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¿Habrá devaluación? En Paraná, Rapetti alertó por la “tensión” entre el tipo de cambio bajo y la salida del cepo

“Sacar el cepo puede implicar una suba del tipo de cambio y una aceleración de la inflación nuevamente”, advirtió el economista. Pero además, planteó: “Si el Banco Central sigue perdiendo reservas indefinidamente, va a tener que encontrarle una solución”. Por Nahuel Amore

“La economía argentina después de la luna de miel”, fue el título de la disertación de Martín Rapetti en Paraná, quien expuso el miércoles pasado en el Hotel Maran Suites & Towers durante el 77° Encuentro con Clientes organizado por Cabaña Avícola Feller. En ese marco, el economista analizó el plan económico del Gobierno de Javier Milei y puso blanco sobre negro respecto de los aspectos positivos y las inconsistencias cada vez más visibles, según su criterio.

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En entrevista con DOS FLORINES, Rapetti destacó la política antiinflacionaria, aunque advirtió por los “signos de interrogación” que comienzan a salir a la luz. Fundamentalmente, apuntó a la “tensión” que genera un tipo de cambio que ya quedó atrasado y las dificultades para generar dólares y fortalecer el Banco Central. Sobre este punto, puso en duda cómo se daría una salida del cepo en estas condiciones y los problemas estructurales que enfrentará el país en 2025 si la economía repunta.

—¿Por qué en su título afirma que ya pasó la luna de miel? ¿Se terminó la confianza en el plan del Gobierno?

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—No. “Después de la luna de miel” significa que pasaron los primeros seis meses que tiene de gracia generalmente un gobierno y se lo empieza a juzgar más por los resultados. Los resultados hasta acá son buenos en el balance global, dado que la economía se estabilizó a un costo que es la recesión, la caída de los ingresos y una suba de la pobreza que es compleja.

—El propio Milei había anticipado la fuerte recesión…

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—Sí, por eso creo que el Gobierno sigue teniendo cierto apoyo pese a que los indicadores socio económicos no son buenos y son peores desde que recibió el Gobierno, pero lo había anticipado.

—¿Cuáles considera aspectos positivos de sus medidas?

—Hay algunos elementos positivos como el ordenamiento macroeconómico. La inflación ha bajado y se han corregido muchos precios que estaban atrasados. El principal logro es la mejora de las cuentas fiscales. Después hay algunos signos de interrogación más allá de lo social, la actividad y la recesión.

—¿Qué demandas se pueden venir ahora, “después de la luna de miel”?

—En algunas encuestas de opinión pública se empezó a ver un poco esa preocupación. Se empezaron a ver signos de que se acabó la luna de miel y ahora van a examinar con más cuidado lo que está pasando. De todos modos, creo que el impacto que tiene la causa del expresidente con su expareja le dio un changüí más al gobierno para que la opinión siga dándole crédito, con independencia de lo que pasa en materia económica. Los gobiernos no solamente se evalúan por lo que son sino también por las alternativas, que hoy la sociedad no está encontrando. Por eso le están dando un plazo para ejecutar las políticas.

—¿Y cuáles son las incógnitas más importantes que advierte?

—Vengo planteando hace mucho que es muy difícil sino imposible conseguir dos cosas al mismo tiempo como plantea el Gobierno. Me refiero a bajar la inflación y corregir precios atrasados, como tarifas y dólares. Tarifas ha ido corrigiendo, mientras que el dólar corrigió una vez y lo dejó moviéndose por debajo de la inflación. Cuando se mira la evolución del tipo de cambio real, se ve que el valor del dólar está entrando en un terreno que está muy exigido, sobre todo en exportaciones de manufacturas e incluso de sectores de producción agroindustrial. Ahí empiezan los signos de interrogación porque cuando se mira la cuenta de dólares, con este tipo de cambio se la ve muy exigida. Sobre todo si se tiene en cuenta que hay un Banco Central heredado con reservas negativas, que se recuperaron un poco, pero que sigue habiendo un gran elefante en la habitación que es un cepo cambiario.

Cepo cambiario

Cepo que garantiza que no se esfumen del todo las reservas y no se dispare el tipo de cambio.

—Exacto. Hoy tenemos el dólar que tenemos porque hay un cepo. Si no lo hubiera, no sabemos dónde estaría. Este es un cepo mucho más intervenido que el heredado por Macri. Ahí hay un interrogante.

