Un estudio solicitado por CAPIA analizó el ciclo de vida del huevo fresco. Evaluó las huellas de carbono y de agua por escasez.
Un estudio pedido por la Cámara de Productores Avícolas (CAPIA) al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) analizó el ciclo de vida del huevo fresco. Investigó sus huellas de carbono y de agua por escasez.
Diez empresas participaron en el estudio, cinco de las cuales ya completaron la certificación. Producen en conjunto 1.300 millones de huevos anuales.
La producción de huevo en Argentina no solo se destaca por ser un alimento nutritivo y saludable, sino también por su sostenibilidad ambiental, remarcó CAPIA.
Los resultados muestran una huella de carbono de 0,92 kg de CO2 eq/kg de huevo a granel, 1,04 kg de CO2 eq/kg de huevo en maple, y 1,29 kg de CO2 eq/kg de huevo en estuche.
Este rendimiento se compara favorablemente a nivel internacional, con la mayor parte del impacto ambiental distribuido en las etapas de postura (25,1%), recría (13,9%), plantas de alimentos balanceados/piensos (60,3%) y clasificación (0,8%).
Sustentabilidad
El análisis abarcó desde la recría de pollas hasta la clasificación del huevo, incluyendo la producción de piensos y los transportes entre etapas.
El inventario ambiental se basó en datos agrícolas de la campaña 2021/2022, contemplando el uso de energía eléctrica, combustibles, envases y productos de limpieza, entre otros recursos.
Arrojó resultados destacables respecto a la huella de agua por escasez en la producción de huevo argentino.
Los valores obtenidos fueron de 0,39 m³ eq de agua/kg de huevo a granel, 0,43 m³ eq de agua/kg de huevo en maple, y 0,47 m³ eq de agua/kg de huevo en estuche.
La distribución del impacto ambiental en términos de huella hídrica se dio principalmente en las etapas de postura (19,2%), recría (21,6%), plantas de alimentos balanceados/piensos (57,5%) y clasificación (1,7%).
El análisis se llevó a cabo siguiendo estrictamente las normas ISO 14040 e ISO 14044 para Análisis de Ciclo de Vida (ACV), además de las específicas para huella de carbono (ISO 14067) y huella de agua (ISO 14046), señalaron desde CAPIA.
También se cumplieron las normativas de Ecoetiquetado tipo III ISO 14025 y las Reglas de Categoría de Producto publicadas por “The International EPD System AB”, destacaron tras el informe realizado del sector por el INTI.