El mito de Sísifo
12/03/2025

Por Alejandro Di Palma, Ubaldo Domingo, Rubén Pagliotto.
En la mitología griega, Sísifo era el rey de la Ciudad de Corinto. Su astucia y su inteligencia habían provocado la ira de los dioses, entonces éstos le hicieron primero perder la visión. Luego de varias hazañas y rebeldías de su parte, recibe el castigo de cargar eternamente una roca hasta la cima de una montaña viendo cómo cae, teniendo que volver a levantarla, esto una y otra vez, indefinidamente, eternamente.

Sísifo representa con claridad la metáfora del esfuerzo inútil del hombre, y la desagradable sensación de que lo vivido se repite una y otra vez
¿Y que tendría esto que ver con lo que nos pasa a los entrerrianos, pareciera una eternidad?

¿Cuántas décadas han transcurrido, viendo cómo, sin solución de continuidad, nuestros gobernantes y funcionarios, más allá de vacías frases grandilocuentes de ocasión, nos sumergen en las lamentables consecuencias de una política económica y social repetida, asqueante, mediocre y decadente?
Igual que Sísifo, estamos condenados a vivir sin interrupciones lo mismo.

Veamos: nuestros gobernadores se han dedicado, hace mucho, quizás demasiado, a “pagar sueldos”, y han visto que haciendo esto, mantienen calmos, acaso domesticados, a los más de 90.000 empleados del Estado entrerriano, y con ellos a sus familias.
Detectaron que la consecuencia de esta sola acción, es una tensa calma, mientras tanto conservan el poder, con muy pocas y débiles críticas.
Su contrapartida es la inmovilidad, la inacción, el “hacer la plancha”. Incontables obras prioritarias, impostergables y vitales, han sido cajoneadas, hasta que el denso polvo de la indolencia e irresponsabilidad de funcionarios ocultó los proyectos.
Impuesto el olvido, sobrevienen los actos inútiles, la gestión híbrida: “pasen tres vehículos para allá, y este archivo para acá”.
Dentro de este mundo ficticio, improductivo, caro en términos de impuestos y costos para todos los ciudadanos entrerrianos, crece la burocracia, ahora barnizada de tecnología y menos papel En efecto, la burocracia se defiende a sí misma, de miles de formas.
Una provincia que no puede ni debe demorar su puesta en marcha, observa incrédula, la aparición de altos funcionarios en redes y en TikTok pretendiendo ser simpáticos y empáticos, aunque no genuinamente, sino sólo de manera fingida y sólo por pura demagogia berreta.
Represas, puentes, caminos, tendidos eléctricos, infraestructura y logística deben comenzarse ya mismo, los capitales de financiación están disponibles y deben gestionarse sin demora, y así la propia dinámica económica generará los recursos para amortizar la deuda.
La provincia de Entre Ríos no debe resignarse al atraso, ya que nuestra provincia ocupó históricamente un lugar de privilegio dentro de nuestra Nación, y lamentablemente hoy fue superada y relegada por sus provincias vecinas y condenada a observar cómo, una y otra vez, (como Sísifo), nuestros gobernantes dejan pasar oportunidades de tomar otro camino distinto, el del progreso, dedicándose, como decimos, solamente a “pagar sueldos”, responsabilizando como siempre a la herencia recibida, a la corrupción pasada y a la situación económica que ellos mismos contribuyen a perpetuar por lo que no hacen.
Se equivocan de cabo a rabo, aunque lo hagan de buena fe, quienes esperan que después de una etapa de ordenamiento y saneamiento financiero de la provincia, venga el tiempo del crecimiento y desarrollo, cerrando sus ojos ante las experiencias históricas, ya que un proceso de inversión, crecimiento y desarrollo no es un hecho al que se le pueda asignar una fecha de iniciación y finalización, porque estos procesos tienen su base en la acumulación de capital y la inversión en los sectores más reproductivos de la economía.
Y este gobierno provincial, es una gestión que impide la inversión reproductiva, apostando una vez más, (como Sísifo), a la primarización de la economía, con una mirada exportadora de nuestra materia prima, sin valor agregado, en vez de elaborarla dentro de nuestra frontera provincial, generando trabajo y salario, en aras de fortalecer el mercado interno.
Deliberadamente, la política fiscal e impositiva, tiende a absorber los escasos recursos de nuestras empresas y ´población, declinando las posibilidades de inversión y de consumo. Y claramente lo muestran así, los últimos leoninos aumentos de los impuestos provinciales y, consecuentemente, la pronunciada caída de la recaudación.
Mientras no exista un cambio de rumbo total este gobierno que ha consumido más del 25% de su período, pone en serias dudas su legitimidad, y se aleja día a día de sus etéreas promesas electorales y de la utilidad de lo que está llevando a cabo.
Por estas razones, es que existe la posibilidad, peligrosa, por cierto, de una nueva reversión al pasado, porque la población entrerriana no es tonta, cuestiona y se pregunta en sentido de auto interpelación, si antes no estábamos mejor, y esto es una consecuencia lógica de quienes no construyen el porvenir, con oportunidades, empleo, salario y capacidad de consumo, aunque todos los meses paguen los sueldos de miles de empleados públicos.