—¿Ve alguna salida al cepo en el mediano plazo?

—Veo que el Gobierno con el correr del tiempo se fue enamorando de su objetivo desinflacionario, lo cual es comprensible porque es una de las cosas que le puede mostrar a la sociedad y que le retribuya con apoyo. Sacar el cepo puede implicar una suba del tipo de cambio y una aceleración de la inflación nuevamente. Ahí hay una tensión. Ahora bien, hay dos o tres problemas.

—¿Cuáles son?

—Primero, está demostrado en la experiencia propia de la historia argentina en 12 años que una economía convive muy mal con un cepo. Probablemente evitás una crisis pero no crecés, perdés reservas, se maraña todo. Si uno quiere realmente poner la economía a crecer, tiene que solucionar ese tema. Segundo punto, éste es un gobierno que levantó las banderas de la libertad. Qué más contradictorio para la libertad que el encepamiento del mercado cambiario. Y el tercer punto es que hay un actor en la escena que es el FMI que quiere que esto se solucione. Si el Gobierno quiere hacer un nuevo acuerdo, ahí habrá una pelea sobre ese tema. El Fondo quisiera que Argentina salga del cepo, entiende que hacerlo de forma abrupta puede disparar una crisis, pero no creo que le den apoyo sin que le den solución a ese tema.

¿Devaluación?

—¿Cómo ve la salida de la recesión, por ejemplo, para sectores como la industria?

—La industria está teniendo un problema porque es un sector que sigue cayendo. La construcción cayó brutalmente, sobre todo por la obra pública, pero empezó a mostrar signos de alguna recuperación. En la industria todavía no lo ves. Ahí hay un problema que va a signar la suerte del año que viene: si la economía crece, eso va a tensionar la cuenta de dólares. Además, hay otro tema: no es que sólo la generación de dólares con este tipo de cambio está complicada, sino que el Banco Central tendría que comprar dólares porque no tiene.

—Básicamente observa que el problema estructural histórico volverá a salir a flote ante la falta de dólares para acompañar una recuperación.

—Exactamente. Ese es el tema. Cuando la economía repunta, demanda más importaciones y demanda más dólares. Las exportaciones solas no alcanzan para financiar una recuperación económica, pagar servicios de deuda y acumular reservas. O hay alguna fuente de financiamiento externo que hoy está un poco escéptica porque el Riesgo País está en 1500 puntos todavía, o la economía no puede crecer.

—Frente a estas inconsistencias, ¿ve claridad en los objetivos de Gobierno a esta altura de la gestión?

—Hay una cosa que el Gobierno tiene clara y la ha ejecutado como se puede que es la corrección fiscal. Muchos colegas le cuentan las costillas por la calidad del ajuste fiscal. Creo que cuando estás haciendo un ajuste de esta magnitud, se hace como se puede y ha sido muy contundente. Eso el mercado lo valora.

—Es quizá la política que más sostiene la credibilidad…

—El que le tiene que prestar a la Argentina mira eso y lo ve con buenos ojos. Nadie duda de la vocación del Gobierno de querer pagar la deuda y ajustar, incluso teniendo que pagar alto costo social. Ahora bien, creo que hay un debate en torno al flujo del financiamiento externo y, en consecuencia, el tipo de cambio con el que puede convivir la economía argentina si quiere salir del cepo. El Gobierno está muy jugado a que el tipo de cambio va a ser bajo y, con independencia de si me gusta o no, la pregunta es si es factible tener un tipo de cambio bajo sin cepo. Para tenerlo, necesitás mucha entrada de capitales y no veo hoy que Argentina genere las condiciones de credibilidad para tener un tipo de cambio bajo.

—¿Anticipa una nueva devaluación?

—Si el Banco Central sigue perdiendo reservas indefinidamente, va a tener que encontrarle una solución a eso. O refuerza el cepo o busca una salida.

—Y la solución más conocida en el país es devaluar.

—Es que en el corto plazo no existe otra. Si querés fijar el precio y tenés más demanda que oferta, sin reservas para vender, en un momento vas a tener que corregir el tipo de cambio. No es que me gusta ni lo esté exigiendo, sino que como analista veo que hay un tema en tensión. Es obvio que hay un cepo porque estás reprimiendo una demanda de dólares que si la dejaras correr seguramente estaría subiendo el precio. No estoy descubriendo la pólvora, sino que es algo que está a los ojos de todos.