Claves para implantar correctamente las pasturas

04/04/2018

La configuración y elección de la sembradora es uno de los elementos clave para la implantación de praderas. La mayoría de las sembradoras de mercado tiene distancias entre abresurcos de unos 20 cm, excesiva para la siembra de praderas lo que provoca mayor presencia de malezas y, por ende, un aumento de competencia entre plantas.

Por otro lado, las gramíneas, generalmente, necesitan una profundidad de alrededor de unos 2 a 2,5 cm y deben ser tapadas mientras que las leguminosas no requieren más de 1,5 cm, a tal punto que algunas especies como el lotus y el trébol blanco germinan aunque no estén tapadas. En función de estas premisas, se pueden configurar tres formas diferentes de sembrar:

Imagen 1

Gramíneas y leguminosas mezcladas: ambas pasan al abresurco por el mismo tubo de descarga. Independientemente que las leguminosas se siembren por el cajón alfalfero, su principal inconveniente es la imposibilidad de regular la profundidad ideal para cada especie, buscando una intermedia que no beneficiará a ninguna.

Gramíneas en el surco y las leguminosas al voleo: la leguminosa se tapa usando alguna rastra liviana. Es una práctica muy usada en las siembras convencionales. Pero, en siembra directa, pasar rastras implica atoramientos frecuentes por el rastrojo que además provocan el arrastre de semillas. El éxito alcanzado dependerá de las especies utilizadas: el trébol rojo y la alfalfa son mucho más sensibles a problemas de tapado que el lotus y el trébol blanco. En siembra en lotes con poco rastrojo este método es uno de los más convenientes, especialmente en pasturas sin alfalfa.

Imagen 2

Leguminosas y gramíneas en surcos diferentes: permite regular en forma independiente los abresurcos, pero en el pastoreo se facilitará la elección por parte del animal, con perjuicio para las leguminosas. Los efectos podrán ser más o menos importantes, dependiendo de la forma del pastoreo. En sistemas más intensivos con altas cargas el daño será menor. De todas formas, al duplicarse la densidad por metro lineal, aumentará la competencia intraespecie. Este método de siembra sería el mejor en praderas de base alfalfa, en suelos con rastrojo en superficie.

Preparación de la sembradora.

Imagen 3

Dosificadores: los de gramíneas son los equipados en el cajón triguero, pudiendo ser del tipo roldana, rodillo acanalado o helicoidal. Los primeros tienen el inconveniente de una mayor tendencia a presentar situaciones de encasillamiento de semillas, por dificultades en el llenado según la especie, aunque son precisos al momento de ajustar densidades de siembra. Los rodillos acanalados se comportan mejor para la dosificar semillas pequeñas. Son los usados en tamaño reducido por todas las máquinas en la siembra de leguminosas, en el cajón alfalfero. A pesar de ello, es importante verificar que todos siembren en forma pareja y prestar atención a la posición de la placa reguladora de flujo, que deberá estar en una posición cercana a cerrada, según el grado de escurrimiento que tenga la semilla.

Tubos de bajada: la mayoría de las máquinas actuales están equipadas con tubos de goma corrugada como conexión entre los dosificadores y los abresurcos. Se debe verificar que los tubos sean de pared interna lisa y que no presenten curvas con la máquina clavada. Caso contrario se producirá una siembra desuniforme, dado el pequeño tamaño de la semilla.

Tren de siembra: para suelos más francos es preferible utilizar cuchillas rastrojeras que produzcan algún mínimo movimiento del surco y barran el rastrojo. Y para suelos pesados arcillosos, levantar las cuchillas. Se debe tener cuidado que la profundidad de trabajo sea la menor posible, siempre que corte el rastrojo, ya que si no, condicionará la profundidad del abresurco. Es importante agregar la “colita de castor”, para que la semilla entre en contacto con el suelo y no quede en el aire. También, levantar las ruedas tapadoras, o directamente sacarlas, para evitar que se le sume más tierra arriba de la semilla, provocando que el surco de 1,5 cm de profundidad se transforme en uno con 3 a 4 cm, con excesiva cantidad de tierra sobre las semillas, lo que impediría una buena emergencia.

Control de la presión de los resortes: se deben graduar a la presión necesaria para que penetren sólo 1,5 cm en la tierra. Para lograrlo, las sembradoras equipadas con control de carga hidráulico o hidroneumático presentan ventajas interesantes.

Artículo elaborado por el Ing. Agr. Pablo Grehan (foto), gerente del Área Forrajeras de Picasso, empresa semillera nacional con más de 85 años de trayectoria.

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