos de la provincia. Evidentemente, Entre Ríos es una provincia que necesita imperiosamente de la coparticipación nacional para poder ser viable y medianamente ponerse en marcha. Con esta aclaración, en la provincia el ingreso mayor de esos 26 mil millones anuales del año pasado, evidentemente más del 60% es Ingresos Brutos. Entonces, tendríamos que pensar una reforma impositiva en la provincia que tiene que estar del lado de impuestos que graven el patrimonio. Uno con dos dedos de frente tampoco puede plantear una reforma que, una vez hecha, la provincia se desfinancie por completo.

—La reforma debe ser gradual.
—Tiene que ser gradual y pensada para los próximos 20 años. No podemos todos los años ir aumentando alícuotas o crear un impuesto nuevo. No se puede. Primero, porque atenta contra el servicio profesional que brindamos los contadores. Segundo, porque atenta contra cualquier persona que quiera invertir o pensar en un proyecto productivo a largo plazo.

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