Organizadores de eventos, preocupados por las cancelaciones y los costos que deben asumir
17/03/2020
“No podemos trabajar”, lamentó un empresario del sector en Paraná. Advierte por las dificultades para pagar impuestos y tarifas. Nahuel Amore
El golpe económico del coronavirus ya se siente en el mundo y Paraná no es la excepción. Ante las disposiciones nacionales, provinciales y municipales para contener el avance de la pandemia, el sector privado ve poco a poco resentir sus menguados números, con un doble impacto ya que todavía padecen las consecuencias de la recesión argentina que no ve la luz de salida. Incluso, el cimbronazo se siente más fuerte si se trata de las pymes, los trabajadores autónomos, monotributistas e informales, con menor capacidad de respuesta ante una paralización de sus actividades.

En este contexto, DOS FLORINES relevó el ánimo de los organizadores de eventos de Paraná que, inevitablemente, se ven perjudicados ante las cancelaciones de todo tipo de reuniones privadas, sean cumpleaños, casamientos, bautismos o eventos empresarios y de profesionales. Juan Carlos Ortega, reconocido por su servicio de lunch, fue el primero que puso en palabras esta situación, para advertir no sólo por las severas dificultades que vienen acarreando y el golpe que significa el coronavirus, sino también por los costos que deben asumir.
Entre las principales preocupaciones está la pregunta de cómo afrontar los pagos a los empleados, las tarifas y los tributos nacionales, provinciales y municipales. Al respecto, Ortega planteó: “Ahora la semana que viene se nos vence la luz, el alquiler, el gas, que en total suman casi 50 mil pesos. Se me suspendieron todos los eventos. Se hace imposible y uno tiene que vivir. Ya no sabemos para qué lado agarrar”.

Preocupación
La preocupación es generalizada, del mismo modo que lo es para otras actividades comerciales de la ciudad. “Estoy seriamente preocupado por todo esto. Estoy de acuerdo con el aislamiento y la cuarentena. Pero nosotros que somos pymes venimos de dos años complicados y con esto ahora se nos termina de complicar”, señaló Ortega, quien reconoció el escenario difícil que vienen atravesando en los últimos años.

En esta línea, cuestionó: “Todo sigue generando gastos, además de tener que pagar impuestos. Es totalmente distinto el servicio de lunch a otra actividad. Nosotros directamente no podemos trabajar, nos cortaron todo. No estamos reconocidos siquiera como pequeños emprendedores para que nos tengan en cuenta”, lamentó el empresario.
En esta misma sintonía, en diálogo con DOS FLORINES, Romina Lafauci también alertó por las consecuencias de tener que afrontar gastos sin ingresos genuinos. “Esperamos que pase pronto esta situación. Hay que ver cómo se resuelve porque lógicamente los costos no se pueden sostener”, aseguró.
Por ello, el pedido generalizado del sector –al igual que comercio, turismo, hotelería y gastronomía, entre otros– apunta a los Estados, sobre todo provincial y municipal, para que atiendan a sus llamados o, al menos, se pongan en contacto para generar acciones que eviten el quebranto de pequeñas y medianas empresas que generan trabajo en la ciudad.
Cancelaciones
“La gente comenzó a llamar desde el sábado, que empezaron a cancelar fechas, a pedir traslados de fechas. En otros casos, los que iban a realizar contratos están suspendiendo reuniones. Está todo parado y el tema es que no se sabe qué pasará”, graficó Lafauci, que conoce el pulso del negocio.
Desde esta perspectiva, además, advirtió que el efecto se traslada hacia todos los rubros que componen un evento –muchos de los cuales son cuentapropistas–. “El tema es que no sólo afecta al salón, está también el servicio, los decoradores, los mozos, los barman, el personal de limpieza. Es mucha gente que queda atrás sin trabajo”, cuestionó.
Por su parte, Ortega también contó su situación personal: “Este fin de semana tenía un lunch al mediodía y una cena a la noche con gente que venía de todo el país. Se suspendieron la semana pasada, con lo cual también se suspendieron los pagos. También dentro de dos semanas tenía un cumple de 15 que se suspendió”.
Finalmente, se diferenció de los locales gastronómicos que pueden abrir sus puertas por disposición municipal, pero con una capacidad límite de 150 personas. “Los restaurantes, bares, comedores, tienen personal fijo y lugar, pero mínimamente pueden atender. Nosotros directamente no podemos atender a nadie”, indicó.
Sin dudas, el escenario se torna complejo ante la sumatoria de efectos, como lo son las variables económicas y financieras críticas de la Argentina y una situación sanitaria delicada en el país y el mundo. Será tarea del sector público y privado en su conjunto quienes, una vez que pase el temblor, se activen todos los mecanismos para que la rueda vuelva a girar.